Mujer de 23 años de edad está médicamente lista para recibir riñón de su padre
Traba administrativa pone en jaque trasplante para joven
Caso atípico sobre pago de cuotas a la Caja complica cirugía para cambio de riñón
Donador era asegurado por su cuenta, pero luego ingresó en planilla.
Luis Edo. Díaz luisdiaz@nacion.com
06/04/2013
Con 23 años de edad, Lenoska Chang Delgado tiene muy
claro que el diagnóstico que recibió el año pasado de que sufre
insuficiencia renal crónica, fase cinco, es grave y que su vida está en
constante peligro.
Aunque acude tres veces por semana al Hospital San Juan
de Dios para recibir tratamientos de diálisis –que le aporta las
funciones del riñón cuando este deja de hacerlo–, su mejor opción para
elevar su expectativa de vida es un trasplante.
Lenoska
ya tiene lo más difícil: un donador. Se trata de su padre, Gerardo
Chang González. Los médicos ya tienen certeza de que uno de sus riñones
es compatible con el organismo de su hija.
Ambos
están médicamente “listos” para la cirugía, pero un conflicto
administrativo por cuotas con el seguro social amenaza con poner en
jaque la operación.
Apuros.
En un inicio, lo que frenaría el inminente trasplante es que el padre
aparece como trabajador independiente moroso en los sistemas de la Caja
Costarricense de Seguro Social (CCSS).
Este dato fue confirmado por la propia entidad.
Dicha
situación se produjo porque Chang González, nicaraguense con 20 años de
residir en Costa Rica, estuvo fuera de estas fronteras poco más de un
año. Regresó en enero del 2011 para trabajar como vendedor de libros
para una editorial.
Para reingresar a Costa Rica, era
necesario que él renovara la cédula de residencia, que, de acuerdo con
las leyes migratorias del país, debe contar con un seguro de salud,
entre otros requisitos.
Chang González adquirió el
seguro con la CCSS y, al mes de haber regresado a suelo tico, fue
contratado por la editorial para que la cual había laborado tiempo
atrás, por lo que entró en planilla y fue asegurado con el aporte de
cuotas obrero-patronales.
Fue el hecho de no haber
declarado ante la Caja que ya no era trabajador independiente lo que
ahora causa apuros para la realización del trasplante.
Su deuda con la entidad es de unos ¢700.000.
La
Caja le ofreció un arreglo de pago. No obstante, debido a que Chang no
trabaja para la editorial desde agosto del 2012, debe pagar la
totalidad de la deuda y seguir cotizando de forma independiente para
poder aplicar como donador para su hija.
Odilíe
Arias, directora de Inspección de la Caja, explicó que la condición de
asegurado de un trabajador independiente no se excluye necesariamente
cuando pasa a planilla y con patrono.
La funcionario
de la Caja insistió en que la falla del padre de no haber cambiado su
condición ante la Caja, complica el caso.
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