Vale e Ivo, una maternidad de milagro
Se sometió a un doble trasplante para cambiar su vida y vaya si lo logró: pese a los consejos de los médicos al poco tiempo quedó embarazada.
21/10/2012 00:00
Por Pablo Valdés
Dr. D. José Pérez Bernal. |
Un saber popular dice que “todo pasa por algo”. Y en el caso de Valeria Sudar, una joven mamá cordobesa, la frase se cumple al pie de la letra.
De hecho, luego de tener una juventud complicada por la diabetes, en 2006 esta descendientes de croatas, de cabellera rubia, se sometió a un doble trasplante de riñón y páncreas para mejorar su calidad de vida. Y lo logró: la operación fue un éxito, pero los coletazos de su enfermedad le hicieron perder la visión. No obstante, no todas fueron malas noticias: tras la cirugía pudo quedar embarazada de Ivo, su tan ansiado hijo.
“Rosita, la señora que me cuidó cuando yo era chica y que ahora me ayuda con Ivo me dijo un día que mi hijo sería la luz de mis ojos; hoy me doy cuenta que es verdad”, relata a Día a Día la mamá de este bebote de año y medio, al que los médicos del Hospital Privado conocen como “Bebé milagro”, ya que son pocos los pacientes con este tipo de trasplantes que finalmente logran alcanzar la maternidad.
Desaconsejado. El dato estadístico es tan certero que incluso los médicos a cargo de la operación planean en breve publicar el caso en una revista científica. No obstante, desde el momento en que salió del quirófano Valeria ya palpitaba que ser madre sería un tanto complicado.
“Me trasplantaron en septiembre de 2006. Un mes después, lo primero que pregunté es si podría poder ser madre. Martín, mi cirujano, me respondió que sí, aunque me confió que él preferiría que no ocurriera. Pasa que una de las drogas que tomaba de forma permanente podía ser abortiva”, cuenta Sudar.
Los profesionales le plantearon incluso otros riesgos: por ejemplo, que el crecimiento del bebé en la panza le afectara el funcionamiento de los órganos que acababa de recibir. “La cosa podía complicarse si el niño empezaba a patear… además nunca me extirparon mis órganos originales: en mi vientre hay menos lugar de lo habitual”, cuenta, sin dejar de aclarar que en lo más profundo nunca resignó la idea de ser mamá.
Y lo bien que hizo: entre tantas visitas que hizo al hospital, Vale conoció a otro paciente trasplantado y comenzaron a noviar. En 2010, quedó embarazada, aunque recién se enteró… ¡a los cuatro meses!
Rompiendo Aguas. Por Reyes Muñoz, pintora sevillana colaboradora conn la ATP. |
El milagro. “Por esos días estaba muy descompuesta y por precaución recurría seguido a los médicos para ver que me pasaba, pero nadie sabía responder. Además estaba flaquísima; pesaba 41 kilos. Ya pensaba que tenía algo malo”, recuerda Valeria.
Tal era el desconcierto, que un clínico la mandó a hacer múltiples estudios. Finalmente, al turno de la ecografía, la verdad saltó a la luz. “La ecógrafa subió el volumen del aparato de pronto, y empecé a escuchar el latido acelerado del corazón de un bebé: tuc, tuc tuc. ‘¡Felicidades mamá!’ Me dijo, sin mediar palabra. Yo me agarré la cabeza y me eché a llorar”, rememoró la madre de Ivo.
La noticia sorprendió a todos: desde al flamante papá –con quien Valeria estaba “re peleadaza”– hasta a los especialistas del Privado que se apuraron en confirmar que el bebé estaba muy bien de salud.
“El resto del embarazo fue súper tranquilo; siempre digo que Dios me mandó un hijo a mi medida” aclara Valeria, que finalmente fue dió a luz por parto natural el día del natalicio del fallecido Papa Juan Pablo II, por quien profesa una gran devoción.
“Apenas lo pusieron en mi pecho. Ivo me acarició con sus manitos el cuello y desde ese día, hace un año y medio, no se separó más a mi lado”, relata la muchacha que vive sola con su hijo, de forma independiente.
Hoy a Valeria se le complica conseguir trabajo, pese a sus ganas y su experiencia laboral en varios puestos, entre otros el de traductora de inglés. Sin embargo, no deja de ver el vaso medio lleno y valora poder estar casi todo el día a su hijo, compartiendo paso a paso su crecimiento.
“Siempre recuerdo que le pusimos de nombre Ivo porque es una palabra que significa ‘glorioso’. Y para mí tenerlo fue realmente eso: glorioso. Y eso quiero que sirva como testimonio de que cuando se donan órganos no sólo está dando vida, sino permitiendo que otras personas generen vida”, reflexiona la mamá.
http://www.diaadia.com.ar/cordoba/vale-e-ivo-maternidad-milagro
hola soy trasplantada desde hace 1 año y 7 meses,y tomo mifortyc,prograf y prednisona y estoy muy bien en las niveles de urea y creatinina podre quedar embarazada
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