Publicado el 08.08.2007
El trasplante combinado de riñón y páncreas es una opción de tratamiento que permite corregir al mismo tiempo la diabetes y la insuficiencia renal.
Se han realizado más de 25.000 trasplantes de páncreas en todo el mundo desde el primero en 1966, según datos del Registro Internacional de Trasplante de Páncreas (IPTR). De ellos, la mayoría han sido trasplantes de páncreas-riñón. En España, el año pasado se realizaron 94 trasplantes de páncreas, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT).
A pesar de que en los últimos años se ha incrementado la
actividad del trasplante de riñón y páncreas en los centros españoles
que lo realizaban, y del inicio de programas en otros centros del país,
según especialistas de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), la
situación actual podría ser mejor.
"Todavía existe
desconocimiento entre los mismos profesionales y debido a ello, es
posible que no se establezca la indicación en todos los posibles
candidatos", señala la Dra. Mª José Ricart Brulles, Médico Consultor de
la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic de Barcelona y miembro
de la Sociedad Española de Nefrología.
Historia del trasplante de páncreas
El
primer trasplante de páncreas fue realizado por el equipo de la
Universidad de Minnesota en Diciembre de 1966. Desde entonces hasta la
actualidad, según datos del Registro Internacional de Trasplante de
Páncreas (IPTR), son más de 25.000 los trasplantes de páncreas
realizados en todo el mundo. De ellos, la mayoría han sido trasplantes
de páncreas-riñón.
En España se realizó el primer
trasplante de páncreas en el Hospital Clínic de Barcelona, en Febrero de
1983. Hasta la actualidad, han sido realizados más de 800 trasplantes
de páncreas en nuestro país, de los cuales la mayoría han sido también
trasplantes simultáneos de páncreas-riñón. El año pasado se realizaron
94 trasplantes de páncreas en España según la Organización Nacional de
Trasplantes (ONT).
Ventajas de un trasplante combinado
El
trasplante combinado de riñón y páncreas está indicado fundamentalmente
en aquellos pacientes con una diabetes mellitus tipo 1, que a
consecuencia de su enfermedad han desarrollado una insuficiencia renal
terminal, y se consideran también tributarios de un trasplante de riñón.
Según la Dra. Ricart, "en éstos, la realización de un trasplante
conjunto puede considerarse el tratamiento idóneo, ya que una sola
intervención permite corregir la insuficiencia renal y abandonar el
tratamiento sustitutivo con diálisis, al mismo tiempo que normalizar las
glicemias, sin necesidad de administrar insulina".
La
ventaja que tiene el trasplante de riñón-páncreas frente al trasplante
de riñón aislado, es que en una sola intervención se puede corregir la
insuficiencia renal y la diabetes. Si un paciente candidato a un
trasplante combinado se trasplanta de riñón aislado, podrá abandonar el
tratamiento sustitutivo con diálisis, pero la enfermedad diabética
seguirá evolucionando. El paciente deberá de continuar el tratamiento
con insulina, y las complicaciones secundarias a la enfermedad diabética
seguirán progresando. Además la propia enfermedad, al igual que ha
afectado el riñón propio, puede afectar al riñón trasplantado, llevando
de nuevo al paciente a una insuficiencia renal y a la necesidad de tener
que realizar un segundo trasplante.
También el
trasplante de páncreas-riñón tiene ventajas frente al trasplante de
páncreas aislado. Los resultados del trasplante de páncreas son algo
mejores cuando éste se realiza de forma conjunta con el trasplante de
riñón. La pérdida del injerto por fallos técnicos así como por rechazo
agudo es inferior en el trasplante combinado. La supervivencia del
injerto pancreático es algo inferior en el trasplante aislado.
Modalidades del trasplante de páncreas
En
la actualidad, existen tres modalidades de trasplante de páncreas. Esta
es la explicación de la Sociedad Española de Nefrología (SEN):
a) Páncreas combinado con el riñón.
Se trata de la más frecuente, ya que representa el 80 por ciento de los
trasplantes de páncreas. Está indicado en los pacientes con una
diabetes mellitus, que a consecuencia de la misma han desarrollado una
insuficiencia renal.
b) Páncreas aislado en pacientes trasplantados previamente de riñón.
Representa el 14 por ciento de los trasplantes de páncreas y está
indicado en pacientes con una diabetes mellitus, que previamente han
sido trasplantados solo de riñón, y presentan una función renal correcta
y estable. Esta modalidad de trasplante va en aumento en los últimos
años debido a la mejora de los resultados obtenidos, y a que es una
buena opción para aquellos pacientes que tienen la oportunidad de ser
trasplantados de riñón, incluso antes de iniciar el tratamiento
sustitutivo con diálisis, con un riñón procedente de donante vivo
emparentado.
c) Páncreas aislado en pacientes sin enfermedad renal instaurada.
Representa el 6% de los trasplantes de páncreas y está indicado en
pacientes con una diabetes mellitus con muy mal control metabólico que
presentan frecuentes y repetidos episodios hipoglicémicos con pérdida de
conciencia. Aunque debería de considerarse el trasplante ideal, la
realización de un trasplante implica la necesaria instauración de un
tratamiento inmunosupresor de forma mantenida. Estos tratamientos,
tienen sus efectos secundarios, por lo que antes de indicar este
trasplante deben ser bien valorados los riesgos, frente a las ventajas
que se pueden aportar. Además, los resultados obtenidos, son algo
inferiores a los de las otras dos modalidades.
Complejidad de un trasplante riñón-páncreas
En
sus inicios, el trasplante de páncreas presentaba una elevada
incidencia de complicaciones. Estas complicaciones eran fundamentalmente
debidas a problemas relacionados con la técnica quirúrgica, y a
problemas inmunológicos.
Los cambios y los
refinamientos introducidos en la técnica quirúrgica en los últimos años,
así como un mejor conocimiento de las complicaciones, han permitido
reducir de forma importante las perdidas de injerto por esta causa. Por
otra parte, la introducción en el mercado de nuevos y más potentes
fármacos inmunosupresores, han permitido reducir los episodios de
rechazo agudo, y con ello las complicaciones derivadas del mismo.
De
todas formas, si lo comparamos con el trasplante de riñón aislado,
debemos de tener en cuenta que existe un mayor tiempo de cirugía y de
anestesia. Por otra parte en el post-trasplante inmediato pueden
aparecer problemas relacionados con uno u otro injerto. Además, no hay
que olvidar que el paciente diabético, por la propia enfermedad, es
considerado de mayor riesgo para cualquier tipo de trasplante. En el
caso del trasplante de páncreas-riñón, éste se realiza en pacientes con
una diabetes mellitus de varios años de evolución (aproximadamente 20-25
años) y por tanto portadores, además de la insuficiencia renal, de
otras complicaciones secundarias a la diabetes, tales como la
vasculopatía y neuropatía.
"Todo ello hace que la
probabilidad de desarrollar algún tipo de complicación sea más elevada
en el trasplante de páncreas-riñón que en el de riñón aislado", concluye
la especialista de la Sociedad Española de Nefrología (SEN).
Futuro del trasplante de páncreas
En
los últimos años se ha hablado mucho de que en un futuro próximo el
trasplante de páncreas (órgano completo) sería sustituido por el
trasplante de islotes pancreáticos (consiste en implantar no todo el
órgano, sino únicamente las células que segregan insulina y puede
realizarse con una técnica minimamente invasiva). "No obstante, los
resultados obtenidos con el trasplante de islotes han sido algo
desalentadores. Se ha podido observar que de forma progresiva los
islotes van perdiendo su función, de manera que a los 5 años son muy
pocos (<10 por ciento) los pacientes que están libres de tratamiento
con insulina", comenta la Dra. Ricart.
"Para que en un
futuro, el trasplante de páncreas sea sustituido por el trasplante de
islotes, será preciso que los resultados de ambas modalidades de
trasplante muestren una eficacia similar", finaliza la nefróloga.
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