Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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sábado, 8 de enero de 2011

"El corazón de Tomás funciona perfecto", dijo el padre del chico bahiense trasplantado el miércoles.


Viernes 7 de enero de 2011 11:32

La operación en el Hospital Garrahan de Buenos Aires duró 11 horas
"El corazón de Tomás funciona perfecto", dijo el padre del chico bahiense trasplantado el miércoles

    El padre de un adolescente bahiense que recibió el miércoles un trasplante de corazón en el Hospital Garrahan de Buenos Aires, dijo hoy en LU2 que su hijo está bien.

   "El corazón de Tomás está funcionando perfectamente. Es un milagro", dijo Carlos Acosta Pereyra, quien contó que toda la operación duró 11 horas.

   El hombre pidió que los medios de comunicación social hagan mayores esfuerzos para concientizar a la gente de la importancia de la donación de órganos y para desterrar los mitos existentes sobre esta práctica.

   Tomás, de 14 años, estaba en "emergencia nacional", internado a la espera de un trasplante de un corazón que finalmente llegó de un donante jujeño.

   Al chico le habían diagnosticado una cardiopatía dilatada con arritmia biventricular, cuando a los 9 años sufrió un desmayo por un síncope.

   El tratamiento diminuyó su arritmia, pero en los últimos meses desmejoró su estado de salud y en agosto fue indispensable derivarlo a un centro de mayor complejidad en Buenos Aires. (LU2 y lanueva.com)



http://www.lanueva.com/hoy/nota/7343f2ee4f/1/88939.html



  Miércoles 24 de noviembre de 2010

TOMAS Y DOS CHICAS QUE QUIEREN VIVIR
Angustiante espera del milagro del trasplante

     Tomás, de apenas 14 años, nativo de Bahía Blanca, brillante alumno del nivel primario, con un final de abanderado, está en "emergencia nacional", el tercero y último nivel de grado de gravedad en una crisis cardíaca y cuando la única solución es un trasplante.
     No está solo en esa acuciante situación. Junto a dos niñas, están internados en el prestigioso hospital Garrahan de Buenos Aires, que atesora muchas circunstancias casi milagrosas en la vida de la gente.
     Tomás Acosta Pereyra D'Angelo nació, hace 14 años, en Bahía Blanca y cursó su primera enseñanza en la escuela pública de Pedro Pico y Thompson, donde fue receptor de felicitaciones y portador de la enseña patria, por su brillante entrega al estudio.
     Pero a los 9 años comenzó a padecer preocupantes malestares, que fueron tratados, en primera instancia, en nuestra ciudad, por el doctor César Comezaña, desde hace pocas semanas director del Hospital Interzonal José Penna.
     El especialista aconsejó, pasadas algunas semanas, el traslado a Buenos Aires y, específicamente, que fuera sometido a estudios en el Garrahan.
     Allí, el diagnóstico no fue alentador: cardiopatía dilatada con arritmia biventricular.
     En agosto último, lo internaron y le implantaron la máquina que suplanta las funciones cardíacas.
     En la misma condición se encuentran Felicitas, de 5 años, quien llegó a Buenos Aires desde Azul, y Milagros, de la misma edad, de José C. Paz, en la provincia de Buenos Aires.
     Carolina D'Angelo, la mamá de Tomás, expresó su confianza en el INCUCAI, pero aclaró: "Hay que alentar a la gente para que se informe, investigue y consulte si tiene dudas, porque la duda puede terminar en la muerte, pero si se aclara, puede generarse el milagro de la vida".
     Tomás también pasó, en su joven y penoso tránsito por la vida, por el Instituto Favaloro, donde su familia también recibió el consejo de acudir de inmediato al Garrahan.
     Los tres chicos están en lista de espera, lo que significa una hora tras hora, día tras día, en desesperada carrera contra una atroz expectativa.
     Desde Bahía Blanca, viajaron seis jovencitos. Son otros tantos amigos íntimos de Tomás, quienes realizaron una colecta, compraron los pasajes y ya están en Buenos Aires, para entregarle personalmente su cariñosa compañía y confianza.
     En 2007, el padre de Tomás, Carlos Acosta Pereyra y su familia, por motivos laborales, se trasladó a Neuquén. Y allí se convirtió en una desgraciada realidad su problema cardíaco. Tenía 9 años cuando sufrió un desmayo, producto de un síncope.
     El diagnóstico indicó que debía consumir seis pastillas por día y no podía realizar ninguna actividad física. Había disminuido la arritmia, pero en los últimos meses entró en crisis y fue indispensable el viaje a Buenos Aires.
     Felicitas Fossat llegó al hospital de niños hace dos años. Su situación era desesperante luego de que el corazón comenzó a fallarle a los nueve meses de vida. Su diagnóstico es microcardiopatía dilatada.
     Milagros padece insuficiencia del microcardio y también le fue implantado el corazón artificial o Berlin heart . Gracias a ellos, por ahora, siguen con vida.
     Amargamente, Carlos Acosta advierte: "Algunas personas con el Berlin alcanzaron once meses de vida...", pero la solución, claramente, es el trasplante, el que se espera que llegue tan pronto como la mano del milagro lo permita. 
 
 
 
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/24/11/2010/abo088.html




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