Hoy he leído una noticia que nos afecta directamente a los enfermos trasplantados. Si "en una operación el paciente experimenta
cierta inmudepresión", cuando hablemos de trasplantados esa inmunodepresión la llevamos ya de serie con nuestros tratamientos. Así que corremos más riesgo que los llamados "sanos". Es por eso que todo lo que hagan al respecto nos beneficiará también en más medida que al resto. Me espera pronto otro quirófano, y no quiero ni infecciones adquiridas ahí, ni nosocimiales. Que la suerte me acompañe será decisivo.
Os dejo el artículo y vosotros os alegráis o no.
Salud! Que falta nos hace.
Beatriz González Villegas.
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Objetivo: cero infecciones en el quirófano
La contaminación bacteriana es la complicación más grave a la que
se enfrenta la cirugía digestiva. Los antibióticos y la profilaxis no
son siempre suficientes, y para minimizarla se apuesta por las
intervenciones rápidas y poco invasivas
MAYKA SÁNCHEZ 07/09/2011
Las complicaciones más graves de las intervenciones
abdominales son hoy en día las infecciones bacterianas. Los cirujanos
las temen más que a una maldición bíblica y las tienen muy presentes en
el propio acto quirúrgico, que es donde se contraen, ya que pueden matar
al paciente.
En la operación, la flora intestinal se puede volver agresiva
"Toda la región abdominal y del tubo digestivo está colonizada por
una flora bacteriana; algunos de esos microorganismos en condiciones
normales son inocuos, pero en una operación el paciente experimenta
cierta inmudepresión y se vuelven agresivos. Hay muchos tipos y a veces
algunos de ellos pasan al torrente sanguíneo y producen una reacción
llamada sepsis, que normalmente causa la muerte", explica el doctor
Jesús Culebras, jefe del departamento de cirugía en el hospital público
de León y recién nombrado presidente de la Sociedad Europea de Infección
Quirúrgica en el último congreso internacional de esta sociedad
científica celebrado en León.
"Una de las mesas de nuestro
encuentro se titulaba Una infección en cirugía es demasiado, pues
nuestro objetivo es, como dicen los anglosajones, alcanzar cero
infecciones, algo que por el momento escapa a nuestro control, a pesar
de los grandes esfuerzos que hacemos los cirujanos de todo el mundo y de
que es un problema en debate en todos los foros".
La infección
también depende de otros factores, como la edad avanzada, las patologías
de base del enfermo, el consumo de alcohol y tabaco o la desnutrición:
"Hace algo más de veinte años, no operábamos a enfermos mayores de 65
años. Ahora nos arriesgamos con todos y la edad no es un problema en sí
mismo; lo importante es salvarles la vida o mejorar su calidad",
explica.
De hecho, en torno a un 40% de los pacientes quirúrgicos
superan los 70 años. Pero un anciano suele tener varias patologías y es
fácil que su sistema inmunológico se vea comprometido y sea mucho más
vulnerable a las infecciones".
Por otro lado, estamos
acostumbrados a ver accidentes deportivos o serias cogidas en las plazas
de toros y los afectados se recuperan muy pronto de las heridas que han
pasado por el quirófano. ¿Por qué? "Porque son gente joven, con un
sistema inmunológico fuerte, que se defiende contra los microorganismos
dispuestos a atacar", argumenta.
Una propuesta muy interesante,
según el doctor Culebras, es la llamada fast-track surgery o cirugía de
vía rápida, que apela por que se restrinjan los drenajes, se intente que
dure lo menos posible la colocación de vías venosas y que el reinicio
de la alimentación oral se haga casi de forma inmediata a la operación.
De este modo, si la estancia media hospitalaria era antes de 20 días,
pasaría a unos tres o cuatro.
En el mismo sentido se pronuncia el
doctor Miguel Caínzos, catedrático de Cirugía de la Universidad de
Santiago de Compostela (A Coruña) y gobernador del Capítulo Español del
Colegio Americano de Cirujanos: "La fast-track surgery fue creada en
Dinamarca a finales de la década de los noventa gracias a la técnica de
laparoscopia, que permitía una cirugía mínimamente invasiva. El
principal problema que conlleva es seleccionar a los pacientes que van a
responder bien a esta actuación médica, puesto que algunos podrían
plantearnos crisis muy serias".
Las técnicas
La
laparoscopia, que precisa varias incisiones milimétricas, es un
artilugio de varios tubos de grosor muy fino, a través de los que el
cirujano cumple distintas funciones (ver, cortar, coagular, extraer; en
definitiva, operar).
En España, una de las primeras intervenciones
abdominales que siempre se hacían a cielo abierto y que después se
practicaron con laparoscopia fue la colecistectomía o extracción de la
vesícula biliar. Fue realizada en el hospital Clínico San Carlos, de
Madrid, en 1990 por la doctora Elisabeth Vincent.
A pesar de todos
estos avances en la anestesia y en las técnicas quirúrgicas, así como
en la preparación de los profesionales, la asignatura pendiente, la
complicación más temida sigue siendo la infección y además la infección
adquirida en quirófano, dice Caínzos. "Por mucho que lo intentemos, no
podemos conseguir un hábitat estéril y además nosotros trabajamos sobre
un campo sucio. No podemos hacer una cirugía limpia. En cualquier
reducto de la cavidad abdominal hay cientos de bacterias que son una
seria amenaza", afirma el doctor Caínzos.
Aunque existe la llamada
profilaxis antibiótica, que consiste en administrar tratamiento
antibiótico al paciente inmediatamente antes de entrar en quirófano, el
riesgo persiste, "ya sea porque la profilaxis no es la adecuada o porque
el número potencial de gérmenes es tan amplio que el antibiótico no
cubre a todos", aclara el doctor Julio Mayol, jefe de sección de Cirugía
General y de Digestivo del hospital Clínico San Carlos, de Madrid, y
director del departamento de Innovación del centro.
Se conocen más
de 50 variables de bacterias, incluyendo las ya resistentes a los
antibióticos. Una de las más comunes y que en ciertos pacientes
inmunodeprimidos puede causar la muerte es la Escherichia coli. También
están algunos Enterococcus, Stafilococcus aureus, Pseudomonas,
estreptococos, Bacteroides...
"En nuestra especialidad existe una
cirugía urgente, por ejemplo, a causa de altercados con navajas y
pistolas. Cuando esos pacientes llegan vivos al hospital y podemos
mantenerlos con vida y luego se nos mueren, en la práctica totalidad de
los casos el fallecimiento es por infecciones no por las heridas",
argumenta.
Los expertos no pretenden ni mucho menos alertar y
asustar a la población. Por fortuna, actualmente miles de personas en el
mundo pasan cada día por un quirófano y salen adelante habiéndose
cumplido satisfactoriamente todos los objetivos médicos.
No
obstante, hay que tener siempre en cuenta, en palabras de Mayol, que la
cirugía en sí misma es iatrogénica, es decir, que induce alteración o
daño en los tejidos que aborda. Si bien pretende curar, al fin y al cabo
no deja de ser una agresión, por pequeña que sea. De ahí que produzca
como mínimo inflamación y dolor.
"En cirugía digestiva siempre
acecha el fantasma de la infección, a pesar de la profilaxis antibiótica
y de todas las medidas que tomemos para evitarla. Operamos sobra zonas
ocupadas por gérmenes directamente responsables de infecciones; también
puede ocurrir que surjan otras complicaciones después del quirófano y
sean estas las que conduzcan a la infección. Cuando se contrae fuera, en
otras estancias del hospital, se trataría de la llamada infección
nosocomial", afirma el doctor Julio Mayol.