Córdoba / José María Reifs, PRESIDENTE DE ALCER CÓRDOBA
En 1992 le diagnosticaron una enfermedad renal y fue trasplantado de riñón, que dejó de funcionarle en 2006. Desde entonces está en diálisis
Día 21/03/2011 - 09.42h
José María Reifs ha sido elegido presidente de Alcer Córdoba, cargo
que asume con «satisfacción por la confianza depositada», pero consciente de la
responsabilidad que conlleva.
—¿Cuáles son sus objetivos como presidente?
—Continuaremos con las tareas propias de Alcer, como hemos venido
haciendo hasta ahora, con la asistencia a los enfermos y a sus familiares en
diferentes ámbitos, como el laboral o el psicológico. Entre las nuevas
aportaciones queremos organizar varias reuniones, charlas y coloquios para
informar sobre la importancia de la donación para que la gente pierda el miedo a
donar.
—Actualmente 80 cordobeses están a la espera de un trasplante de riñón,
¿cómo afrontan este proceso?
—Cada uno lo hace como puede. Yo lo afronto como una posibilidad,
pero no estoy pensando constantemente en ello porque si sólo piensas en eso, te
pierdes lo demás. Además, con la diálisis se puede llevar una vida más o menos
normalizada. Yo recomiendo a los enfermos que no se obsesionen con el
trasplante, que se cuiden y disfruten de la vida lo mejor que puedan.
—El
donante vivo se presenta como la mejor alternativa a la espera, pero hay muy
pocas donaciones por esta vía. ¿Hace falta más concienciación?
—Sin duda. Es un método de trasplante que siempre ha estado ahí, pero
hasta ahora había muchas donaciones de fallecidos y apenas se consideraba esta
vía. Sin embargo, el índice de accidentes ha bajado y ahora el donante vivo se
presenta como una buena alternativa. No obstante, es una decisión muy personal y
es necesario estar bien informado al respecto.
—¿Qué opina de la posibilidad de trasplantes renales cruzados?
—Es también una posibilidad. Si una persona, un familiar, quiere
donarte su riñón pero no es compatible, pero sí lo es con otra persona a quien
también están dispuesta a donarle un riñón no compatible, se intercambian y
todos salen ganando. Eso sí, es necesario que esta práctica esté bien ordenada
jurídicamente para que las personas implicadas cuenten con todas las garantías y
derechos.
—La
mitad de los enfermos renales no saben que lo son. ¿Qué recomiendan desde Alcer
para la prevención?
—La labor de nuestra asociación comienza cuando ya ha sido
diagnosticada la enfermedad, pero nos sumamos a lo que recomiendan los
nefrólogos. Es conveniente hacerse un chequeo cada cuatro o cinco años. Es tan
sencillo como hacerse una analítica de sangre y otra de orina. Y si se tiene
antecedentes familiares de enfermedad renal, el control tiene que ser más
exhaustivo.
—¿Cómo es la relación de Alcer con el Hospital Reina Sofía?
—No voy a calificarla de perfecta porque a lo mejor alguien podría
considerarlo pedante, pero es muy buena. Coincidiendo con el Día Mundial del
Riñón, hemos tenido varios actos en los que se ha hablado de la familia renal,
de la que formamos parte los enfermos, nuestras familias, el personal sanitario,
las clínicas y, por supuesto, el Hospital Reina Sofía. Los enfermos renales
cordobeses podemos considerarnos muy afortunados de ser atendidos en esta
provincia.
—¿Tienen entonces los enfermos los servicios e instalaciones
adecuados?
—Son muy aceptables, aunque siempre se puede mejorar en aspectos como
la comodidad de las salas de diálisis o los horarios. Del 1 al 10, yo le daría
un 8 rozando casi el 9.
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