EN PACIENTES DE CIRUGÍA CARDIACA
Producen vasos sanguíneos listos para injertar.
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)La pintora Reyes Muñoz ante dos de sus obras presentadas en DonArte, alegóricas de la donación de órganos. |
Investigadores de Carolina del Este en Greenville (Estados
Unidos) han desarrollado un método para producir vasos sanguíneos listos
para su trasplante en pacientes que pasan por una cirugía cardiaca. Los
vasos sanguíneos o 'injertos vasculares' pueden producirse con
anticipación, por lo que los cirujanos pueden emplearlos cuando los
pacientes los necesitan. Su trabajo se publica en la revista 'Science
Translational Medicine'.
Hasta ahora ningún injerto vascular producido a partir de
tejido humano ha resistido su almacenamiento. Además, los nuevos
injertos no son inmunogénicos, es decir, pueden producirse a partir de
tejido de un donante y trasplantarse en pacientes no familiares sin
desencadenar una respuesta inmune. Los vasos sanguíneos pueden
fabricarse a partir de las células del propio paciente, pero este
proceso lleva nueve meses o más y los pacientes no suelen poder esperar
tanto tiempo hasta la cirugía.
Los investigadores, dirigidos por Shannon Dahl, demuestran un
nuevo método para producir vasos sanguíneos listos para su uso que
retienen su fuerza y eficacia al almacenarlos durante largo plazo y
funcionan con éxito una vez implantados en animales de gran tamaño.
Los científicos produjeron los vasos sanguíneos cultivando
células de músculo liso de tejidos humanos donados en estructuras
similares a tubos producidas de polímeros biodegradables. Las células de
músculo liso producían colágeno y otras moléculas que formaban una
matriz extracelular.
Cuando la estructura de soporte se degradaba, los vasos
sanguíneos formados por completo quedaban libres. Utilizando un agente
limpiador, los científicos eliminaban las células de músculo liso de los
vasos sanguíneos para evitar que provocaran una respuesta inmune en los
organismos que recibían el trasplante. Estos vasos sanguíneos humanos
retenían su fuerza y elasticidad y permanecían sin descomponerse incluso
después de su almacenamiento en una solución salina simple durante un
año.
Los injertos vasculares humanos fueron también evaluados en
grandes animales que pasaban por cirugía de bypass arteriovenoso, en la
que los vasos sanguíneos actúan como una tubería entre una arteria y una
vena, un método que permite a los pacientes humanos con enfermedad
renal pasar por diálisis.
Los investigadores mostraron que los vasos sanguíneos en los
animales restablecían el flujo sanguíneo y permanecían abiertos y
fuertes hasta seis meses. Cuando se eliminaban y examinaban los injertos
no se observaban evidencias de fibrosis o engrosamiento de sus paredes.
Los resultados indican que los injertos vasculares duraderos
derivados de diferentes donantes y despojados de las células del donante
son aptos para el trasplante quirúrgicos.
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