Espera joven tres años trasplante de riñón
El
aspecto frágil y menudo de Orlando Torres Gámez contrasta con la
fortaleza con que ha enfrentado los desafios de la vida: primero perdió a
su madre a causa del cáncer y ahora lucha por conseguir un trasplante
de riñón
5/Abr/13 16:19
Por: David Torres
"Los doctores me dijeron que los riñones se me habían hecho chiquitos. Ya familiares míos se han hecho estudios y desafortunadamente no son compatibles conmigo, por eso estoy esperanzado a ver si hay un donador cadavérico o alguien de buen corazón que me done uno", dijo este joven que vive en la colonia Nogales de la Sierra, ubicada al sur de Monterrey.
La vida se ha ensañado con él: fue abandondo por su padre cuando era niño y este 30 de abril se cumplirá un año de la muerte de su madre, María Gámez Jiménez, quien a los 41 años de edad perdió la batalla contra el cárcer cérvico-uterino.
"Ella desafortunadamente se puso muy malita y llorábamos los dos porque decíamos ´¿por qué a nosotros, a los dos?´", se lamenta sollozando.
"Y ella pues también luchó hasta el último, pero desafortunadamente murió y ya no pudimos hacer nada", agregó.
Al quedar huerfáno, Orlando quedó bajo el cuiado de su tía Elisa Gámez y su esposo quienes lo llevan puntualmente a las hemodiálisis que le realizan en el Hospital Universitario donde, hasta el momento, lo atienden sin costo alguno.
Sin embargo, la pobreza salta en el hogar y la enfermedad de Orlando resulta cada vez más costosa.
"Gracias a Dios ahorita nos está ayudando el Hospital Universitario, pero pues sí es difícil porque él no puede andar en camión, tenemos que llevarlo en taxi y eso es mucho gasto", expresó la tía del joven.
Pero lejos de quedarse tirado, Orlando lucha por su salud y por sus sueños: anhela estar sano para poder estudiar la universidad y convertirse en un gran médico tal como se lo prometió a su madre.
"Tengo planes de salir adelante, estudiar medicina. Mi madre falleció hace un año y yo le había prometido que iba a estudiar eso", explicó.
Y como otros chicos de su edad, Orlando es aficionado al futbol y se declara seguidor de corazón de los Rayados del Monterrey.
De hecho su casa tiene leyendas del equipo y atesora una camisa que le regaló el jugador Aldo De Nigris.
Aunque es dificil la misión, no tiene duda que una vez más saldrá avante de esta batalla.
Info7 - A sus 22 años de edad, Orlando ha sorteado las pasadas
más crueles del destino: el 30 de junio del 2010 le diagnosticaron
insuficiencia crónica terminal por lo que ya casi cumple tres años en
espera del trasplante.
"Los doctores me dijeron que los riñones se me habían hecho chiquitos. Ya familiares míos se han hecho estudios y desafortunadamente no son compatibles conmigo, por eso estoy esperanzado a ver si hay un donador cadavérico o alguien de buen corazón que me done uno", dijo este joven que vive en la colonia Nogales de la Sierra, ubicada al sur de Monterrey.
La vida se ha ensañado con él: fue abandondo por su padre cuando era niño y este 30 de abril se cumplirá un año de la muerte de su madre, María Gámez Jiménez, quien a los 41 años de edad perdió la batalla contra el cárcer cérvico-uterino.
"Ella desafortunadamente se puso muy malita y llorábamos los dos porque decíamos ´¿por qué a nosotros, a los dos?´", se lamenta sollozando.
"Y ella pues también luchó hasta el último, pero desafortunadamente murió y ya no pudimos hacer nada", agregó.
Al quedar huerfáno, Orlando quedó bajo el cuiado de su tía Elisa Gámez y su esposo quienes lo llevan puntualmente a las hemodiálisis que le realizan en el Hospital Universitario donde, hasta el momento, lo atienden sin costo alguno.
Sin embargo, la pobreza salta en el hogar y la enfermedad de Orlando resulta cada vez más costosa.
"Gracias a Dios ahorita nos está ayudando el Hospital Universitario, pero pues sí es difícil porque él no puede andar en camión, tenemos que llevarlo en taxi y eso es mucho gasto", expresó la tía del joven.
Pero lejos de quedarse tirado, Orlando lucha por su salud y por sus sueños: anhela estar sano para poder estudiar la universidad y convertirse en un gran médico tal como se lo prometió a su madre.
"Tengo planes de salir adelante, estudiar medicina. Mi madre falleció hace un año y yo le había prometido que iba a estudiar eso", explicó.
Y como otros chicos de su edad, Orlando es aficionado al futbol y se declara seguidor de corazón de los Rayados del Monterrey.
De hecho su casa tiene leyendas del equipo y atesora una camisa que le regaló el jugador Aldo De Nigris.
Aunque es dificil la misión, no tiene duda que una vez más saldrá avante de esta batalla.
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