Como todos sabemos, tanto la anorexia como la bulimia son trastornos de la conducta alimentaria que causan un fuerte sufrimiento en aquellas personas que los padecen. En muchas ocasiones llegan a nuestros oídos comentarios sobre estas psicopatologías pero a veces parece que no queda muy clara la diferencia existente entre ambos conceptos. En esta ocasión, nos hemos propuesto hablar de las semejanzas y diferencias existentes entre los dos.
En la anorexia lo que aparece como característica principal es una fuerte restricción a la hora de ingerir alimentos. Y cuando hablamos de restricción nos referimos a que pueden pasar dos días habiendo comido sólo una manzana, y eso ya les puede costar un enorme esfuerzo, ya que su gran miedo es el de engordar.
Cuando nos encontramos con una persona anoréxica podemos observar que están muy por debajo de su peso saludable. La delgadez es evidente y a veces extrema. Suelen dejar de comer porque se marcan una meta, por ejemplo, adelgazar 5 kilos, pero una vez alcanzan ese objetivo “necesitan” seguir bajando de peso y nunca es suficiente.
Esta alteración en la alimentación hace que se les retire el periodo menstrual (amenorrea). Podemos encontrarnos con que la persona realiza también un ejercicio físico exagerado, además de realizar muchas actividades a la vez, con lo que apenas descansan.
Por otro lado, la bulimia se caracteriza por los atracones, es decir, se consumen grandes cantidades de comida en muy poco tiempo (llegando en casos extremos a ingerir entre 15.000 y 20.000 calorías en un par de horas) y después se llevan a cabo conductas purgativas con el fin de eliminar del cuerpo los alimentos consumidos (básicamente mediante el vómito).
Estos atracones se pueden producir por diferentes motivos: desde el aburrimiento, a un enfado o por sentimientos negativos de cualquier tipo. El atracón les calma la ansiedad a corto plazo pero después de hacerlo se sienten muy culpables y avergonzados por lo que han hecho, que unido al miedo a que les engorde todo lo que han ingerido hace que quieran realizar la purga.
Estas personas suelen mantenerse en un peso adecuado, con lo que es más difícil sospechar que la persona pueda estar sufriendo este transtorno.
Más entradas en el blog de las autoras: Estefanía Cárcel @Estefania_Psic e Isabel Estévez @Isabel_Psic.
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