Veinte años con latidos de repuesto
El Hospital de A Coruña realizó hace dos décadas el primer trasplante cardiaco de Galicia . Desde entonces, 622 pacientes recibieron un nuevo corazón, la tercera mayor cifra de España
Sábado 09 de abril de 2011 |
Pilar Farjas y Núñez Feijóo charlan, ayer
en A Coruña, con Antonio Peña. / carlos pardellas
Sociedad
El coruñés Antonio Peña pasará a la historia como el primer trasplantado de corazón de Galicia. Con 60 años, tras sufrir tres infartos y con una esperanza de vida que, según los médicos, no rebasaría el año, no dudó en someterse a una operación pionera en la comunidad. Dos décadas después, Antonio se encuentra bien y bromea con su edad. "Tengo 40 años", sostiene al hacer la suma de los veinte que lleva operados más los veinte que tenía el donante. El Hospital de A Coruña conmemoró ayer esta primera operación
ANA RAMIL | A CORUÑA Hace veinte años y con tres infartos a sus
espaldas, los médicos sólo le daban doce meses de vida. Pero los avances de la
ciencia se pusieron del lado del coruñés Antonio Peña, primer trasplantado del
corazón de Galicia, quien dos décadas después presume de encontrarse "muy bien"
y bromea con su edad al afirmar que tiene "40 años" -aunque su DNI revela que
cumplirá los ochenta en 2011- ya que a los veinte años que lleva operados les
suma los veinte del órgano que donó un joven vallisoletano, fallecido en
accidente de moto. Para conmemorar este aniversario, el Hospital Universitario
de A Coruña -donde tuvo lugar la intervención- celebró ayer un acto en el que el
paciente pudo conversar con el equipo médico que lo operó y en el que también
participó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la conselleira de
Sanidade, Pilar Farjas o el presidente de la Organización Nacional de
Trasplantes, Rafael Matesanz, entre otros.
Sin antecedentes de este tipo de intervención quirúrgica en la comunidad gallega, Antonio Peña no dudó en entrar en quirófano el 5 de abril de 1991 y eso que quienes sí tuvieron dudas fueron los médicos ya que, en esa fecha, este coruñés rozaba los 60 años, edad por aquel entonces límite para someterse a un trasplante. Él sentó las bases de un programa que ha convertido al hospital coruñés en uno de los centros de referencia en toda España. Tras Peña, otros 622 pacientes han recibido un nuevo corazón en el Hospital de A Coruña en las últimas dos décadas, de los que 27 fueron niños. "Fue el noveno hospital en unirse al programa de trasplante cardiaco y hoy en día es el tercero que más ha realizado", resaltó Núñez Feijóo.
Desde la propia Organización Nacional de Trasplantes se reconoce la labor del Hospital de A Coruña. "El trasplante cardiaco llegó a un centro que ya era puntero en el renal y que contaba con un equipo de médicos muy entusiasta con este programa", señaló ayer Rafael Matesanz, quien añadió: "Galicia pasó en poco tiempo de ser una comunidad sin este tipo de operaciones a despuntar a nivel nacional. Hoy el centro coruñés es, con diferencia, uno de los puntales en trasplantes de España".
Pasadas dos décadas, la medicina no deja de evolucionar y ya hay alternativas para quienes está contraindicado el trasplante. "El reto del futuro es seguir optimizando el proceso de donaciones, pero también apostar por ampliar otros métodos alternativos al trasplantes como la asistencia ventricular mecánica", señala el doctor Cuenca. Además, investigadores del hospital coruñés demostraron a través de un estudio reciente que el trasplante no siempre es la mejor terapia inicial cuando el paciente está muy grave. Tras diseñar un sistema para dividir la gravedad de un paciente por niveles, demostraron que quienes presentaban peor estado de salud tenían más probabilidades de fallecer tras la operación. Por ello, abogan por estabilizar a estos enfermos y después operarlos.
El primer trasplante cardiaco con sello gallego llevó más de tres horas y, aunque liderado por los doctores Alberto Juffé, Alfonso Castro Beiras y Gonzalo Prada, contó con la colaboración de treinta profesionales sanitarios del centro. Por ello, el jefe de Cirugía Cardíaca del hospital, José Cuenca resalta la labor de todos los médicos. Por su parte el coordinador de trasplantes, Antón Fernández ensalzó el papel de quienes permitieron que el corazón de más de 600 pacientes siguiese latiendo: los donantes.
Sin antecedentes de este tipo de intervención quirúrgica en la comunidad gallega, Antonio Peña no dudó en entrar en quirófano el 5 de abril de 1991 y eso que quienes sí tuvieron dudas fueron los médicos ya que, en esa fecha, este coruñés rozaba los 60 años, edad por aquel entonces límite para someterse a un trasplante. Él sentó las bases de un programa que ha convertido al hospital coruñés en uno de los centros de referencia en toda España. Tras Peña, otros 622 pacientes han recibido un nuevo corazón en el Hospital de A Coruña en las últimas dos décadas, de los que 27 fueron niños. "Fue el noveno hospital en unirse al programa de trasplante cardiaco y hoy en día es el tercero que más ha realizado", resaltó Núñez Feijóo.
Desde la propia Organización Nacional de Trasplantes se reconoce la labor del Hospital de A Coruña. "El trasplante cardiaco llegó a un centro que ya era puntero en el renal y que contaba con un equipo de médicos muy entusiasta con este programa", señaló ayer Rafael Matesanz, quien añadió: "Galicia pasó en poco tiempo de ser una comunidad sin este tipo de operaciones a despuntar a nivel nacional. Hoy el centro coruñés es, con diferencia, uno de los puntales en trasplantes de España".
Pasadas dos décadas, la medicina no deja de evolucionar y ya hay alternativas para quienes está contraindicado el trasplante. "El reto del futuro es seguir optimizando el proceso de donaciones, pero también apostar por ampliar otros métodos alternativos al trasplantes como la asistencia ventricular mecánica", señala el doctor Cuenca. Además, investigadores del hospital coruñés demostraron a través de un estudio reciente que el trasplante no siempre es la mejor terapia inicial cuando el paciente está muy grave. Tras diseñar un sistema para dividir la gravedad de un paciente por niveles, demostraron que quienes presentaban peor estado de salud tenían más probabilidades de fallecer tras la operación. Por ello, abogan por estabilizar a estos enfermos y después operarlos.
El primer trasplante cardiaco con sello gallego llevó más de tres horas y, aunque liderado por los doctores Alberto Juffé, Alfonso Castro Beiras y Gonzalo Prada, contó con la colaboración de treinta profesionales sanitarios del centro. Por ello, el jefe de Cirugía Cardíaca del hospital, José Cuenca resalta la labor de todos los médicos. Por su parte el coordinador de trasplantes, Antón Fernández ensalzó el papel de quienes permitieron que el corazón de más de 600 pacientes siguiese latiendo: los donantes.
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