El otro día, hablando de las nuevas pulseras que han impuesto en el Virgen del Rocío, ya comenté la amabilidad de los que trabajan en el Pabellón Vasco, que oficialmente se llama Hospital Duque del Infantado.
Pues ayer, pegado en el tablón de anuncios que tienen los sindicatos, a la derecha del ascensor de la planta baja, me quedé mirando esto que he colgado. No entendí bien qué era aquello, porque cada mañana me paro remirando lo mismo, que si un seminario del año tal, o una convocatoria cual, y todo ordenado dentro de la vitrina. Este papel estaba pegado, sobre el cristal, dejado a su suerte pudiendo ser arrancado, o todas esas cosas que a veces se les ocurren a algunos. Pero no, ahí estaba limpito y compuesto con el siguiente texto:
Al Director y Jefa de Personal del
Duque del Infantado. 3ª Planta.
Para que sepan que el personal que
tienen es muy humano y cariñoso con
todas las personas mayores, por lo
que no ponen pegas.
Yo, Sonia Álvarez Zapata, con DNI
xxxxxxxxxx, y mi madre, Felisa
Zapata García, con DNI xxxxxxxxxx
queremos dar las gracias a todos los
auxiliares, ATS, médicos/as,
administrativos/as y limpiadores/as
por todo su trabajo.
Gracias por ser tan humanos.
Esperaba encontrarme a Cecilia en su despacho, pero era demasiado temprano, y se me olvidó comentárselo a su compañera. Después, dentro, todo fue como cada día, con un "Hola, Bea, ¿ya estás aquí? Pásate para acá", y esperar a Fernanda que hoy acababa su tratamiento. Toda aquella familiaridad se te hace tan normal que hasta se te olvida lo importante. Pero cuando ya vino Paula con los preparos para empezar, se lo dije: "¿A que no has visto el cartelito que había abajo, donde los ascensores?", y le conté. Paula no se había dado cuenta siquiera. Se puso un instante seria, con el sistema en una mano, y luego me miró sonriendo. Alguna vez es bueno que nos digan cosas bonitas, es lo único que dijo.
Al poco llegaron otras pacientes, Fernanda, y Ani, una a la que no conocíamos, pero también asidua. Y ya no paramos de cotillear entre agujas, y bombas como metrónomos que marcan el compás del tiempo que allí pasamos, contándonos de todo un poco, y bromeando para que no pese tanto el tratamiento. La última fue una señora muy mayor, acompañada con un hijo con cara de no saber dónde estaba, y de miedo. Ella, muy dispuesta, le preguntó a Carmen que qué edad le echaban. Ochenta y muchos, ya ni me acuerdo.
Trabajar aquí, con pacientes como nosotras, que en lugar de venas no sabemos ni qué tenemos, y con cuerpos rotos por la edad o por enfermedades largas y duras (como decía el chiste verde) no es sencillo, y sin embargo parece un juego de niños para ellas. El día que llegué llorando y tiritando de frío les faltó tiempo para acogerme y quitarle importancia al dolor y arroparme con la manta eléctrica, que sirve hasta para mostrar venas donde no quedan. Son un equipo que saca lo mejor que tienen por vocación, porque dudo mucho que nadie pueda pagar lo que nos dan, salvo que nos toque la primitiva y tengamos para un piscolabis con palacete para cada una: Mónica, Concha, Carmen, Inma, Paula...
Sí, Gracias por ser tan humanos.
hola soy mari,y tengo un familiar en este hospital y me gustaria dar las gracias a todo el personal,empezando por los medicos/as ,enfermeras/os,chicas de la limpieza etc.poor la delicadeza que tienen con los pacientes y familiares.nosotros sus familia sabemos que no hay mucha esperranza que se salve mi abula,pero de todos modos en mi nombre y en el de todos sus hijos A,nueras,nietas/os os damos las gracias y por favor lo que os pediria que siempre sigais asi.os mereceis el puesto de trabajo que teneis.porque muchos el trabajo forzoso porque no le gusta desempeñar la carreraque con mucho esfuerzo me imagino que le han costado hacer,y es para que lo sepan aprovechar co mucho cariño y esfuerzo.gracias por haber personas tan generosas como vosotros,sin ustedes no podriamos hacer mucho. muchos besos a todos y hasta que dios quiera.lo le pido a dios es que por la enferma y sus familiares que no sufra mucho.gracias
ResponderEliminarHola, Mari!!! Hoy estuve en el Pabellón Vasco de nuevo. ya es mi última semana de hierro, si todo va bien. Les conté lo bonito que me pareció tu comentario, y les encantó. Voy a fotocopiarlo y se lo pasaré. Estoy contigo en eso del cariño que nos dan. Desde las administrativas al carpintero, que siempre anda por allí, son un equipo fantástico.
ResponderEliminarEspero que tu abuela mejore.
Un abrazo fuerte.
Beatriz González Villegas.
hola ,soy mari perdonad pero hasta ahora no he vuelto a visitar esta pagina,mi abuela fallecio ala pocas semana de poner este comentaio,pero de todas maneras os damos las gracias por todo,un saludo y un fuerte abrazo seguir asi porfavor .gracias a todo vuestro personal.bsss
ResponderEliminarhola beatriz,soy mari,me gustaria saber de ti,pues desde que me contestastes al comentario me dio mucha aleggria ,deseo que te encuentes bien,no se mucho de ti pero de todas forma me hace mucha ilusion que me hayas conttestado,espero tener noticias tuya pronto bsssss y cuidate.
ResponderEliminarHola, Mari. Si me dejas una dirección de correo te cuento y te paso mi teléfono. Aquí, en abierto, no me atrevo, que luego, si me llaman los que lo lean desde fuera de España me toca pagar media conferencia y andamos en rojo y si teléfono coorporativo.
ResponderEliminarLa dirección nuestra es astxpanctreas@gmail.com
Estoy mejorando, Mari!!! Y con todo lo que llevo a mis médicos le parece increible. Pero con el personal que tenemos en nuestros hospitales es fácil mejorar. Le echan una humanidad que no hay quien se resista.
Un abrazo.
Bea.
Buenas. Poniendo mi nombre en google he llegado aquí. Soy yo la que escribió el papel. Gracias por todo.
ResponderEliminarHola, Sonia! No sabes lo que agradecemos todos (pacientes y profesionales sanitarios) el mensaje que dejaste pegado al lado del ascensor.
ResponderEliminarMe llamó mucho la atención que, cuando la plasmé en este blog, en gerencia no se hubieran enterado de nada, ni tampoco en planta.
La rutina diaria nos hace ir cada día por los mismos sitios sin fijarnos en detalles, y detalles como el tuyo te llenan el corazón, porque si hay un sentimiento que ennoblece a la persona es el del agradecimiento por las cosas bien hechas, Sonia.
Lamento mucho el fallecimiento de tu madre, y te deseo lo mejor, porque alguien como tú, con tu corazón, se merece también lo mejor.
La planta donde os atendieron ha sido trasladada al Hospital General del Virgen del Rocío. Si no me equivoco, creo recordar que la última vez que estuve en el Duque del Infantado, una de las enfermeras -Carmen-, que me atendió en la primera durante un mes, me contó que ahora está en la segunda del General.
Un abrazo, y gracias por la nota que escribiste a pesar del duelo.
*En esta dirección de correo nos tienes a tu disposición: btaxfosiles@msn.com
Beatriz González Villegas.