Los casos se multiplican en Santa Cruz y los hospitales están saturados para los servicios de diálisis
Males renales, el drama detrás de la epidemia
Salud. Los pacientes que padecen insuficiencia crónica aumentan y no hay una óptima cobertura de servicios sociales públicos para apoyarlos.
Lunes, 23 de Diciembre, 2013
Hace tres años le diagnosticaron insuficiencia renal y dos que lucha para ingresar a la lista de personas que aguardan por un trasplante de riñón en Santa Cruz.
“Mis hijos han hecho lo posible, pero no han sido compatibles y los estudios han sido desfavorables para mí. Aún así voy a seguir en la lucha porque sé que mi calvario será menos complicado y menos costoso si es que lo logro”, expresó con mucho optimismo la señora María (nombre ficticio), de 43 años.
Los pacientes que aguardan para esta intervención, según la coordinadora de regional de trasplantes de Santa Cruz, no superan las 50 personas, aunque son más de 500 las que se dializan o aguardan en lista para este tratamiento dentro de los hospitales públicos de la capital.
Entrar a la lista de espera para trasplantes es difícil. Entrar a la lista de personas que serán sometidas a un trasplante de riñón es como conseguir una visa a Estados Unidos, todos quieren conseguir aquel pase, pero son pocos los que logran el objetivo.
Entre tanto, lo que le queda a la mayoría de los pacientes que padecen alguna complicación renal es una espera para acceder a los tratamientos o terapias sustitutivas al sistema de salud renal.
"Aquí se ve de todo, hay gente que se deshace de todas sus pertenencias de valor y hasta de sus casas para poder hacerse la diálisis", dice una enfermera, que prefiere reservar su nombre, en la sala de hemodiálisis del hospital San Juan de Dios.
"Si las autoridades supieran los sacrificios que uno hace para llegar aquí y alargar un poco más nuestras vidas, se esforzarían para que accedamos a este tratamiento sin tantas humillaciones", expresó con un tono de voz agotada la señora Esther (nombre ficticio), quien afirma estar esperando desde hace diez días para que le hagan una diálisis.
"Si no me muero antes, voy a ingresar a la lista y si es así mis hijos tendrán la conciencia tranquila de que hicieron todos los esfuerzos por mantenerme viva, no sé cómo quedará la de las autoridades de ver que tanta gente pobre sufre y se muere por las carencias que hay en los hospitales", reprochó con lágrimas en los ojos, en alusión a la necesidad de más aparatos que permitan a más personas acceder a este tratamiento.
Es que son contados con los dedos de una mano los centros de salud pública y seguros sociales que cuentan con este tratamiento o dan algún apoyo previo al trasplante del riñón en nuestra ciudad. No obstante, la mayoría de ellos está saturado y no cuenta con espacios para abrir paso a nuevos pacientes para hacerse este tratamiento esencial para que una persona con insuficiencia renal viva.
Es el caso de la Caja Nacional, el hospital San Juan de Dios y el Japonés donde los pacientes deben esperar meses para realizarse el tratamiento que precisan al menos dos veces por semana.
La epidemia se expande con la diabetes y hospitales no dan abasto. Según los expertos, los problemas de salud renal son una epidemia mundial que también afecta a Bolivia donde estas complicaciones van en ascenso y vienen acompañadas por el incremento de casos de diabetes e hipertensión.
Solo como dato, la Fundación de ayuda social, Davosan, estima que asistió a por lo menos 600 personas del departamento y el país que llegaron a esta institución para acceder a medicamentos y tratamientos relacionados a la enfermedad y en algunos casos para recibir ayudas posteriores a un trasplante de riñón.
Si bien el responsable de la Coordinadora Regional de Trasplantes del Departamento, Néstor Vaca Pereira, indicó que en el país no existen cifras de la enfermedad, advierte de un incremento indiscriminado de casos de insuficiencia renal no solo en el departamento, sino a nivel nacional que está reflejado en la situación de los hospitales que no cuentan con cupos y espacios para atender la demanda de pacientes que enfrentan estos problemas de salud.
"Hemos solicitado un informe detallado a cada hospital para que nos indiquen la cantidad de pacientes que están asistiendo con miras a brindar las condiciones y las logísticas necesarias para esta población vulnerable", indicó el experto quien admitió también que las políticas vigentes poco o nada logran paliar este problema de salud pública.
Hay que mudar la cultura alimenticia. Para el nefrólogo y especialista en implantes, Herland Vaca Díez, el incremento de casos de enfermedades renales del país son una consecuencia del aumento de los casos de diabetes que está ligado a los malos hábitos alimenticios.
"Cuando disminuye la pobreza, la gente pasa a comer más, pero comen no en calidad, sino en cantidad", señaló el experto a tiempo de explicar que la ingesta de los hidratos de carbono, hacen que el paciente tenga más sobrepeso y obesidad y también mayor incidencia de la diabetes.
Cabe destacar que la diabetes significa más del 40% de la causa que lleva a la insuficiencia renal en los adultos.
Lo más lamentable, señala, es la cobertura de salud pública que tiene, pues la Caja Nacional de Salud sería el único ente que cubre la asistencia a los pacientes que enfrentan estos males, aunque no en su totalidad.
También se conoce que en los hospitales Japonés y San Juan de Dios se realizan las diálisis, aunque el costo por tratamiento es de Bs 500 y la mayoría de los pacientes que precisa este tratamiento para vivir la debe hacer al menos tres veces a la semana.
En este sentido, el galeno hizo notar la falta de interés y de políticas de Estado que apunten a revertir este problema de salud pública.
No obstante, resaltó la necesidad que tiene el sistema público de hacer un control epidemiológico a fin de tener un registro o porcentaje de las personas diagnosticadas y de qué manera enfrentan a la enfermedad.
"Nada de eso hay en Bolivia ni de esta ni de muchas enfermedades de salud pública, el problema del país es que se compran aviones militares y no tenemos números relacionados a la salud a excepción de algunas poblaciones", indicó
Respecto a la epidemia de enfermedades renales que afecta notablemente al departamento y al país, sugirió también la necesidad de políticas que apunten a un cambio de hábitos alimenticios en la sociedad que es la principal causa para que surjan este tipo de problemas sociales. "Hay que mudar la cultura alimenticia, ingerir alimentos que no tengan azúcar. Hay que ingerir más frutas y verduras en esto no se ha trabajado mucho", señaló Vaca Díez a tiempo de sugerir también la mejor promoción de los beneficios y bondades de la donación de órganos fundamental no solo para las personas que padecen problemas renales, sino para la sociedad en general.
"Si no me muero antes, voy a ingresar a la lista y si es así, mis hijos tendrán la conciencia tranquila de que hicieron todo por mantenerme viva. No sé cómo quedará la de las autoridades de ver que tanta gente pobre sufre por las carencias en los hospitales”.
Esther
Paciente con insuficiencia renal crónica
La gente que no tiene dinero, con insuficiencia renal vivirá mientras tenga algunos pesos, el rato que se le acaban "termina la lucha. Tenemos que trabajar en la prevención de estas enfermedades porque es difícil reducir los costos de estos males”.
Herland Vaca Díez
Nefrólogo experto en trasplantes
"Hay que expandir la cultura de la donación de órganos y a los donantes hay que insistirles
en que deben de hablar de esta acción altruista en familia para evitar conflictos y dilemas".
Néstor Vaca Pereira
Coordinador regional de trasplantes
Punto de vista
Dolly Montaño
Experta en salud pública
"Hay que prevenir, la gente debe hacerse controles'
“Está comprobado que la diabetes es la causa del 50% de los casos de pacientes con problemas renales; aumenta la diabetes y aumentan los problemas renales.
Se está trabajando para que la gente cambie y corrija sus hábitos dietéticos. Sin embargo, cada vez hay más gente con esta enfermedad o con presión arterial alta que también hace que la gente se enferme de los riñones. Lo que importa es trabajar en la prevención. La gente debe hacerse un control por lo menos una vez al año para saber cómo está su azúcar.
Hay otras enfermedades que pueden llevar a un problema renal, la gente tiene que hacerse a la idea de que tiene que realizarse un control y si llega a detectar un problema, cuidar el riñón.
Mucha gente termina con el daño renal, se entera al final cuando su riñón está fallando muchísimo.
El riñón empieza a fallar lentamente y nos damos cuenta de que algo está mal pero no lo hacemos, tenemos la información y no accionamos”.
Fuente: http://www.eldia.com.bo/index.php?c=Portada&articulo=Males-renales,-el-drama-detras-de-la-epidemia--65406574065406&cat=1&pla=3&id_articulo=134797
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