El hígado de un asturiano de 89 años, el donante español de mayor edad, salva una vida en Galicia.
La media de los donantes de la región aumenta hasta 64 años - Disminuyen las muertes en accidentes laborales y de tráfico - El balance de 2010 se cierra con sólo 40 donaciones
Un hígado donado por un asturiano salvó la vida a un ciudadano gallego. Esta historia no tendría mayor trascendencia si no fuera porque el protagonista de la cesión del órgano tenía la friolera de 89 años, lo que probablemente lo convierte en el donante más longevo de la historia del trasplante de órganos en España. El hígado fue trasladado a Santiago de Compostela, donde fue implantado con éxito, pues el receptor se recuperó con singular celeridad.
Éste es el dato más destacado del balance de la actividad donadora y trasplantadora llevada a cabo en Asturias a lo largo de 2010. Un ejercicio cuyas estadísticas no son particularmente brillantes: 40 donaciones de órganos y un total de 83 implantes (43 de riñón, 27 de hígado y 13 de corazón). En 2009, las cifras habían sido superiores en todos los apartados, salvo en el último: 45 donaciones, 46 trasplantes renales, 32 hepáticos y 12 cardiacos.
Con cuarenta donaciones, el Principado vuelve a niveles de 2002 y 2003, cuando se contabilizaron, respectivamente, 38 y 41 cesiones de órganos. Desde entonces, en tres ejercicios se registraron 50 o más donaciones, lo que llevó a Asturias a liderar el «ranking» nacional con relación al número de habitantes de cada comunidad autónoma.
En el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), único de la región con actividad trasplantadora, se registraron durante el año que hoy termina un total de 108 extracciones. Muchos de estos órganos fueron enviados fuera del Principado, entre ellos doce pulmones, ya que en el Central no se practican injertos pulmonares.
«La cifra de 40 donantes no es para estar muy entusiasmados, pero tampoco es un número despreciable y, desde luego, debemos estar muy agradecidos a todas las familias que han sido generosas en momentos tan difíciles», afirmó ayer Jesús Otero, coordinador autonómico de trasplantes. Si se analizan los números de otras comunidades autónomas, se observa que la caída de la actividad no es un problema exclusivo de Asturias.
En realidad, las donaciones de órganos, y los consiguientes trasplantes, representan la cara de una moneda cuya cruz es, ineludiblemente, la muerte de una persona en condiciones de ceder uno o varios de sus órganos. Y lo que afortunadamente han disminuido son las defunciones en accidentes laborales y de tráfico. Además, el progreso de determinados tratamientos ha contribuido a recuperar a enfermos que parecían abocados a una muerte cerebral. Si a eso se le suman las cinco negativas a la donación por parte de los familiares de potenciales donantes, el resultado es una cifra que el doctor Otero aspira a mejorar en años sucesivos.
Un efecto derivado de la caída de donantes jóvenes es el incremento de la edad media de las personas que ponen sus órganos a disposición de otros. En el año que hoy concluye, la edad media de los donantes ha ascendido hasta los 64 años.
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/12/31/higado-asturiano-donante-mayor-edad-salva-vida-galicia/1014354.html
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