Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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martes, 30 de octubre de 2012

La muerte de un paciente determina el cupo en diálisis en Venezuela.

La muerte de un paciente determina el cupo en diálisis.

 

En el país hay 70 unidades de hemodiálisis para aproximadamente 17.000 personas. 1.500 necesitan trasplante.
29 de octubre 2012

Los pacientes con insuficiencia renal deben esperar que otro paciente fallezca para obtener un cupo en una unidad de hemodiálisis. Si corre con suerte, puede ocupar el lugar de otra persona que haya ingresado al programa de trasplante o que haya salido de alta. De otra forma, los tiempos de espera son indeterminados. Mientras, el paciente puede morir si pierde la función renal por completo.
En Venezuela se calcula que más de 350 personas aguardan por un cupo de diálisis.
Héctor Daniel Colmenárez, presidente de la federación que agrupa a los pacientes renales en el país, afirma que en todas las unidades de diálisis hay listas de pacientes como si esperaran cupo para un avión.
Actualmente se recopila la data para precisar el número exacto de pacientes que están en esa situación, no sólo en hospitales públicos sino también clínicas privadas que le prestan servicio al Estado, tanto a pacientes asegurados como a los llamados de cortesía.
En las 70 unidades de diálisis públicas y privadas del país hay un estimado de 17.000 pacientes. El número ha aumentado tan rápido que el Estado no ha podido dar una respuesta inmediata, afirma Colmenárez. Considera necesario que no sólo se garanticen nuevos cupos sino que, además, el Ministerio de Salud emprenda una campaña de prevención dirigida a evitar la enfermedad renal, debido a que Venezuela es uno de los países con más afectados por hipertensión, diabetes, obesidad y otras afecciones que dañan el riñón y causan la enfermedad renal. Es necesario desarrollar programas para la detección oportuna y la prevención de los factores de riesgo, lo que –según la Organización Panamericana de la Salud– se logra con medidas como el control de la tensión arterial y algunos indicadores bioquímicos, en centros de atención primaria.
El problema de la falta de cupo no sólo se presenta en Caracas sino en la mayoría de los estados. Toda persona que sufre de enfermedad renal tiene que esperar que haya fallecido un compañero para obtener el beneficio de la diálisis, que es lo que lo que le garantiza fundamentalmente la vida, asegura Colmenárez.


En la actualidad, 1.500 personas están en espera de un trasplante renal y sólo se realizan cerca de 250 intervenciones de ese tipo al año. Esa situación pudiera solventarse una vez que entre en vigencia, el 27 de noviembre, la Ley de Donación y Trasplante de Órganos, Tejidos y Células en Seres Humanos, en la cual se establece la donación presunta.

 


Medicina de alto costo
De acuerdo con información obtenida a través del portal del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, la insuficiencia renal está catalogada como una de las enfermedades de alto costo atendidas por el Estado, que presta atención gratuita a más de 11.648 pacientes. Según el Seguro Social, una sesión de diálisis cuesta entre 4.500 y 5.000 bolívares en una clínica privada y en el sector público tiene un precio de 234 bolívares. El Programa de Nefrología del IVSS garantiza la gratuidad del tratamiento, así como el suministro de medicamentos y tratamiento individualizado a pacientes que requieran diálisis peritoneal en el hogar 






 “Pero me botaron”

Lisa Alejandra Silva, considera que tuvo suerte de conseguir un cupo en la Unidad de Diálisis de la Clínica Razetti de Barquisimeto.
Esta ingeniera agrónoma, de 42 años de edad, laboraba en el Ministerio de la Mujer cuando se le desarrolló la insuficiencia renal y fue despedida el 30 de abril de 2011, en pleno reposo.

“De la noche a la mañana, me llamaron para decirme que el ministerio me estaba tramitando la pensión de incapacidad y que hasta el 30 de abril me pagaban. Me dijeron que no podía seguir trabajando, a pesar de que yo soy padre y madre de familia con 3 hijos. Me arreglaron sencillo y sobre la base de 1.400 bolívares, a pesar de que yo ganaba 3.800 bolívares”, relató.
Pasado más de un año, Silva no ha cobrado la pensión de incapacidad y ha tenido que ayudarse con ventas por catálogos, la elaboración y venta de galletas e, incluso, con rifas para sobrevivir, porque en esa condición nadie le da trabajo. Ya lleva tres años en diálisis, a la espera del trasplante.



http://www.el-nacional.com/salus_y_bienestar/muerte-paciente-determina-cupo-dialisis_0_71392954.html

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