30.03.11 - 00:52 -
Valcárcel, presidente de Murcia, quiere que el español jodido que
acude al hospital con paperas o porque le duele la tripa le ayude al Estado a
soportar una carga noble e histórica que permite mantener una sanidad pública y
de gorra, convirtiendo así al Sescam -al que le atribuye una patología
perniciosa, porque dice que su caja, y no precisamente la torácica, ya no
aguanta más- en un enfermo imaginario digno de Moliére. En sentido análogo,
pretende también echar una mano al sector educativo.
Estas declaraciones han sido rechazadas por los socialistas, y el
presidente murciano las ha matizado pues, como siempre ocurre ante reacciones
adversas, el público es que no entiende lo que oye, Pero en este caso, también
el PP se ha visto obligado a subrayar que se trata de una actitud personal que
no comparte, aclarando que el partido no incluye en su programa una propuesta
semejante.
Lo más curioso de este proyecto de copago, que no 'quiá' Dios se
tenga en cuenta por 'quien corresponda', es que contradice de forma sorprendente
el cuestionario popular, según el cual para rescatar al país de la crisis lo que
hay que hacer es bajar los impuestos. Por lo visto, nuestro vecino quiere
compensar esa maniobra, que detraería al Tesoro ingresos elevados, pasándole
factura al paciente, al que le quita su ansiedad y su dolor un equipo médico muy
prestigioso, por su operación de cataratas y otros problemas físicos. Como es
sabido, en algunas comunidades, después de su paso por el quirófano o por alguna
consulta accidental, al involuntario visitante le entregan un recibo, no para
que apoquine el importe del trabajo -o sea, tanto por anestesia y tanto por
cirugía- sino para que sepa lo que vale un peine y conozca lo que han hecho por
él sin cobrarle un euro.
Pero ese, y el de la cuota que quiere implantar el atrevido
promotor, es un falso argumento dado que el complejo y desde luego cuantioso
componente presupuestario, gracias al cual cada día que amanece y descarga en
las salas de espera de las clínicas y ambulatorios un gentío aquejado, puede
funcionar con regularidad y eficacia, disfruta de una aportación que sale de los
bolsillos de los beneficiarios, en el marco de un sistema contributivo que tiene
en cuenta las prestaciones gratuitas más diversas. El modelo de Seguridad Social
no es un caso de generosidad oficial, sino de acciones recíprocas, y lo que
recibe para resolver su hernia y el desastre del reuma quien acude tarjeta en
mano buscando remedio a sus males, ya lleva parcialmente amortizado el apoyo que
le presta la propia sociedad integradora. Sin duda es una forma de copago oculto
que permite que cada centro de una magnífica red funcione con garantías. Para sí
quisieran este mecanismo social países, teóricamente muy desarrollados, donde
para ponerte una inyección tienes que pedir un crédito y recurrir al aparato
privado te cuesta un riñón. Un caso especialmente significativo en este proceso
es la resolución de Obama para conseguir en Estados Unidos una asistencia
sanitaria universal entre las grandes prioridades nacionales. Hace un año, el 23
de marzo de 2010, el inquilino de la Casa Blanca promulgó la Ley de Protección
al Paciente y Cuidado de Salud Asequible en reforma del sistema sanitario del
país. No obstante, se calcula que aun quedarán 16 millones de norteamericanos
sin seguro médico. En general, aunque hay muchas reticencias de sectores que se
ven afectados y que son insolidarios, la nueva ley es un gran avance, porque a
veces ni con un seguro tienes derecho a ciertos privilegios, y, por ejemplo,
hablar de un trasplante son palabras mayores.
Para resumir, una respuesta también personal. ¿Copago sanitario y
educativo? De entrada, no.
http://www.laverdad.es/albacete/v/20110330/opinion/pagar-reuma-tiritas-20110330.html
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