El HUC realiza 17 operaciones de este tipo en tres años. Estas intervenciones tienen un 15% más de supervivientes que las tradicionales y evitan la lista de espera
Presentación de la inclusión de Canarias en el programa nacional de trasplantes renales de donante vivo. / acfi press
LA OPINIÓN
SANTA CRUZ DE TENERIFE Canarias entrará a formar parte en enero del Programa de Trasplante Renal Cruzado. Esto será posible gracias a la actividad del Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), que ha llevado a cabo 17 trasplantes de donante vivo en los últimos tres años. Según subrayó el responsable de la donación en vivo del HUC, José Manuel González, todos han obtenido buenos resultados y no han presentado complicaciones en los donantes ni en los receptores. Este año está previsto realizar de cuatro a seis intervenciones más de este tipo.
El programa ha sido puesto en marcha por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en colaboración con las comunidades autónomas. Su objetivo es fomentar la donación renal entre vivos, una alternativa cuando un familiar o amigo está dispuesto a donar un riñón al enfermo pero no es compatible. De esta manera, los pacientes con insuficiencia renal crónica podrán recibir un órgano de otra persona a través del intercambio entre dos o más parejas, que ahora podrán ser de cualquier punto de la Península. Este sistema se conoce como trasplante cruzado.
El donante será siempre quien viaje al centro del receptor y las intervenciones en sendos hospitales se producirán al mismo tiempo, matizó González, quien explicó que así se evitan estafas y que una pareja done y la otra no.
Para que un centro sea acreditado para realizar estas operaciones tiene que haber efectuado con éxito al menos 15 en los últimos tres años, emplear cirugía laparoscópica como técnica habitual para extraer el riñón y contar con el informe favorable de la Coordinación Autonómica de Trasplantes.
Este tipo de trasplantes pueden llevarse a cabo entre individuos emparentados genéticamente o no con el receptor. En los realizados hasta el momento en el HUC, siete fueron trasplantes no emparentados (seis entre parejas y uno entre amigos), y 10 emparentados, (siete entre hermanos, dos de hijo/a a madre/padre y uno de madre a hijo), siendo la edad media del donante de 43 años (entre 32 y 51 años) y del receptor de 43 años (entre 27 y 52 años).
Aumento
Aunque en España ha ido subiendo el número de trasplantes renales, fundamentalmente de donantes fallecidos, la cifra no basta para atender las necesidades. Además, los donantes son cada vez mayores por la disminución de muertos en accidentes de tráfico.
La escasa oferta de riñones de donantes jóvenes y las experiencias en trasplante renal entre vivos de otros países – que demuestran muy buenos resultados y un mayor índice de supervivencia– ha hecho que la comunidad médica, con el apoyo de la ONT, esté impulsando el desarrollo de este tipo de programas por los equipos de trasplante renal, como es el caso del HUC.
La extracción del riñón se realiza por laparoscopia, una técnica mínimamente invasiva para el donante, que tiene una duración de aproximadamente tres horas. En cuanto al posterior injerto en el receptor, la operación dura alrededor de dos horas. Además, los riesgos para el donante, aunque existen, como en cualquier intervención quirúrgica con anestesia general, son limitados. De hecho, tras la intervención se puede incorporar a su vida laboral en tres o cuatro semanas y realizar posteriormente una actividad totalmente normal.
El trasplante renal se inició en el HUC en 1981 y ha llegado a convertirse en uno de los programas más activos de todo el país con un incremento progresivo del número de trasplantes y una calidad ya consolidada y excepcional en sus resultados. Desde entonces se han realizado 2.244 trasplantes renales (incluyendo los de donante vivo) y 75 renopancreáticos. Actualmente, el Archipiélago es líder mundial en la tasa de trasplantes renales.
Ventajas
La principal ventaja frente a la donación de cadáver es que la supervivencia del injerto renal y del paciente es mayor en el caso de donante vivo. A los 10 años, el 80% de los injertos renales procedentes de donante vivo están funcionantes frente al 65% de los injertos renales procedentes de cadáver y más del 85 % de los pacientes trasplantados de donante vivo sobreviven frente al 70% del paciente trasplantado de donante cadáver. Además, los enfermos se ahorran la lista de espera que, de media, es de un año para recibir un riñón de una persona fallecida, explicó el coordinador regional de trasplantes, Aurelio Rodríguez.
Otro de los avances más destacados consiste en que el paciente puede recibir el trasplante renal en la etapa anterior a la diálisis, con lo que los resultados son aún mucho mejores. Rodríguez destacó que la tasa de trasplantes renales en Canarias sigue estando por encima de la media nacional.
SANTA CRUZ DE TENERIFE Canarias entrará a formar parte en enero del Programa de Trasplante Renal Cruzado. Esto será posible gracias a la actividad del Hospitalario Universitario de Canarias (HUC), que ha llevado a cabo 17 trasplantes de donante vivo en los últimos tres años. Según subrayó el responsable de la donación en vivo del HUC, José Manuel González, todos han obtenido buenos resultados y no han presentado complicaciones en los donantes ni en los receptores. Este año está previsto realizar de cuatro a seis intervenciones más de este tipo.
El programa ha sido puesto en marcha por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), en colaboración con las comunidades autónomas. Su objetivo es fomentar la donación renal entre vivos, una alternativa cuando un familiar o amigo está dispuesto a donar un riñón al enfermo pero no es compatible. De esta manera, los pacientes con insuficiencia renal crónica podrán recibir un órgano de otra persona a través del intercambio entre dos o más parejas, que ahora podrán ser de cualquier punto de la Península. Este sistema se conoce como trasplante cruzado.
El donante será siempre quien viaje al centro del receptor y las intervenciones en sendos hospitales se producirán al mismo tiempo, matizó González, quien explicó que así se evitan estafas y que una pareja done y la otra no.
Para que un centro sea acreditado para realizar estas operaciones tiene que haber efectuado con éxito al menos 15 en los últimos tres años, emplear cirugía laparoscópica como técnica habitual para extraer el riñón y contar con el informe favorable de la Coordinación Autonómica de Trasplantes.
Este tipo de trasplantes pueden llevarse a cabo entre individuos emparentados genéticamente o no con el receptor. En los realizados hasta el momento en el HUC, siete fueron trasplantes no emparentados (seis entre parejas y uno entre amigos), y 10 emparentados, (siete entre hermanos, dos de hijo/a a madre/padre y uno de madre a hijo), siendo la edad media del donante de 43 años (entre 32 y 51 años) y del receptor de 43 años (entre 27 y 52 años).
Aumento
Aunque en España ha ido subiendo el número de trasplantes renales, fundamentalmente de donantes fallecidos, la cifra no basta para atender las necesidades. Además, los donantes son cada vez mayores por la disminución de muertos en accidentes de tráfico.
La escasa oferta de riñones de donantes jóvenes y las experiencias en trasplante renal entre vivos de otros países – que demuestran muy buenos resultados y un mayor índice de supervivencia– ha hecho que la comunidad médica, con el apoyo de la ONT, esté impulsando el desarrollo de este tipo de programas por los equipos de trasplante renal, como es el caso del HUC.
La extracción del riñón se realiza por laparoscopia, una técnica mínimamente invasiva para el donante, que tiene una duración de aproximadamente tres horas. En cuanto al posterior injerto en el receptor, la operación dura alrededor de dos horas. Además, los riesgos para el donante, aunque existen, como en cualquier intervención quirúrgica con anestesia general, son limitados. De hecho, tras la intervención se puede incorporar a su vida laboral en tres o cuatro semanas y realizar posteriormente una actividad totalmente normal.
El trasplante renal se inició en el HUC en 1981 y ha llegado a convertirse en uno de los programas más activos de todo el país con un incremento progresivo del número de trasplantes y una calidad ya consolidada y excepcional en sus resultados. Desde entonces se han realizado 2.244 trasplantes renales (incluyendo los de donante vivo) y 75 renopancreáticos. Actualmente, el Archipiélago es líder mundial en la tasa de trasplantes renales.
Ventajas
La principal ventaja frente a la donación de cadáver es que la supervivencia del injerto renal y del paciente es mayor en el caso de donante vivo. A los 10 años, el 80% de los injertos renales procedentes de donante vivo están funcionantes frente al 65% de los injertos renales procedentes de cadáver y más del 85 % de los pacientes trasplantados de donante vivo sobreviven frente al 70% del paciente trasplantado de donante cadáver. Además, los enfermos se ahorran la lista de espera que, de media, es de un año para recibir un riñón de una persona fallecida, explicó el coordinador regional de trasplantes, Aurelio Rodríguez.
Otro de los avances más destacados consiste en que el paciente puede recibir el trasplante renal en la etapa anterior a la diálisis, con lo que los resultados son aún mucho mejores. Rodríguez destacó que la tasa de trasplantes renales en Canarias sigue estando por encima de la media nacional.
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