ANÁLISIS: EL ACENTO
10/04/2011
En una de las secuencias más recordadas de Blade Runner, el detective
sigue la pista de la nueva raza de replicantes por las trastiendas ocultas del
abigarrado barrio chino de Los Ángeles, donde un artesano cultiva ojos en el
tubo de ensayo. Era ciencia ficción hace solo 30 años, y los replicantes y sus
cazadores siguen siéndolo, tal vez por mucho tiempo. Pero los ojos de cultivo ya
no lo son, pues eso es exactamente lo que acaba de presentar en la revista
Nature un equipo de científicos del centro Riken de Biología del
Desarrollo en Kobe, Japón: retinas embrionarias esencialmente completas
generadas en el laboratorio a partir de meros cultivos de células madre. Los
experimentos no servirán aún para curar la ceguera de nadie. Pero dale
tiempo.
Desde hace 13 años, cuando investigadores de la Universidad de Wisconsin
obtuvieron los primeros cultivos de células madre embrionarias humanas, los
expertos han acariciado el sueño de fabricar a voluntad en el tubo de ensayo
piezas humanas de repuesto. Es cierto que esa no es la única aplicación de las
células madre, y que probablemente no será tampoco la primera en llegar a la
práctica clínica.
Las células madre obtenidas de pacientes, por ejemplo, son un material óptimo
para investigar a fondo la enfermedad en cuestión, o para probar baterías
enteras de moléculas sobre ellas, y ya están empezando a utilizarse con esos
fines. De hecho este será el primer uso de las retinas sintéticas japonesas,
pues la mayor parte de las cegueras humanas se deben a la degeneración de los
fotorreceptores, las células nerviosas de la retina que captan la luz y la
transforman en impulsos neuronales. Y los cultivos contienen estas células.
Y también es verdad que no es esta la primera vez que un laboratorio da un
paso importante hacia la futura generación de órganos y tejidos para trasplante:
los científicos ya habían logrado fabricar un intestino con todas sus formas,
capas y tipos celulares en perfecto orden. Pero nada de esto puede igualar el
tirón de un ojo. Lo demás es el ordenado y previsible avance de la medicina
regenerativa hacia su objetivo final. Pero esto, amigos, es Blade Runner.
Parece obvio que el futuro ya está aquí.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/amigos/Blade/Runner/elpepiopi/20110410elpepiopi_1/Tes
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