Faltan recursos para atender enfermedades del riñón
En todo el Estado, cerca de cuatro mil personas se encuentran en terapias
para sustituir el funcionamiento del riñón. ARCHIVO- Jalisco eroga 300 millones de pesos al año en tratamientos
La infraestructura hospitalaria, los especialistas y las
donaciones de órganos no bastan ante el aumento de casos de insuficiencia
renal
GUADALAJARA, JALISCO (20/MAR/2011).-
Cada año, la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ) eroga alrededor de 50 millones de pesos (MDP) en
tratamientos de hemodiálisis para padecimientos del riñón, que sumados al resto
del sector de la salud pública, suman 300 millones de pesos anuales.
El problema crece de manera súbita y los presupuestos nunca alcanzan. La infraestructura hospitalaria es insuficiente para tratar a todos los nefrópatas, o personas que padecen del riñón.
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es la principal causa de ingreso de uno de los nosocomios con mayor concentración de pacientes, el Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, con cerca de tres mil ingresos al año. Para el jefe del Servicio de Nefrología del hospital citado, Guillermo García García, la enfermedad se ha cuadruplicado en los últimos 10 años, por el incremento en la incidencia de padecimientos crónico degenerativos como diabetes mellitus o hipertensión.
En todo el Estado, cerca de cuatro mil personas se encuentran en una terapia sustitutiva como diálisis peritoneal o hemodiálisis, en diferentes hospitales del sector salud. A nivel nacional, la cifra asciende a más de 60 mil pacientes en este tipo de tratamientos.
Casi 400 personas por cada millón de habitantes en Jalisco son diagnosticadas con ICR cada año, muchas de ellas en etapas terminales.
Médicos hay muchos; nefrólogos, pocos
Los pacientes que reciben una terapia sustitutiva o que ya fueron trasplantados, representan apenas 1% de los enfermos de Insuficiencia Renal Crónica. Por cada paciente en diálisis hay 99 personas con enfermedad renal que tarde o temprano van a avanzar hacia etapas más severas y requerirán tratamientos, asegura el nefrólogo del Antiguo Hospital Civil, Guillermo García García.
Los enfermos aumentan y las posibilidades de tratamiento cada vez se ven más reducidas por la gran cantidad de personas que padecen la IRC. Además, no se cuenta con la infraestructura ni con los recursos humanos necesarios para atender la demanda, por lo que la apuesta ahora es que los médicos de primer contacto tomen capacitación intensiva sobre la enfermedad para detectarla, pues en sus primeras etapas es asintomática.
Médicos hay muchos; nefrólogos, muy pocos. Jalisco cuenta con sólo 60 especialistas en nefrología, y el país apenas llega a 700 para atender a una población de 10 millones de mexicanos con esta enfermedad de los riñones.
“En Jalisco se deberían tener más nefrólogos, de seis mil a siete mil en todo el país; estamos muy retrasados. Hay muchos médicos de primer contacto y se busca capacitarlos, enseñarlos a detectar la enfermedad y tratarla, para que sólo cuando se trate de etapas avanzadas se acuda con el especialista”.
Hasta el momento, la mayor infraestructura hospitalaria para atender a la población que sufre insuficiencia renal está en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Pero para los enfermos que no tienen acceso a ningún tipo de seguridad social, el acceso a un programa de diálisis es reducido, pues no se cuentan con suficientes esquemas en la Entidad.
El Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” tiene 400 pacientes en diálisis peritoneal y otros 100 en homodiálisis. De estos, 30% es candidato a trasplante, es decir, “cerca de 150 deberían ser trasplantados por año y únicamente se trasplanta una tercera parte”, afirma el médico.
Para el nosocomio, atender a un solo nefrópata en diálisis o hemodiálisis, le representa un gasto de 250 mil pesos anuales.
Crece lista de espera para un trasplante
El IMSS realiza 250 cirugías anuales
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco atiende actualmente a mil pacientes por Insuficiencia Renal Crónica que requieren someterse a tratamientos como diálisis y hemodiálisis, antes de pensar en un trasplante.
Según el director del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), Marcelo Castillero Manzano, el IMSS Jalisco es líder en el país por la realización de trasplantes renales, con cerca de 250 cirugías anuales. No obstante, cada año se detectan hasta 450 personas más con daño renal avanzado, que pronto necesitarán de otro riñón.
Para esta institución, dicha cantidad de trasplantes le representa una erogación de 80 millones de pesos anuales, mientras que para la hemodiálisis, el IMSS gasta 11 millones de pesos.
Las afecciones del riñón, principalmente la IRC, representan 0.7% de la atención del Seguro Social en Jalisco, y se llevan 20% del gasto anual.
De acuerdo con el jefe de Nefrología del Hospital de Especialidades, Benjamín Gómez Navarro, actualmente hay 300 personas en protocolo de trasplante, es decir, en el proceso necesario en el que se realizan numerosos exámenes médicos al enfermo para tener la mayor información posible en cuanto a riesgos y beneficios.
“La enfermedad renal crónica es en varios niveles, el primero es que tengan la enfermedad, pero no tienen insuficiencia; con función renal normal pero gran cantidad de proteínas en la orina. El segundo nivel es cuando tienen la función renal levemente disminuida, y el severo, cuando ya requieren de diálisis”.
Diabetes e hipertensión, enemigos íntimos
Enfermedades crónico degenerativas como la diabetes mellitus e hipertensión arterial causan alrededor de 70% de los casos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC).
En Jalisco, más de 450 mil personas son diabéticas, es decir, 14% del total de la población. No todos lo saben, y por lo tanto no tienen un tratamiento oportuno de su enfermedad, advierte el coordinador del programa estatal de Diabetes de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Alberto Ocampo Chavarría.
“Cerca de 35% de las personas con diabetes desconocen su situación. Se está identificando al diabético con cinco años de evolución, y probablemente ya cuenta con problemas en el riñón, en los ojos, o sufre de alguna neuropatía”.
Evitar el desarrollo de un mal a nivel renal depende de que el paciente con diabetes o hipertensión tenga buen control del padecimiento, cuide sus niveles de glucosa y presión, tenga tratamiento adecuado y hábitos de vida saludables.
Sin embargo, la historia indica que, sobre todo en nuestro país, los pacientes no tienen un control metabólico adecuado.
El galeno explica que al no tener los niveles adecuados de glucosa, la molécula provoca daño en el riñón, que funge como filtro o malla. Debido a las moléculas tan grandes de glucosa, este filtro se va deteriorando y produce fallas renales que desembocan en enfermedad renal crónica.
Morir esperando
Sin contar a quienes se encuentran en procesos de análisis de compatibilidad para recibir un riñón de algún familiar, Jalisco cuenta con 20% del total de la población nacional que requiere de un riñón de donador cadavérico.
Sin embargo, sólo 3% de los enfermos que espera un órgano de cadáver lo recibe. El resto sufre años de agonía en terapias sustitutivas, o muere en la espera. Desde al problema ocurrido en la Unidad de Trasplantes del Hospital Civil de Guadalajara, en el que se vio envuelto el trasplantólogo Luis Carlos Rodríguez Sancho, las donaciones de órganos se fueron en picada.
Aunque el conflicto se dio principalmente con el tema de trasplante de hígado, de manera indirecta, el trasplante de riñón también sufrió afectación, sobre todo porque ya no se cuenta con la misma cantidad de órganos que antes.
De acuerdo con el secretario técnico del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT) de Jalisco, Agustín García de Alba Zepeda, el año pasado se tuvieron en el Estado 38 donaciones multiorgánicas, de las que se pudieron tomar los riñones para practicar 47 trasplantes.
Respecto a 2009, las donaciones multiorgánicas subieron de 22 a 38. “Son muy pocos, porque son alrededor de mil 700 personas en lista de espera de riñón de cadáver, y se trasplantaron sólo 47 el año pasado”.
Cabe destacar que en la lista de espera estatal no están apuntados los pacientes que tienen posibilidad de conseguir un órgano de vivo relacionado, que puede ser un hermano o los padres, por lo que la cifra de enfermos que esperan un trasplante es mucho mayor.
Según García de Alba Zepeda, alrededor de 3% de las personas que fallecen es por muerte encefálica. En esos casos se pueden extraer órganos como los riñones. Pero no todas las personas se deciden a donar.
En 2010, sumando los 47 trasplantes que se realizaron con órganos de donador cadavérico, en la Entidad se realizaron 447 intervenciones.
Año Donador vivo Donador cadavérico Total
1999 173 8 201
2000 48 69 317
2001 265 42 307
2002 223 61 284
2003 241 52 293
2004 274 79 353
2005 282 95 377
2006 282 77 359
2007 339 75 414
2008 343 38 381
2009 363 45 408
2010 400 47 447
VOCES
¿Por qué a mi?
Sergio tuvo que dejar de lado su gusto por la música y el futbol para salvar su vida a través de una diálisis peritoneal.
Su diagnóstico a los 14 años, se dio a raíz de la aparición anormal de cansancio, mal humor y palidez extrema. Era insuficiencia renal y no había marcha atrás.
“Me daba una idea, pero no sabía ni qué era la enfermedad. De momento uno cae en depresión, y si dices: ¿yo qué hice?, ¿por qué me pasó a mí?”.
Sergio estuvo ocho meses en diálisis, pero su cuerpo no respondió como se esperaba. Pasó a hemodiálisis a continuar la agonía de que una máquina le “limpiara” la sangre.
El 2010 quedará en su corazón por siempre, o mejor dicho, en su riñón. El 27 de agosto, después de un par de años de sufrir insuficiencia renal, Sergio recibió un riñón nuevo. Fue el mejor regalo que le ha dado su padre.
“Uno madura más rápido, empiezas a ver la vida desde otro punto de vista”.
Ahora tiene 18 años y vive una vida prácticamente normal. Ya puede ir a la preparatoria, está aprendiendo a tocar guitarra y su esperanza de estudiar mecatrónica sigue viva, igual que él.
Un regalo
El cubrebocas que porta esconde su sonrisa, que pese a lo que le ha tocado vivir a sus 21 años, no se extingue.
Lupita tenía apenas 12 cuando el cansancio, sueño excesivo y dolores de cabeza representaron focos rojos para sus papás, quienes acudieron al médico.
La respuesta del pediatra era la misma: tiene una infección en la orina. Fue hasta que la niña se convulsionó e ingresó a terapia intensiva cuando le detectaron Insuficiencia Renal Crónica.
Lupita duró cinco años sin tratamiento específico, hasta que fue apoyada por una asociación civil. Ya siendo una adolescente, a los 17 años, entró en terapia de diálisis peritoneal, situación que obligó a toda la familia a establecer medidas exageradas de higiene en casa por un año.
Tras muchos estudios de compatibilidad, su mamá era la única que podía donarle un riñón. No lo pensó.
Después de “batallar” con la diálisis, Lupita recibió un regalo diferente a todos los demás: su madre le volvió a dar la vida seis días antes de su cumpleaños.
Lupita sigue con esa sonrisa que siempre la caracterizó y sigue “echándole ganas a la vida”.
El problema crece de manera súbita y los presupuestos nunca alcanzan. La infraestructura hospitalaria es insuficiente para tratar a todos los nefrópatas, o personas que padecen del riñón.
La Insuficiencia Renal Crónica (IRC) es la principal causa de ingreso de uno de los nosocomios con mayor concentración de pacientes, el Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, con cerca de tres mil ingresos al año. Para el jefe del Servicio de Nefrología del hospital citado, Guillermo García García, la enfermedad se ha cuadruplicado en los últimos 10 años, por el incremento en la incidencia de padecimientos crónico degenerativos como diabetes mellitus o hipertensión.
En todo el Estado, cerca de cuatro mil personas se encuentran en una terapia sustitutiva como diálisis peritoneal o hemodiálisis, en diferentes hospitales del sector salud. A nivel nacional, la cifra asciende a más de 60 mil pacientes en este tipo de tratamientos.
Casi 400 personas por cada millón de habitantes en Jalisco son diagnosticadas con ICR cada año, muchas de ellas en etapas terminales.
Médicos hay muchos; nefrólogos, pocos
Los pacientes que reciben una terapia sustitutiva o que ya fueron trasplantados, representan apenas 1% de los enfermos de Insuficiencia Renal Crónica. Por cada paciente en diálisis hay 99 personas con enfermedad renal que tarde o temprano van a avanzar hacia etapas más severas y requerirán tratamientos, asegura el nefrólogo del Antiguo Hospital Civil, Guillermo García García.
Los enfermos aumentan y las posibilidades de tratamiento cada vez se ven más reducidas por la gran cantidad de personas que padecen la IRC. Además, no se cuenta con la infraestructura ni con los recursos humanos necesarios para atender la demanda, por lo que la apuesta ahora es que los médicos de primer contacto tomen capacitación intensiva sobre la enfermedad para detectarla, pues en sus primeras etapas es asintomática.
Médicos hay muchos; nefrólogos, muy pocos. Jalisco cuenta con sólo 60 especialistas en nefrología, y el país apenas llega a 700 para atender a una población de 10 millones de mexicanos con esta enfermedad de los riñones.
“En Jalisco se deberían tener más nefrólogos, de seis mil a siete mil en todo el país; estamos muy retrasados. Hay muchos médicos de primer contacto y se busca capacitarlos, enseñarlos a detectar la enfermedad y tratarla, para que sólo cuando se trate de etapas avanzadas se acuda con el especialista”.
Hasta el momento, la mayor infraestructura hospitalaria para atender a la población que sufre insuficiencia renal está en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Pero para los enfermos que no tienen acceso a ningún tipo de seguridad social, el acceso a un programa de diálisis es reducido, pues no se cuentan con suficientes esquemas en la Entidad.
El Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” tiene 400 pacientes en diálisis peritoneal y otros 100 en homodiálisis. De estos, 30% es candidato a trasplante, es decir, “cerca de 150 deberían ser trasplantados por año y únicamente se trasplanta una tercera parte”, afirma el médico.
Para el nosocomio, atender a un solo nefrópata en diálisis o hemodiálisis, le representa un gasto de 250 mil pesos anuales.
Crece lista de espera para un trasplante
El IMSS realiza 250 cirugías anuales
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco atiende actualmente a mil pacientes por Insuficiencia Renal Crónica que requieren someterse a tratamientos como diálisis y hemodiálisis, antes de pensar en un trasplante.
Según el director del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional de Occidente (CMNO), Marcelo Castillero Manzano, el IMSS Jalisco es líder en el país por la realización de trasplantes renales, con cerca de 250 cirugías anuales. No obstante, cada año se detectan hasta 450 personas más con daño renal avanzado, que pronto necesitarán de otro riñón.
Para esta institución, dicha cantidad de trasplantes le representa una erogación de 80 millones de pesos anuales, mientras que para la hemodiálisis, el IMSS gasta 11 millones de pesos.
Las afecciones del riñón, principalmente la IRC, representan 0.7% de la atención del Seguro Social en Jalisco, y se llevan 20% del gasto anual.
De acuerdo con el jefe de Nefrología del Hospital de Especialidades, Benjamín Gómez Navarro, actualmente hay 300 personas en protocolo de trasplante, es decir, en el proceso necesario en el que se realizan numerosos exámenes médicos al enfermo para tener la mayor información posible en cuanto a riesgos y beneficios.
“La enfermedad renal crónica es en varios niveles, el primero es que tengan la enfermedad, pero no tienen insuficiencia; con función renal normal pero gran cantidad de proteínas en la orina. El segundo nivel es cuando tienen la función renal levemente disminuida, y el severo, cuando ya requieren de diálisis”.
Diabetes e hipertensión, enemigos íntimos
Enfermedades crónico degenerativas como la diabetes mellitus e hipertensión arterial causan alrededor de 70% de los casos de Insuficiencia Renal Crónica (IRC).
En Jalisco, más de 450 mil personas son diabéticas, es decir, 14% del total de la población. No todos lo saben, y por lo tanto no tienen un tratamiento oportuno de su enfermedad, advierte el coordinador del programa estatal de Diabetes de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ), Alberto Ocampo Chavarría.
“Cerca de 35% de las personas con diabetes desconocen su situación. Se está identificando al diabético con cinco años de evolución, y probablemente ya cuenta con problemas en el riñón, en los ojos, o sufre de alguna neuropatía”.
Evitar el desarrollo de un mal a nivel renal depende de que el paciente con diabetes o hipertensión tenga buen control del padecimiento, cuide sus niveles de glucosa y presión, tenga tratamiento adecuado y hábitos de vida saludables.
Sin embargo, la historia indica que, sobre todo en nuestro país, los pacientes no tienen un control metabólico adecuado.
El galeno explica que al no tener los niveles adecuados de glucosa, la molécula provoca daño en el riñón, que funge como filtro o malla. Debido a las moléculas tan grandes de glucosa, este filtro se va deteriorando y produce fallas renales que desembocan en enfermedad renal crónica.
Morir esperando
Sin contar a quienes se encuentran en procesos de análisis de compatibilidad para recibir un riñón de algún familiar, Jalisco cuenta con 20% del total de la población nacional que requiere de un riñón de donador cadavérico.
Sin embargo, sólo 3% de los enfermos que espera un órgano de cadáver lo recibe. El resto sufre años de agonía en terapias sustitutivas, o muere en la espera. Desde al problema ocurrido en la Unidad de Trasplantes del Hospital Civil de Guadalajara, en el que se vio envuelto el trasplantólogo Luis Carlos Rodríguez Sancho, las donaciones de órganos se fueron en picada.
Aunque el conflicto se dio principalmente con el tema de trasplante de hígado, de manera indirecta, el trasplante de riñón también sufrió afectación, sobre todo porque ya no se cuenta con la misma cantidad de órganos que antes.
De acuerdo con el secretario técnico del Consejo Estatal de Trasplantes de Órganos y Tejidos (CETOT) de Jalisco, Agustín García de Alba Zepeda, el año pasado se tuvieron en el Estado 38 donaciones multiorgánicas, de las que se pudieron tomar los riñones para practicar 47 trasplantes.
Respecto a 2009, las donaciones multiorgánicas subieron de 22 a 38. “Son muy pocos, porque son alrededor de mil 700 personas en lista de espera de riñón de cadáver, y se trasplantaron sólo 47 el año pasado”.
Cabe destacar que en la lista de espera estatal no están apuntados los pacientes que tienen posibilidad de conseguir un órgano de vivo relacionado, que puede ser un hermano o los padres, por lo que la cifra de enfermos que esperan un trasplante es mucho mayor.
Según García de Alba Zepeda, alrededor de 3% de las personas que fallecen es por muerte encefálica. En esos casos se pueden extraer órganos como los riñones. Pero no todas las personas se deciden a donar.
En 2010, sumando los 47 trasplantes que se realizaron con órganos de donador cadavérico, en la Entidad se realizaron 447 intervenciones.
Año Donador vivo Donador cadavérico Total
1999 173 8 201
2000 48 69 317
2001 265 42 307
2002 223 61 284
2003 241 52 293
2004 274 79 353
2005 282 95 377
2006 282 77 359
2007 339 75 414
2008 343 38 381
2009 363 45 408
2010 400 47 447
VOCES
¿Por qué a mi?
Sergio tuvo que dejar de lado su gusto por la música y el futbol para salvar su vida a través de una diálisis peritoneal.
Su diagnóstico a los 14 años, se dio a raíz de la aparición anormal de cansancio, mal humor y palidez extrema. Era insuficiencia renal y no había marcha atrás.
“Me daba una idea, pero no sabía ni qué era la enfermedad. De momento uno cae en depresión, y si dices: ¿yo qué hice?, ¿por qué me pasó a mí?”.
Sergio estuvo ocho meses en diálisis, pero su cuerpo no respondió como se esperaba. Pasó a hemodiálisis a continuar la agonía de que una máquina le “limpiara” la sangre.
El 2010 quedará en su corazón por siempre, o mejor dicho, en su riñón. El 27 de agosto, después de un par de años de sufrir insuficiencia renal, Sergio recibió un riñón nuevo. Fue el mejor regalo que le ha dado su padre.
“Uno madura más rápido, empiezas a ver la vida desde otro punto de vista”.
Ahora tiene 18 años y vive una vida prácticamente normal. Ya puede ir a la preparatoria, está aprendiendo a tocar guitarra y su esperanza de estudiar mecatrónica sigue viva, igual que él.
Un regalo
El cubrebocas que porta esconde su sonrisa, que pese a lo que le ha tocado vivir a sus 21 años, no se extingue.
Lupita tenía apenas 12 cuando el cansancio, sueño excesivo y dolores de cabeza representaron focos rojos para sus papás, quienes acudieron al médico.
La respuesta del pediatra era la misma: tiene una infección en la orina. Fue hasta que la niña se convulsionó e ingresó a terapia intensiva cuando le detectaron Insuficiencia Renal Crónica.
Lupita duró cinco años sin tratamiento específico, hasta que fue apoyada por una asociación civil. Ya siendo una adolescente, a los 17 años, entró en terapia de diálisis peritoneal, situación que obligó a toda la familia a establecer medidas exageradas de higiene en casa por un año.
Tras muchos estudios de compatibilidad, su mamá era la única que podía donarle un riñón. No lo pensó.
Después de “batallar” con la diálisis, Lupita recibió un regalo diferente a todos los demás: su madre le volvió a dar la vida seis días antes de su cumpleaños.
Lupita sigue con esa sonrisa que siempre la caracterizó y sigue “echándole ganas a la vida”.
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