Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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martes, 31 de diciembre de 2013

Donación en vida, donación de vida

sanidad | trasplantes de riñón de donante vivo
Donación en vida, donación de vida

Un total de 66 personas desde 1979 se han beneficiado de un trasplante renal de donante vivo El Hospital Regional ha hecho en lo que va de año 13 operaciones de ese tipo, tres de ellas cruzadas

Leonor García málaga | Actualizado 29.12.2013 


Mercedes Cabello, José Ramos (que acaba de jubilarse), Pilar Ruiz y Juan José Mansilla (de izq. a der.), médicos y enfermeros del programa de trasplantes de Málaga.


"Estoy de lujo. Y no solo lo digo yo, sino las analíticas, que salen perfectas". José Ponce vive solo con un riñón. El otro se lo donó hace siete años a su hermano Pedro para quitarlo de la diálisis. "Yo no me entero que solo tengo un riñón. Recomiendo a todo el que esté en mi situación que done porque es una gran satisfacción poder dar salud a alguien que no la tiene y más aún si es un ser querido", añade. Ambos hacen mucho deporte e incluso corren maratones. De hecho, cuenta que Pedro está intentando convencerlo para que hagan juntos los 101 kilómetros de Ronda. José admite que está dudando, pero no porque tengan solo un riñón -porque están estupendos de salud- sino porque deberían dedicar mucho tiempo al entrenamiento. Después, retoma el alegato a favor de la donación renal en vida y recuerda que ahora la extracción del órgano al donante se hace por un pequeño orificio (laparoscopia) de modo que la recuperación es más rápida. De hecho, él fue el primer donante de Málaga al que el riñón se extrajo por laparoscopia.

Historias como la de José y Pedro hay 66. Ese es el número de trasplantes renales de donante vivo que ha hecho el Hospital Regional desde 1979. Las fotografías que acompañan el reportaje solo son una mínima muestra de las donaciones en vida o donaciones de vida. Son madres, padres, hermanos o cónyuges que han dado un riñón a un ser querido para evitarles tener que vivir enganchados a una máquina de diálisis.

El primer trasplante que se hizo en Málaga en 1979 fue renal y precisamente de donante vivo. Pero desde aquel año hasta 2005 apenas se realizaron 11 de vivo. Esta técnica empezó a utilizarse más cuando, debido al descenso de las muertes por accidente de tráfico, había menos donaciones de cadáver. "Ahora es cuando han empezado a subir [los trasplantes renales de donante vivo]", explica el coordinador de Málaga, Miguel Ángel Frutos, quien destaca la seguridad tanto clínica como jurídica de estas intervenciones.

El nefrólogo explica que se hacen estudios exhaustivos y que la mitad de estas donaciones se descartan porque no reúnen los criterios ya que la prioridad es garantizar que el donante no sufra ninguna merma en su salud.

Los enfermos que necesitan un riñón suelen ser reacios a aceptar la donación de un familiar por temor a que su estado físico se resienta. Frutos insiste en que es una intervención segura, que se puede vivir con un riñón y que la donación se descarta si así lo aconsejan los análisis. Aunque generalmente estas operaciones se realizan entre personas con algún parentesco en el que la relación afectiva está clara, tienen que ser autorizadas por un juez. Así se pretende dar a donante y receptor la mayor protección jurídica y evitar que haya intereses económicos de por medio. Al igual que en las donaciones de cadáver, los únicos motivos que debe llevar a la donación son el altruismo y la generosidad.

Las 66 historias comenzaron hace ya casi 35 años. Un 17 de enero de 1979. Fue ese día cuando Rosario Ángel Fuentes donó uno de sus riñones a su hermano. Así comenzaron los trasplantes en Málaga y precisamente fue de una donación en vida. "Llevo ya casi 35 años con un riñón y estoy muy bien. Me encuentro normal. No tengo problemas. Los análisis me salen muy bien. Hago vida sana, pero no vivo dentro de una urna. En mi casa no paro en todo el día", cuenta.

Rosario no tuvo tanta suerte como José Ponce. A ella tuvieron que abrirle medio costado para extraerle el riñón que necesitaba su hermano. Entonces no se hacía aún la donación por laparoscopia. "Yo no me arrepiento. Animo a otras personas a que hagan lo mismo. Es una satisfacción que no se paga con nada. Es lo mejor que pude hacer y yo estoy igual que antes. No me noto nada. Ahora incluso he perdido unos kilos porque estaba muy gorda y me encuentro mejor todavía", relata.

Según explican los facultativos, el trasplante renal de donante vivo tiene incluso mejores resultados que el de cadáver. Por varias razones. La primera, porque se puede evitar que el enfermo entre en diálisis, un tratamiento que con en el tiempo va mermando la salud de los pacientes renales. La segunda, porque al poder programarse la extracción y el trasplante, el tiempo que pasa el órgano fuera de un cuerpo -y por lo tanto sin riego sanguíneo- es mínimo.

Debido a la falta de donaciones de cadáver por el descenso de los accidentes de tráfico y a los buenos resultados de la técnica, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) lleva varios años potenciando estas intervenciones. En la actualidad suponen en torno al 14% de los trasplantes renales. El Hospital Regional ha hecho en lo que va de año 53 trasplantes de riñón de donante cadáver y 13 de vivo.

De estos últimos, tres fueron cruzados. Hasta hace menos de un lustro, cuando una persona estaba dispuesta a dar un riñón a un ser querido pero por razones médicas eran incompatibles, esa donación se perdía. Con los trasplantes cruzados, si el órgano no sirve para un hijo enfermo por incompatibilidad pero puede valer a un desconocido que tiene el mismo problema en otro lugar de España, con el que sí es compatible, se aprovecha porque se cruzan -de ahí el nombre- las donaciones.

"Es una oportunidad adicional que se da a una persona que tiene dificultades para encontrar un donante", explica Frutos. Hasta hace un par de años, cuando se pusieron en marcha los trasplantes cruzados, aquellos enfermos a los que no llegaba una donación de cadáver y en los que el familiar resultaba incompatible no tenían más remedio que seguir enganchados a la máquina. Ahora, esta técnica ofrece una solución terapéutica más.

Y nada despreciable a tenor de lo que indican los datos. De los 13 trasplantes renales hechos en el Hospital Regional en lo que va de año, tres han sido cruzados, casi el 25%. Desde que se iniciaron los trasplantes cruzados en Málaga, se han hecho cuatro. Unos han sido en cadena de dos y otros, de tres. Los primeros se dan cuando se intercambian entre dos parejas donante-receptor y los segundos, cuando en dominó se cruzan tres parejas.

En la actualidad en el hospital malagueño hay 20 pacientes esperando un trasplante cruzado. Cada trimestre, a nivel nacional la ONT cruza de forma virtual las parejas donante-receptor. Aquellas que resultan compatibles son sometidas luego a análisis reales para confirmar que procede la donación y que será segura para la persona que dona.

Los avances médicos van ampliado la capacidad terapéutica de los trasplantes. Hay de cadáver, de vivo, cruzados, en cadena de dos, de tres... Son distintas opciones farragosas a veces de comprender, pero que en definitiva se traducen en nuevas posibilidades de curación para los enfermos. Enfermos que en vez de estar enganchados a una máquina de diálisis hoy llevan una vida normal. Tanto que algunos, como Pedro, se plantean correr 101 kilómetros.







Fuente: http://www.malagahoy.es/article/malaga/1676488/donacion/vida/donacion/vida.html

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