- El doctor español José Ramón Núñez es, desde el pasado jueves, el responsable de la división de trasplantes de la Organización Mundial de la Salud.
- Su objetivo es implantar el modelo español de trasplantes en todo el mundo.
- Explica que el sistema español de trasplantes funciona bien gracias a dos pilares: la igualdad y los coordinadores de trasplantes de los hospitales.
05.04.2013 - 19:26h
José Ramón Núñez es, desde este jueves, el responsable del Programa de Trasplantes de la Organización Mundial de la Salud. El doctor Núñez contesta desde Ginebra a una entrevista telefónica para 20minutos y afirma que su objetivo en la OMS es implantar el modelo español de trasplantes por todo el planeta para que aumenten las donaciones.
Núñez, de 55 años de edad, fue el coordinador de trasplantes del Hospital Clínico de Madrid durante 13 años y empezó a trabajar en la OMS en diciembre de 2012. Considera que el tráfico de órganos y el turismo de trasplantes existen porque hay escasez de donantes.
“Hay personas con poderío económico que se aprovechan de la miseria de otros países y compran un órgano de un donante vivo”, explica, “un pakistaní vende un riñón por 2.000 dólares y se lo ponen a un occidental por 150.000 euros. El pobre pakistaní ha condicionado su vida para poder alimentar a su familia”. Su labor, dice, es evitar que esto suceda. Asegura que si se aplica el modelo español en otras partes del mundo, “un paciente necesitado de un trasplante no dependerá de prácticas tan despreciables como esas”.
¿Por qué le ha elegido la OMS para este puesto?
No es un mérito personal, es un mérito del sistema español de trasplantes. El sistema funciona y cuando un organismo internacional tiene que fijar un modelo, elige el que está funcionando bien: España. Ya se estaban aplicando las directrices españolas, pero en el momento de sustituir al Dr. Luc Noël han elegido a un español, porque es el modelo que se quiere aplicar en todo el mundo. Y ese es mi único mérito personal, ser español.
¿Y por qué funciona bien nuestro modelo?
El modelo español ha tenido repercusión internacional porque consigue un gran número de donantes. Los españoles no somos más generosos que los ciudadanos de cualquier otro país, simplemente tenemos un sistema que tiene unos pilares que son la igualdad, la equidad y un modelo organizativo basado en el coordinador hospitalario.
El coordinador trabaja dentro del hospital, que es donde se producen los fallecimientos y donde un fallecido puede llegar a ser donante. Si hay alguien dedicado ‘full time’ a concienciar a la gente de su hospital de la importancia de la donación y a hablar con las familias tras el fallecimiento de un paciente dando soporte emocional necesario en un momento de tanto dolor y explicando la importancia de donar, se consigue salvar muchas vidas.
Cuando el coordinador tiene un donante, hace una oferta al sistema público y a través de la Organización Nacional de Trasplantes se decide quién es el paciente de todo el país que mejor se adapta al donante y quién lo necesita con más premura. Si el presidente del Gobierno necesita un trasplante, yo te aseguro que no se va a saltar ninguna lista de espera. Eso se ha transmitido a la opinión pública, de tal manera que, como confía en el sistema, su generosidad y su colaboración es mayor.
¿Cómo funciona el modelo español fuera de España?
Muy bien, por eso lo estamos exportando. Por ejemplo, hace dos años, Portugal tenía una tasa de donación que era la mitad que la nuestra. El año pasado ha tenido las mismas tasas que España. Esto demuestra que el modelo funciona y es exportable. En América Latina también estamos consiguiendo que suban las tasas de donación de forma significativa.
¿Cómo ve la situación de la sanidad en España?
Estoy un poco retirado del ejercicio profesional, porque no estoy viviendo en España. Pero creo que nosotros, comparando con diferentes realidades del mundo, deberíamos sentirnos unos privilegiados. Tener una sanidad pública de la calidad como la que tenemos y a la que todo el mundo tiene acceso, me parece un privilegio que no tienen todos los países del mundo, incluso países del mundo con mayor poder económico que nosotros. Yo ahora vivo en Ginebra y pago un seguro médico que es caro y con unas prestaciones que no son ni mucho menos las mismas de la sanidad en España. Creo que, a pesar de la coyuntura económica que tenemos, somos unos privilegiados.
¿Y no cree que los recortes estén afectando a la calidad de la sanidad?
Yo creo que no. Creo que la calidad del servicio está en los profesionales, que no van a permitir prestar un peor servicio por tener menos recursos económicos. Cuando uno tiene que apretarse el cinturón, tiene que optimizar los recursos, pero la optimización no tiene que significar peor calidad en la sanidad. Probablemente tengamos menor potencial económico en este momento, pero el resultado final será exactamente igual. Con las mismas garantías, la misma seguridad y la misma eficiencia.
¿Y al sistema de trasplantes?
Tampoco lo creo, porque lo que gastamos en trasplantes es justo la mitad de lo que ahorramos como consecuencia de los trasplantes que se realizan. Me explico: un trasplante de riñón permite que un paciente salga de diálisis. No solo mejora su calidad y esperanza de vida, sino que el coste para la sanidad pública disminuye significativamente. Solo lo que se ahorra en tratamientos de diálisis gracias a los trasplantes de riñón es el doble de lo que cuesta el programa de trasplantes de todos los órganos. El trasplante es un buen negocio para la sanidad pública porque no solo permite llevar a cabo su principal objetivo, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos sino que además determina un importante ahorro . Estamos ahorrando mucho dinero y, lo más importante, salvando muchas vidas, que es algo a lo que no podemos poner precio.
Recientemente se ha hablado de la posibilidad de que las autonomías que no cumplan con el déficit podrían perder las subvenciones a la formación en trasplantes.
La cantidad dedicada a formación es muy insignificante dentro del programa de trasplantes. Me consta que tanto Hacienda como Sanidad están haciendo una apuesta para que eso no suceda. Le han pedido a las comunidades autónomas que cumplan el déficit pactado, pero no creo que cantidades insignificantes, que en el conjunto del país no creo que superen el medio millón de euros, puedan sufrir recortes como para que el programa de trasplantes no siga adelante exactamente igual que en este momento.
¿Cuál es la situación de los trasplantes en el mundo?
España lleva 20 años a la cabeza, somos líderes en donación. Esto se mide por número de donantes por millón de población y España ha tenido la mayor tasa de donación de cualquier país del mundo, duplicando y en algunos casos triplicando la tasa de otros países de la Union Europea. El año pasado acabamos con 35,6 donantes por millón de habitantes. En el extremo opuesto, hay países donde el índice de donación es muy bajo: en la India la tasa es de 0,1 donantes por millón de población.
Cada año se realizan en todo el mundo 100.000 trasplantes y 10.000 de ellos se consideran ilegales. No podemos tolerar que 10.000 personas al año se vean obligadas a vender un órgano para subsistir. Una forma de luchar contra esto es aumentar el número de donaciones.
Y además de intentar aumentar las donaciones, ¿qué puede hacerse para combatir el tráfico de órganos?
Hay que promover cambios legislativos para que los países no toleren, prohíban o sancionen el tráfico de órganos. En España y en los países de nuestro entorno, la legislación garantiza el que el tráfico de órganos sea absolutamente imposible. Y no solo está penado el tráfico en España, sino que si una persona sale del país para ser trasplantado y obtiene un órgano del que no puede explicar el origen, cuando regrese habrá cometido mismo delito que si lo hubiera hecho en España. Y está penado con 12 años de cárcel. Si logramos llevar estos cambios legislativos a distintos países del mundo, podemos hacer que el tráfico de órganos disminuya.
http://www.20minutos.es/noticia/1778479/0/jose-ramon-nunez/traspantes-oms/entrevista/
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