EL TESTIMONIO.
"Es una vuelta a la vida"
José Joaquín Pérez-Ezquerra renació hace dos años, cuando fue trasplantado. "Ahora hago una vida demasiado normal", bromea.
Reyes Muñoz con dos de sus obras expuestas en Donarte, en Alcalá de Guadaíra. |
05/05/2011 J. O.
El suyo es uno más de los más de cien casos existentes en Aragón. Una vuelta
a la vida propiciada por la "generosidad y serenidad" de unas familias que
encuentran un momento para la generosidad en medio del dolor. José Joaquín
Pérez-Ezquerra, presidente de la Asociación Aragón Trasplantados de Corazón Virgen del Pilar, reconoce tener grabada a fuego una fecha en su mente. "Fue el
1 de marzo del 2009 cuando recibí el corazón y me hicieron el trasplante. A
partir de entonces, mi vida cambió".
De hecho, José Joaquín reconoce que "pasas de no vivir a vivir" y bromea con
su actual estado. "Haces deporte y una vida perfectamente normal, quizá
demasiado porque a veces se nos olvida que somos pacientes".
El presidente de la asociación, organizadora de la exposición que se puede
ver durante una semana en el Servet, subraya que los trasplantados son "los
principales beneficiados del trabajo de una multitud de profesionales", a los
que mostró su agradecimiento y compromiso para "colaborar siempre".
De hecho, advierte que con el trasplante "hemos adquirido un compromiso de
solidaridad que nos obliga a participar y ayudar a los equipos médicos en las
tareas complementarias" para superar los problemas emocionales que surgen tras
el trasplante, "con momentos de decaimiento y abatimiento".
José Joaquín no deja de sonreír. No es para menos. Eso sí, sus palabras
rescatan una mención especial para los que verdaderamente hacen posible su
relajado semblante. "Los donantes y sus familias demuestran generosidad en un
momento tan difícil y de forma tan rápida. Sin ellos ni yo ni otros muchos
estaríamos aquí".
El colectivo
El es el alma mater de la Asociación Virgen del Pilar, que nació en 1994,
cuando pacientes de corazón de Zaragoza, trasplantados en los hospitales de
Valdecilla (Santander), San Pablo ( Barcelona) y clínica de Navarra (Pamplona),
vieron la necesidad de compartir experiencias, sentimientos y sensaciones. A
partir del primer trasplante en Zaragoza en el hospital Miguel Servet, el 30 de
marzo del 2000, el colectivo fue tomando más fuerza al incorporarse los
trasplantados que en un promedio de nueve al año, salvo pequeñas excepciones,
acuden al organismo.
José Joaquín reiteró ayer su agradecimiento en un salón de actos a rebosar y
en el que volvió a sonreír. "Se trata de recuperar una vida familiar y social,
pero sobre todo, de recuperar la vida y eso solo es posible gracias a los
donantes". El aplauso del auditorio resonó con fuerza. A su lado, los doctores también sonreían. Es el triunfo de todos.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=668577
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