Prueban con éxito una nueva estrategia que mejora la función renal de los pacientes trasplantados
Medicina
Prueban con éxito una nueva estrategia que mejora la
función renal de los pacientes trasplantados
MADRID, 01
(EUROPA PRESS) Investigadores de la Charité - Universitätsmedizin
Berlin, junto con otros 16 centros de trasplantes de Alemania y Suiza, han
probado con éxito una nueva estrategia terapéutica que mejora la función
superior renal tras un trasplante de riñón. Los resultados se han publicado en
la edición "on line" de "The Lancet".
Para evitar el rechazo tras recibir
un trasplante renal, muchos pacientes necesitan tomar fármaco muy potentes que
suprimen el sistema inmune, los llamados fármacos inmunosupresores. Algunos de
estos fármacos protegen contra el rechazo del órgano, pero también lo dañan.
Estudios a largo plazo demuestran que este efecto reduce el tiempo medio de
supervivencia tras un trasplante entre ocho y 12 años.
El equipo dirigido
por los profesores Klemens Budde y Petra Reinke, de la Charité, han sido los
encargados de desarrollar el denominado "Estudio Zeus", cuyo objetivo era, a
través de una nueva aproximación, sustituir los fármacos inmunosupresores por
otros no nefrotóxicos.
Según Budde, "los resultados han movido el foco de
atención en el tratamiento del receptor del trasplante de riñón hacia una mejora
de la función renal como marcador para la supervivencia a largo plazo con un
injerto que funciona".
La investigación se centro en los denominados
inhibidores de calcineurina, como la ciclosporina A. Son parte de los protocolos
inmunosupresores regulares que se siguen tras un trasplante de riñón en todo el
mundo, que sólo se eliminan si el daño tóxico es también aparente en el riñón
trasplantado.
Los científicos comenzaron a trabajar 4,5 meses después del
trasplante con un total de 300 pacientes entre los 18 y los 65 años de edad,
utilizando diferentes estrategias de tratamiento. Un grupo siguió recibiendo la
terapia estándar con ciclosporina y en el segundo grupo, la ciclosporina fue
sustituida por otro fármaco. En su lugar, estos pacientes recibieron everolimus,
un fármaco sin efectos nefrológicos obvios en el injerto.
El examen
final, realizado 12 meses después del trasplante, mostró beneficios
significativos en este grupo: el trasplante tenía una mejor función renal, en
comparación con los pacientes que siguieron la terapia estándar con
ciclosporina, mientras que la tasa de rechazos bajó sólo levemente.
Para
el profesor Budde, estos resultados son "muy esperanzadores". Sin embargo,
advierte de que ésto "no es una prueba de la superioridad de everolimus".
"Tenemos que esperar a conocer los resultados a largo plazo de este ensayo",
concluye.
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