Una nueva oportunidad de vida
La Clínica 71 del IMSS espera la autorización de la Cofepris para realizar trasplantes de corazón de manera rutinaria en Torreón
El trasplante del corazón se ha convertido en una opción de vida para las personas con insuficiencia cardiaca, la cual es la causa anual de 11
millones de consultas médicas y 3.5 millones de ingresos de
hospitalización.
Todos los pacientes con enfermedades del corazón llegan a padecer insuficiencia cardiaca, ya sea hipertensión arterial, problemas isquémicos o valvulares.
Cuando una persona presenta insuficiencia cardiaca su corazón comienza dilatarse y a crecer. Es un trastorno progresivo, y hasta ahora los intentos por corregir la insuficiencia cardiaca han sido nulos.
El trasplante tiene como objetivo ofrecer al paciente con falla cardiaca terminal y pronóstico fatal a corto plazo, una mejor perspectiva y calidad de vida.
El doctor Edgardo López Mata, jefe del Departamento de Cirugía Cardiovascular y Toracica de la Clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), explica que la insuficiencia cardiaca es el único trastorno cardiovascular que se ha incrementado en incidencia y prevalencia a pesar de los esfuerzos médicos.
Las causas que llevan a un trasplante son una cardiopatía isquémica, la cardiopatía dilatada, la enfermedad valvular, y las cardiopatías congénitas, entre otras.
El trasplante es la última opción para tratar la insuficiencia cardiaca, pero antes de decidirse por esta cirugía los doctores contemplan otros procedimientos como Dor, Batista, láser, cardiomioplastias, asistencia ventricular, marcapasos, o un corazón artificial, entre otras cirugías.
Pero ninguna de esas alternativas ha funcionado al 100 por ciento, y cuando ya se ha intentado todo se contempla la posibilidad de un trasplante cardiaco.
En Estados Unidos se realizan aproximadamente dos mil trasplantes por año, pero la lista de espera es de casi el doble, y el déficit se debe a varias causas: falta de donadores, dispositivos, implante de celular, entre otros.
El doctor explica que en México la situación no es muy alentadora, pues aunque existen programas bien definidos en el Distrito Federal, Monterrey, Guadalajara, entre otros lugares, la falta de donadores es el principal problema. Señala que se han realizado innumerables intentos médicos por resolver esta grave enfermedad, pero hasta ahora no hay resultados.
En un inicio se realizaron experimentos en animales, incluso de animales a humanos. En 1967, en Sudáfrica, se realizó con éxito el primer trasplante; en México fue en 1988 y en la Comarca Lagunera en 1996.
El especialista explica que el trasplante consiste en cambiar el corazón antiguo o enfermo por uno nuevo o de mejor función. “Y el propósito y objetivo del trasplante es ofrecer al paciente con enfermedad cardiaca terminal y pronóstico fatal a corto plazo, una mejor perspectiva y calidad de vida, sobre todo un paciente con lesiones irreversibles, en quienes no se espera ninguna mejoría funcional o de sobrevida con el máximo tratamiento aplicado”.
En los trasplantes, el corazón del paciente es retirado y sustituido por otro. Esta técnica es conocida como trasplante ortotópico (orto - mismo; tópico - local), o sea, el nuevo corazón es colocado en el mismo lugar del corazón enfermo.
“Hay otro tipo de trasplante en que el corazón del paciente no es retirado y el órgano donado es colocado en el lado derecho del pecho, próximo al corazón enfermo. Esa cirugía es rara y conocida como trasplante heterotópico”.
Un trasplante se indica en caso de insuficiencia cardiaca terminal es decir cuando ya se ha agotado todos los medios físicos, farmacológicos y dispositivos.
Las enfermedades que pueden llegar a causar esta dilatación cardiaca son: daños en las arterias coronarias, cardiomiopatía (engrosamiento de las paredes del corazón), valvular cardiaca con insuficiencia cardiaca congestiva, y cardiaca congénita severa.
La cirugía de trasplante de corazón no se recomienda temporalmente cuando el paciente tiene una infección, una ulcera péptica activa, diverticulitis, embolia cerebral, y colecistolitiasis sintomática.
El trasplante no se recomienda de manera definitiva en pacientes con enfermedad del riñón, pulmón o hígado, sufran diabetes mellitus o sean insulino-dependiente, entre otras enfermedades de alto riesgo.
Edgardo López Mata explica que los factores que contribuyen para un trasplante con éxito son: la edad del receptor y del donante, el tiempo de espera en la Lista Única, la calidad del órgano donado, entre otros.
Todo varía para cada órgano trasplantado, pero en general el éxito es superior a un 80 por ciento al final del primer año después de la cirugía. Es importante mencionar que existe toda una logística cuando una persona es candidata a un trasplante, y el caso es avalado por el comité científico de cada hospital.
Las personas que pueden donar son quienes tienen muerte cerebral y que su corazón aún late.
En Coahuila se considera a una persona muerta cuando no tiene actividad cerebral. Los donadores pueden ser desde recién nacidos hasta menores de 60 años de edad, que tengan una historia negativa de insuficiencia cardiaca y de trauma toráxico severo.
También es importante que el cuerpo del posible donador no haya sufrido, que tenga un electrocardiograma y eco normal, no requiera medicamentos, no tenga infecciones ni enfermedades arteriales significativas, entre otras.
En un trasplante cardiaco participa un grupo multidisciplinario como neumólogos, neurólogos, psicólogos, odontólogos, servicio social, gastroenterólogos, rehabilitadores físicos, cirujanos cardiovasculares, entre otras especialidades.
Después del trasplante, el paciente requiere de tratamientos de inmuno supresión para evitar rechazo del corazón. También es necesario realizarle biopsias semanales.
El trasplante cardiaco tiene una mortalidad hospitalaria menor del cinco por ciento, y una sobrevida de 80 por ciento en un año, 70 por ciento a cinco años, y un 60 por ciento está vivo a diez años.
Las causas de muerte de un trasplante cardiaco son el rechazo a las células, infección o falla del injerto, también neoplasias, entre otras.
En Torreón, la Clínica 71 del IMSS cuenta con un programa de cirugía cardiaca. Se realizan alrededor de 500 a 700 procedimientos al año en esta unidad médica, y está a la espera de que la Cofepris dé la autorización para realizar trasplantes de corazón.
Los pacientes de Torreón que necesitan un trasplante de corazón, son enviados a Monterrey, pero Edgardo López Mata señala que muy pronto en la Clínica 71 del IMSS se podrán realizar estos procedimientos. “Pronto se hará realidad el trasplante del corazón de manera rutinaria en Torreón. Hay el material físico y humano para realizarlo, además del interés de todo el personal”.
El especialista señala que si bien cualquier persona con muerte cerebral puede ser un donador de diferentes órganos, incluyendo el corazón, solamente la familia tiene el poder legal de tomar la decisión.
Los órganos que se pueden obtener de un donante vivo son el riñón, por ser un órgano doble; la médula ósea, que puede ser obtenida a través de la aspiración ósea directa o por la colecta de sangre, y parte del hígado y del pulmón.
Los órganos que pueden ser obtenidos de un donante cadáver son: riñones, médula ósea, hígado, pulmón, páncreas, corazón, córneas, válvulas cardíacas, intestino, estómago, piel y huesos.
Edgardo López Mata señala que es importante crear una cultura de donación en México, pues debido a la falta de información, religión o mitos, muchas personas mueren porque no reciben un órgano a tiempo. “También es importante que las personas cuiden su alimentación y hagan actividad física, para tener una buena salud, sobre todo si hay antecedentes de enfermedades cardiacas en la familia”.
Un corazón hecho en México
El año pasado un hospital público mexicano logró implantar con éxito a un paciente de 49 años con insuficiencia cardíaca severa el primer corazón artificial de fabricación nacional, un proyecto en el que se trabajó durante 20 años.
El cardiólogo Moisés Calderón, director general del área de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI explicó que hace cinco años el dispositivo fue completado y enviado a Estados Unidos, donde pasó controles y acreditó su valía antes de ser devuelto a México. "Es el (primer) implante de un sistema de soporte ventricular diseñado y manufacturado en México. Aquí la diferencia es que finalmente desarrollamos un sistema de soporte ventricular mexicano que funciona y que cumple con los estándares internacionales", recalcó el cardiólogo.
Actualmente se realizan en el país entre diez y doce operaciones de implante de corazón artificial por año.
http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/844068.una-nueva-oportunidad-de-vida.html
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