Javier Esturillo/Jaén
Vídeo.-Los
martes, jueves y sábados suponen para Juan María Aguilar un auténtico
calvario. Son los días de la semana que acude al Hospital
Médico-Quirúrgico para someterse a largas sesiones de diálisis desde su
residencia de la Fuente de Realejo, aislada por los últimos
desprendimientos.
El camino está impracticable. Grandes bloques de roca obstruyen,
desde el pasado 8 de diciembre, el único carril que comunica la casa de
Juan María Aguilar con la carretera de Puente Tablas.
La tierra y las piedras amontonadas sobre la calzada impiden el paso a los vehículos, por lo que la ambulancia que, hasta los desprendimientos, recogía a Juan María Aguilar, de 74 años de edad, en su domicilio lo hace ahora al otro lado de la vereda. La distancia entre ambos es de dos kilómetros. Los recorre acompañado de su esposa, Juana Jiménez, a plena luz de día o en total oscuridad, haga frío, llueva torrencialmente o nieve. “No puede faltar a la diálisis, porque su vida corre peligro”, sentencia la mujer. Salen de casa, con tiempo, “una media hora antes”, apunta Juana, y no regresan hasta que acaba la sesión, sobre las seis y media de la tarde. “Ya es de noche y tenemos que alumbrarnos con una linterna, con el peligro que ello conlleva, porque no se ve prácticamente nada y el camino está lleno de piedras”, advierte Juan María Aguilar, uno de los vecinos que, el pasado lunes, fue desalojado por la alcaldesa del salón de plenos, por pedir “simplemente que arreglen el camino”, lamenta.
Pero lo peor no es andar dos kilómetros para ir a la diálisis, comprar alimentos o abastecerse de agua, sino que cualquier día aparezca un donante. Juan María Aguilar está a la espera de un trasplante de riñón y el tiempo es oro en su caso. Sin embargo, no hay manera humana de que la ambulancia pueda recogerlo en su domicilio hasta que el Ayuntamiento habilite el acceso alternativo por la Carretera de Torrequebradilla.
http://www.diariojaen.es/index.php/menujaen/25-notlocales/31806-camina-dos-kilometros-para-hacerse-la-dialisis
La tierra y las piedras amontonadas sobre la calzada impiden el paso a los vehículos, por lo que la ambulancia que, hasta los desprendimientos, recogía a Juan María Aguilar, de 74 años de edad, en su domicilio lo hace ahora al otro lado de la vereda. La distancia entre ambos es de dos kilómetros. Los recorre acompañado de su esposa, Juana Jiménez, a plena luz de día o en total oscuridad, haga frío, llueva torrencialmente o nieve. “No puede faltar a la diálisis, porque su vida corre peligro”, sentencia la mujer. Salen de casa, con tiempo, “una media hora antes”, apunta Juana, y no regresan hasta que acaba la sesión, sobre las seis y media de la tarde. “Ya es de noche y tenemos que alumbrarnos con una linterna, con el peligro que ello conlleva, porque no se ve prácticamente nada y el camino está lleno de piedras”, advierte Juan María Aguilar, uno de los vecinos que, el pasado lunes, fue desalojado por la alcaldesa del salón de plenos, por pedir “simplemente que arreglen el camino”, lamenta.
Pero lo peor no es andar dos kilómetros para ir a la diálisis, comprar alimentos o abastecerse de agua, sino que cualquier día aparezca un donante. Juan María Aguilar está a la espera de un trasplante de riñón y el tiempo es oro en su caso. Sin embargo, no hay manera humana de que la ambulancia pueda recogerlo en su domicilio hasta que el Ayuntamiento habilite el acceso alternativo por la Carretera de Torrequebradilla.
http://www.diariojaen.es/index.php/menujaen/25-notlocales/31806-camina-dos-kilometros-para-hacerse-la-dialisis
No hay comentarios:
Publicar un comentario