Midiendo el azúcar a algunos alcalareños el Día Mundial de la Diabetes de 2010. |
Alcalá es un pueblo comprometido, aunque muchos de los que no hacen nada nos acusen de poco participativos. Y respecto a diabetes, pocos pueblos tienen dos asociaciones complementarias que representen a este colectivo. Aquí estamos la Asociación de Diabéticos Los Molinos y la Asociación de Trasplantados de Páncreas. Los Molinos, dentro de Alcalá, por ser local, y nosotros, regionales, en toda Andalucía. Por eso sería bueno que se nos aclarase qué piensan hacer, desde cada partido, por nosotros, ahora que se acercan las municipales.
Hemos peleado desde este pueblo para que no se olviden a enfermos de diálisis sin recoger, por un Hospital de Día de Endocrinología, en Valme, con las mismas prestaciones que en el Virgen del Rocío o en el Macarena, porque no se nos de gato por liebre en inmunosupresores, por tener atención podológica una vez trasplantados,... y ahora volvemos a la carga con que no nos quiten las tiras para medirnos el azúcar.
Esto de las tiras tiene miga. Y no es un problema sólo de Andalucía, sino también de muchas otras Comunidades Autónomas. Según los boletines asistenciales que manejan los médicos de Primaria, si eres diabético tipo 2, "estable", y usas metformina o pastillas por el estilo en lugar de insulina, es mejor que no gastes tiras. Y se quedan tan panchos.
La diabetes es una enfermedad en la que influye mucho el comportamiento. Ejercicio, dieta y medicación han de poder cuantificarse para ser siempre equivalentes. Pero no conozco ni un solo diabético robot, que todos los días haga exactamente lo mismo y coma lo mismo.
Según ese papel, si cumples esos requisitos: DM2, metformina, etc., eres tan estable que nunca nunca vas a sufrir una bajada o una subida de azúcar como para un susto. Eso en papel (que el papel lo aguanta todo) está muy bien, pero no es real. Si un abuelito diabético un día le da por llevarse al nieto al parque y, más feliz que unas pascuas, entre juegos, se mueve más de lo normal, por muy estable que diga el papel que es, hará una hipoglucemia. Vamos, un bajón. Y si el mismo abuelo, otra tarde, con ese nieto, le da por compartir las gominolas, agarrado al falso lema que "un día es un día", y las acompaña de otras cosillas, sufrirá una subida buena, de esas con acetona como para despintarle las uñas a la rubia del telediario. Cuando llegue a su casa y se encuentre mal seguramente no sabrá qué hacer, y su familia tampoco, porque hoy por hoy no tendrá un medidor de glucemia con el que poner una tira, echarle una gota de sangre, y después de pocos segundos saber qué azúcar tiene. Porque los que escribieron la retirada esa dicen que él es estable de narices, y nada de eso le va a pasar. Y dicen también que si quieres tiras, te las compres en la farmacia soltando 45 € de tu pensión de abuelo*.
Tanto Gonzalo Álvarez como Antonio González Sanabria, de ISA, ya se han pronunciado al respecto, y están dispuestos a hacer entrar en razón a los que mandan en la Consejería defendiendo a los diabéticos de aquí, igual que Francisco Rubio, del Partido Andalucista, que como ellos dos es socio de la ATP. Socios y afectados, porque, según cumples años, esto de padecer una diabetes es cada vez más común; y si no se padece en primera persona sí que es normal tener un familiar con esta enfermedad.
Desde que empezamos con esto de las tiras he podido oir de militantes con bata de distintos partidos burradas como que la medida restrictiva está muy bien, "porque los diabéticos hacéis lo que os da la gana", por ejemplo. O que mejor no dar tiras, porque el día que tenemos 100, el diabético "se harta a churros"; y así podía seguir escribiendo un libro entero de disparates que muestran clara una cuestión: cuando te crees con poder, mejor que responsabilizarte del bienestar del que te vota, mucho mejor, es crimilalizarle justificando el ahorro que a ti te interesa.
Todo recorte en prestaciones sanitarias tiene una ventaja para el que lo implanta: que en ese momento sí que ahorra, pero el que se responsabilice de la Sanidad después de manrcharse el que ahorró, con la música a otra parte, se topará con un gasto sanitario mucho mayor. Si hoy los afectados no pueden ejercer desde sus casas el derecho que se les supone en el mejor Plan Integral de Diabetes que nunca tuvimos, si hoy no se pueden medir el azúcar, dentro de unos años aumentará el número de diabéticos amputados, el de diabéticos en diálisis... y más aún el de diabéticos muertos. Cada quirófano para una amputación supone más dinero que las tiras gastadas en un pueblo pequeño en un año. Por cada diálisis, abasteces a una residencia de ancianos de tiras para una buena temporada. Cada muerto será el ahorro seguro al que muchos peseteros ansíen (aún diciendo todo lo contrario). Así que, para que esto no pase, sería bueno oir ideas en estos momentos.
Hay algo bueno aquí, y es que Alcalá fue el primer pueblo donde, por unanimidad, se defendió el poder tener en Valme lo mismo que en el resto de hospitales universitarios sevillanos en Endocrinología. Incluso el PSOE apoyó la idea, aún enfrentándose al gobierno andaluz. Y desde aquí otros muchos pueblos adscritos a Valme se unieron, moción a moción, a instar a la Consejería a deshacer el agravio. Alcalá sirvió de ejemplo, hasta aprobarse en el Parlamento. Si fueron capaces de olvidar diferencias para esto, tal vez lo hagan para las tiras. Está en juego el 12% de votantes.
Beatriz González Villegas.
*De esos 45€ que pagamos nosotros en el mostrador de cualquier farmacia la Seguridad Social, si nos las receta el médico, paga menos de 18€ por eso de los convenios con las empresas farmacéuticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario