Hoy se celebra en España el día Nacional del Trasplantado y, aunque
en un primer momento fue una iniciativa de los trasplantados hepáticos,
hoy en día la celebración se extiende a todos los tipos de trasplantes
que tienen lugar en España, que mantiene su liderazgo mundial en esta
materia igual que en los últimos 19 años.
Durante la jornada del miércoles, las asociaciones de trasplantados
de todo el país, realizarán charlas informativas y de concienciación
para que la sociedad entienda la importancia de ser donantes.
En 2010, se contabilizaron 1.502 donantes en España que permitieron
realizar un total de 3.773 trasplantes. Tuvieron lugar 2.225 trasplantes
renales, 971 de hígado, 243 trasplantes cardiacos, 235 de pulmón, 94
trasplantes de páncreas y un total de 5 trasplantes intestinales.
En Aragón se realizan trasplantes renales, hepáticos y cardiacos y,
para ello, hubo 44 donantes. Los trasplantes renales fueron los más
numerosos. En Zaragoza se realizaron 65 trasplantes de riñón y cuatro de
ellos tuvieron lugar gracias a donantes vivos. En cuanto a los
hepáticos, se contabilizaron 31 casos y, muy por detrás, con nueve
intervenciones, se colocaron los trasplantes de corazón. En Aragón el
primer trasplante cardiaco se realizó el 30 de abril de 2000 y hasta
hoy, son 97 las personas que cuentan con un nuevo corazón. En total, se
realizaron en Aragón durante el año pasado 105 trasplantes de órganos,
una cifra que supera la de 2009 en un tres por ciento. Además nueve de
cada diez familias dicen sí a la donación en el momento en el que se les
pregunta si desean hacerlo.
La edad del donanteEn los últimos años ha
aumentado la edad de las personas que donan sus órganos para salvar
vidas y también la de los receptores de esos órganos. La edad media de
los donantes aragoneses se estableció en 56 años y el 42% supera los 60
años. El envejecimiento de la población y el descenso en el número de
accidentes de tráfico, que ocasionaban la mayor mortalidad entre los
jóvenes, son las principales causas de este cambio.
Durante el año pasado los donantes fueron, en su mayoría, víctimas de
enfermedades cerebrales. Un 52,5% de donantes fallecieron por
hemorragia cerebral, un 17,5% por anoxia cerebral y un 15 % donaron sus
órganos después de sufrir traumatismos craneoencefálicos. Con respecto a
las personas que han recibido un órgano a lo largo de 2010, la más
mayor tenía 85 años y la más joven 25. Aragón envió en 2010 a otras
Comunidades Autónomas 42 órganos y recibió 15 para colocar en pacientes
aragoneses. los trasplantes realizados en Aragón supusieron 1.150 años
de sobre-vida a las personas intervenidas en la comunidad y los órganos
generados en Aragón y enviados a otros territorios equivalían a 330
años.
Listas de esperaSegún el Departamento de Salud y
Consumo del Gobierno de Aragón, la comunidad es pionera en ser el
territorio con menor lista de espera del país en trasplante hepático,
con una media de 45 días. En España, en torno a 5.500 enfermos esperan
algún órgano para seguir viviendo. Más de 4.500 necesitan un riñón,
alrededor de 750 esperan un hígado, 173 se encuentran a la espera de un
pulmón, 96 personas conforman la lista de próximos trasplantes de
corazón, 157 de páncreas y 13 de intestino. Del total, alrededor de 100
de las persona receptoras son niños.
El alcañizano Óscar Pedrós fue el primer niño trasplantado de corazón en Aragón. Una
enfermedad cardiaca le impidió vivir una infancia normal. Hoy, con 16
años inenta recuperar el tiempo perdido haciendo deporte y saliendo con
sus amigos.
Dicen que ir en bicicleta es algo que no se olvida y el alcañizano
Óscar Pedrós lo sabe. Óscar abandonó su bici a los 5 años y no la volvió
a tocar hasta los 13. Hoy, cuando Óscar ha cumplido los 16, él y su
familia recuerdan, sonriendo, el momento en el que sacó su bicicleta de
nuevo: "No había manera de que se bajara". Óscar vivía con sus padres y
su hermano mayor en Alcañiz y comenzó su educación en el Colegio Juan
Lorenzo Palmireno. Su vida trascurría dentro de la normalidad hasta que
en el verano del año 2000, en casa de sus abuelos, sufrió su primera
parada cardiorrespiratoria. Epilepsia, ahogamiento o un micro infarto
fueron las posibilidades que barajaron los médicos en esta primera
crisis hasta que, en enero de 2001, la parada que sufrió en el colegio
se prolongó cinco minutos.
Después de muchos viajes y numerosas pruebas el equipo de cardiología
del hospital Miguel Servet de Zaragoza manifestó que Oscar sufría una
miocardiopatía restrictiva, que en otras palabras significa que uno de
los ventrículos del corazón se llena de carne impidiendo que la sangre
fluya con normalidad; así, perdiendo la cuarta parte del órgano, el
corazón deja de latir. La enfermedad, que sólo padecían 11 personas en
España, provocó que después de dos años, Óscar llevará incrustados
dentro de su cuerpo un desfibrilador y un marcapasos. "Nuestro hijo
llevaba la ambulancia encima y, a partir de entonces, prácticamente dejó
de vivir", explicó su madre, Belén Tello.
Óscar no podía jugar, ni correr, no podía subir escaleras, ni sufrir
sustos, no recibía grandes alegrías ni grandes tristezas, ¿Por qué? Muy
sencillo: cualquier emoción o movimiento brusco podía provocarle un
infarto. Bañarse en la piscina, ir al cine o dar un paseo se convertía
en un peligro si Óscar no iba acompañado de un adulto. Pero a los 13
años, cuando los infartos se empezaron a suceder cada 15 días llegó el
momento de someterle a la única solución: un transplante de corazón.
25 de noviembre de 2007Óscar ingresaba en el
Hospital Miguel Servet de Zaragoza dos días después de su cumpleaños, un
25 de noviembre de 2007. Dos meses después, el 16 de enero, la familia
Pedrós recibió la mejor noticia de su vida: había un corazón para él.
Esa noche se iba a realizar en Aragón el primer transplante de corazón a
un niño. La intervención fue un éxito y en ella participaron más de 100
personas. “Mientras que los médicos iban en avioneta a ver el corazón, a
mí me tenían que abrir para que cuando llegara me lo colocaran
rápidamente”, explicó Oscar. “Fue sin duda una coordinación y un saber
hacer admirable que siempre agradeceremos a todo el equipo médico que
participó en la intervención”, comentó Mario Pedrós, el padre.
Sin embargo, a la vez que la familia de Óscar recibía una noticia que
le cambiaría la vida al niño de 13 años que había perdido su infancia,
otra familia, en Badalona, perdía a una joven de 27 años, una donante
multiorgánica que salvó a 5 personas más donando pulmón, riñones,
hígado y corazón. “Es algo que no se olvida nunca. La solidaridad de esa
familia salvó a nuestro hijo”, dijo Mario Pedrós.
Hoy, Óscar lleva una vida normal. Ya tiene un grupo de amigos le gusta la música electrónica y disfruta practicando todo tipo de deportes. “Estoy escalando y corriendo todo lo que no he podido hacer en todos estos años. Mi corazón, salió de quirófano picando rueda”, bromeó el joven que, por fin, sabe lo que es “ser feliz”.
Hoy, Óscar lleva una vida normal. Ya tiene un grupo de amigos le gusta la música electrónica y disfruta practicando todo tipo de deportes. “Estoy escalando y corriendo todo lo que no he podido hacer en todos estos años. Mi corazón, salió de quirófano picando rueda”, bromeó el joven que, por fin, sabe lo que es “ser feliz”.
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