Ricardo Leiva, Jefe de Nefrología
"Estábamos en una calle sin salida, topábamos en diálisis"
Los nefrólogos apuestan por crear una unidad de trasplante de riñón
Yamileth Cáceres
Viernes, 21 de Enero de 2011
Una de las metas del Nefrólogo Ricardo Leiva se coronó el pasado
miércoles cuando Kenya Ivette Cruz, de 18 años, entró a los quirófanos
del hospital Rosales y salió de ahí con un nuevo riñón donado por su
madre.
Sucedió después de casi 30 años de convivir con el sufrimiento de cientos de pacientes con insuficiencia renal crónica que llegan al centro asistencial sin otra alternativa más que prolongar su vida conectada a una máquina para sustituir la función de sus órganos.
"No me podía ir del hospital sin haberlo hecho. Para todos los que estamos aquí, siempre fue un reto cumplirlo", comentó el médico, quien es el jefe del Servicio de Nefrología.
El trasplante realizado el 5 de este mes quedará en la historia médica del país. Para Leiva esta cirugía debe ser la semilla para crear una unidad de trasplante e implementar las intervenciones de donante cadavérico.
"Esperamos que no se quede solo como una llamarada de tusa; hicimos uno, se tomó la foto y todo el mundo contento, esto tiene que ser el inicio de un verdadero programa que refleje la necesidad de los pacientes más que del hospital", agregó Leiva.
El Rosales es el único centro público de atención de especialidad; al mes se diagnostican de 52 a 56 nuevos pacientes con problemas en sus riñones, pero no todos se quedan. Al momento hay unos 600 en tratamiento sustitutivo, pero la unidad de diálisis y hemodiálisis solo tiene capacidad para albergar un poco más de la mitad, el resto recibe su tratamiento en otros servicios de hospitalización.
El especialista Luis Trujillo manifestó que uno de los mayores deseos de los nefrólogos es ofrecer una mejor opción de vida.
"Por lo general son personas de escasos recursos, difícilmente van a optar por un tratamiento de este tipo en otra institución. Vemos a muchas personas que se van deteriorando con el tiempo y nos queda la frustración de no poder hacer más por ellos", comentó Trujillo.
La idea de realizar trasplantes comenzó a tomar impulso hace 10 años aproximadamente, pero entonces, la falta de recursos evitó que el proyecto se realizara. Los médicos comenzaron a trabajar en protocolos los cuales se fueron modificando.
Fue hasta el año pasado que la idea tomó forma, médicos y enfermeras ocuparon tiempo extra para lograr que Kenya, la paciente símbolo, fuera trasplantada, sobre todo porque esto abre la puerta para decenas que padecen de la enfermedad.
Leiva expresó que una de las mayores preocupaciones era crear falsas expectativas, antes de la cirugía debían asegurarse de que la paciente tuviera asegurado de por vida el medicamento que permitirá que su cuerpo no rechace el órgano.
"Estamos abriendo una oportunidad más, es un llamado de atención para que se vea al hospital Rosales y a esta patología que ha estado bastante descuidado", añadió el nefrólogo.
Leiva dijo que para impulsar el trasplante de riñón se requiere de presupuesto, tener un laboratorio para realizar los exámenes de compatibilidad entre los donantes y promover la donación cadavérica.
Además es necesario que se trabaje en la detección temprana de la insuficiencia renal.
Hace más de dos años, las unidades del Rosales colapsaron, al igual que las del Bloom y las del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). A través del ISSS se pueden realizar estas cirugías, pero el hospital le debe pagar $22 mil.
"Estábamos en un callejón sin salida porque el paciente topaba en diálisis y las unidades están retumbando, ha colapsado, estamos hasta quitándole tiempo a los pacientes para poder acomodar más", declaró el jefe de Nefrología.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=5506788
Sucedió después de casi 30 años de convivir con el sufrimiento de cientos de pacientes con insuficiencia renal crónica que llegan al centro asistencial sin otra alternativa más que prolongar su vida conectada a una máquina para sustituir la función de sus órganos.
"No me podía ir del hospital sin haberlo hecho. Para todos los que estamos aquí, siempre fue un reto cumplirlo", comentó el médico, quien es el jefe del Servicio de Nefrología.
El trasplante realizado el 5 de este mes quedará en la historia médica del país. Para Leiva esta cirugía debe ser la semilla para crear una unidad de trasplante e implementar las intervenciones de donante cadavérico.
"Esperamos que no se quede solo como una llamarada de tusa; hicimos uno, se tomó la foto y todo el mundo contento, esto tiene que ser el inicio de un verdadero programa que refleje la necesidad de los pacientes más que del hospital", agregó Leiva.
El Rosales es el único centro público de atención de especialidad; al mes se diagnostican de 52 a 56 nuevos pacientes con problemas en sus riñones, pero no todos se quedan. Al momento hay unos 600 en tratamiento sustitutivo, pero la unidad de diálisis y hemodiálisis solo tiene capacidad para albergar un poco más de la mitad, el resto recibe su tratamiento en otros servicios de hospitalización.
El especialista Luis Trujillo manifestó que uno de los mayores deseos de los nefrólogos es ofrecer una mejor opción de vida.
"Por lo general son personas de escasos recursos, difícilmente van a optar por un tratamiento de este tipo en otra institución. Vemos a muchas personas que se van deteriorando con el tiempo y nos queda la frustración de no poder hacer más por ellos", comentó Trujillo.
La idea de realizar trasplantes comenzó a tomar impulso hace 10 años aproximadamente, pero entonces, la falta de recursos evitó que el proyecto se realizara. Los médicos comenzaron a trabajar en protocolos los cuales se fueron modificando.
Fue hasta el año pasado que la idea tomó forma, médicos y enfermeras ocuparon tiempo extra para lograr que Kenya, la paciente símbolo, fuera trasplantada, sobre todo porque esto abre la puerta para decenas que padecen de la enfermedad.
Leiva expresó que una de las mayores preocupaciones era crear falsas expectativas, antes de la cirugía debían asegurarse de que la paciente tuviera asegurado de por vida el medicamento que permitirá que su cuerpo no rechace el órgano.
"Estamos abriendo una oportunidad más, es un llamado de atención para que se vea al hospital Rosales y a esta patología que ha estado bastante descuidado", añadió el nefrólogo.
Leiva dijo que para impulsar el trasplante de riñón se requiere de presupuesto, tener un laboratorio para realizar los exámenes de compatibilidad entre los donantes y promover la donación cadavérica.
Además es necesario que se trabaje en la detección temprana de la insuficiencia renal.
Hace más de dos años, las unidades del Rosales colapsaron, al igual que las del Bloom y las del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS). A través del ISSS se pueden realizar estas cirugías, pero el hospital le debe pagar $22 mil.
"Estábamos en un callejón sin salida porque el paciente topaba en diálisis y las unidades están retumbando, ha colapsado, estamos hasta quitándole tiempo a los pacientes para poder acomodar más", declaró el jefe de Nefrología.
http://www.elsalvador.com/mwedh/nota/nota_completa.asp?idCat=6364&idArt=5506788
No hay comentarios:
Publicar un comentario