Mensaje a los Transplantados por Dr. Miguel Palacios Celi
Soy el Médico
Miguel Palacios Celi, trasplantado de Hígado No 48, del Hospital
Nacional “Guillermo Almenara Irigoyen” de Es salud en Lima, Perú. Tengo
dos años con el nuevo Injerto, mi Trasplante fue por un cuadro de Fibrosis Hepática complicada con Hepato carcinoma.
Hice mi cola dos años en la lista de Espera, como todos y cuando ya agonizaba, me trasplantaron, el mismo que fue
impecable y sin mayor novedad, demoró 14 horas, estuve dos días en la
UCI y luego unos 5 días en piso, me reintegré a trabajar a los 2 meses y
medio, como ginecólogo.
Han pasado dos años de mi trasplante y cuando pensábamos que habíamos recuperado la felicidad… ¡El tiempo detuvo su marcha! Y empezó a devolvernos al pasado!
Poco
a poco me volvía ictérico, cetrino, enflaquecía, perdía apetito,
disminuía la libido, orinaba oscuro, perdía pelo, me fatigaba al subir
escaleras, sufría de cefalea, insomnio, edema de piernas, todos los días
me miraba al espejo negándome a creer lo que mi esposa decía… “estás
mal”, “estas amarillo, feo, viejo, calvo”… ¿Qué está pasando Dios Mío? .
Acudimos
al Servicio de Trasplante, los médicos evaluaron el caso, me sacaron
sangre, Hicieron la biopsia hepática, realizaron una lectura rápida de
la lámina y con la mirada desolada me comunicaron que las Transaminasas estaban 16 veces encima de lo normal, la GGTP estaba 36 veces mas alta, la Bilirrubina había trepado 11
veces mas de lo normal, los conductillos biliares estaban destruidos en
un porcentaje mayor al 50%, la colestasis biliar anegaba los espacios
Porta, los médicos con el rostro adusto me miraban casi con pena, con
lástima más que con enfado, también estaban enfadados y lentamente el médico Félix Carrasco, me comunicó el diagnóstico…
Doctor- me dijo- obsequiándome un generoso respeto- dada mi condición de médico-, tiene Ud. ¡Un Rechazo Ductopénico del Hígado…un rechazo Crónico del Hígado!... ¿rechazo doctor? -dije-.
¡Si
un Rechazo mixto, con base inmunológica e isquémica, casi irreversible
del Hígado!-continuó diciendo- y con tono sombrío aseveró… ¡Ud. Ha
echado a perder su Hígado!
¿Yo
doctor?, dije con voz temblorosa, pero… ¿Cómo? ... ¡Imposible!, Debe
haber algún error, el Médico continuó diciendo que No había equívoco,
Dijo además, que la recuperación era casi un milagro, que con un poco de ayuda divina, altísima medicación inmunosupresora,
tiempo, paciencia, reposo… tal vez, se podría recuperar en algo la
función hepática... Me sentí como esas alondras heridas, que huyen sin
dejar huellas por los densos bosques de la melancolía, buscando refugio,
en el refugio de los cobardes… ¡la amnesia y el llanto!
El
tejido injertado había empezado a deshilacharse y pude ver en esas
horas las caritas asustadas de mis hijas, sus ojos llorosos, sus
silencios, sus labios temblorosos, sus gargantas atragantadas de
lágrimas, pude sentir en carne viva el llanto desesperado de mi corajuda
y guapa mujer, pude sentir en el alma el llanto vivo de mis padres, ya
ancianos…y me sentí un necio, un villano.
Era un Trasplante ejemplar, estaba reintegrado a la Sociedad, a la familia, a la Vida, me creía sano, casi un semi-dios, ahora reptaba enfermo, con el rechazo a cuestas, casi como un gusano.
Amigos Trasplantados del Mundo
Me he visto impelido a profanar la privacidad de esta experiencia, caminar por el callejón oscuro de la vergüenza y respirar de nuevo el suplicio de la muerte, cuando Tan fácil hubiese sido para la familia, que yo hubiese seguido al pie de la letra las Indicaciones de los Médicos, de la Enfermera, de la Nutricionista, de la Asistenta Social.
¡Dios
Mío!...tan fácil hubiese sido, tomar a diario las medicinas- sin
olvidar ninguna- en la hora indicada, en ayunas, con agua, respetando
los horarios y los minutos, tan fácil hubiese sido evitar algunos
alimentos, algunas actividades, tan fácil hubiese sido leer mi manual de
trasplantado, acudir a mis citas, sacarme los análisis, entrar al
Hospital con mi mascarilla, cargar mi pastillero, consultar cualquier
duda, asistir a las reuniones convocadas, lavarme las manos, cepillarme
los dientes, no comer alimentos callejeros, hacer reposo, dormir
bien…¡Tan fácil hubiese sido ser obediente, humilde, respetuoso,
ordenado, es decir… un buen paciente! .
Me queda tan sólo, la intima convicción que este modesto y vivo mensaje preventorio llegue a la inmensa mayoría de Uds., para que no se dejen
vencer por la rutina de los días, los meses y los años, para que
recuerden que son Trasplantados por Dios y los Cirujanos, para que no olviden el aire, con el que nos acostábamos y levantábamos a diario, temiendo morir anegados por la ascitis y la hematemesis,
para que recuerden que los héroes epónimos de un Trasplante, truecan en
villanos cuando olvidan que son pacientes hasta su muerte.
El Nobel Portugués José Saramago nos dijo alguna vez.
¡La derrota, tiene su aspecto positivo…Nunca es definitiva!
¡La Victoria, tiene su aspecto negativo…Jamás es definitiva!… hay que cuidarla.
Cuiden su victoria, cuiden su Órgano, porque pueden pasar de un Trasplante impecable al fracaso de un Rechazo Crónico y así las sombras de una grandeza pasada, pueden quedar reducidas a escurrajas, desechos y desperdicios.
Los rasgos de nobleza que nos caracteriza, no debe enfangarnos en el rencor y la desesperación, cuando por nuestros yerros, la adversidad nos lance el zarpazo de un rechazo, pues nosotros, es tanto lo que amamos a la Vida, que el perderla es el peor de los males, como dijera Unamuno.
¡Cuiden su órgano trasplantado…cuiden su Trasplante!,
Recuerden a Leonardo Da Vinci, cuando sentenció…El que no aprecia la Vida… ¡No la merece!
Gracias.