Jefe del equipo de trasplante hepático, en la rueda de prensa del 31 de mayo de 1988.
Un trasplante casi de ciencia ficción
Hace un cuarto de siglo, un grupo
de pioneros de la sanidad pública murciana, con Pascual Parrilla como
carismático líder, anunciaban la culminación del primer trasplante de
hígado en la Región
08.03.13 - 00:43 -
Hace un cuarto de siglo, para la gran mayoría de los
mortales resultaba todavía poco menos que ciencia ficción que un enfermo
desahuciado hallara una nueva esperanza de vida gracias a un hígado
extraído de un cadáver reciente. De tal manera que más de un murciano
debió de esbozar un gesto de razonable sorpresa cuando 'La Verdad'
publicó, en su portada del 1 de junio de 1988, la foto de un grupo de
pioneros de la sanidad pública murciana -con un jovencísimo Pascual
Parrilla como carismático líder-, retratados por Tomás en el instante de
anunciar la culminación de la primera de estas intervenciones en la
Región.
Todo lo relativo a los trasplantes de órganos estaba
entonces tan en mantillas que ni siquiera existía una ley que impidiera
publicar el nombre del donante. Razón por la cual la crónica del
inigualable 'sucesero' José Luis Salanova informaba de que el hígado
había sido donado por la familia de José Antonio Gutiérrez Rodríguez, un
joven almeriense de 21 años, que había sufrido irreversibles lesiones
cerebrales en un accidente de tráfico en el Cabo de Gata.
El resto de los detalles del operativo que desembocó en el
trasplante no contribuyó a restar épica al asunto. A la búsqueda de
medios de transporte que garantizaran un rapidísimo traslado del órgano,
mandos de la Marina movilizaron un helicóptero del portaviones
'Dédalo', que en ese momento navegaba rumbo a las Baleares. Su piloto
depositó poco después el hígado en el aeropuerto de San Javier, donde ya
varias patrullas de la Guardia Civil aguardaban para trasladarlo a La
Arrixaca más escoltado que un jefe de Estado.
Fulgencio Vives Escolar, de 52 años, vecino de El Palmar,
pasó a formar parte de la historia de la Región en el momento en que su
castigado organismo acogió el mayor regalo que nadie pueda recibir.
Vivió solo 26 días. Pero para entonces, de alguna forma, ya era inmortal.http://www.laverdad.es/murcia/v/20130308/region/trasplante-casi-ciencia-ficcion-20130308.html
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