Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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martes, 1 de febrero de 2011

El héroe anónimo. Pablo Gaiser

Edición del 31/1/2011
El héroe anónimo
"Sabía que la vida de una persona estaba en juego y no tuve en cuenta los riesgos, actué lo más rápido posible, sin usar guantes ni cuidar otras prevenciones" contó Pablo Gaiser, el médico que aplicó un oportuno torniquete a la pierna seccionada de Matías González, embestido por un patrullero en la avenida Perón. En la edición del sábado, el padre del muchacho agradeció mediante una carta a las personas que colaboraron para salvar la vida de su hijo, entre ellas este profesional a quien la providencia colocó allí en el momento preciso.
"Era mi primer días de vacaciones. Caminaba junto a un familiar y escuchamos el ruido del choque. Estábamos a muy pocos metros, nos acercamos e inmediatamente comprendí que era una urgencia médica. Debajo del chico había un gran charco de sangre que aumentaba: evidentemente estaba cercenada su arteria femoral. Si no actuaba rápidamente probablemente sufriera un shock hipovolémico antes de que llegara la ambulancia. Un policía le sostenía la cabeza. Lo ayudé instintivamente, asumí todos los riesgos porque la pierna estaba perdida pero había que salvarle la vida. Pedí un cinturón fino, un agente me alcanzó uno, se lo pasé en torno a la pierna y apreté lo más fuerte que pude".
El joven gritaba y se retorcía de dolor, pero Pablo logró hacer el torniquete. "Después leí que también tenía fracturada la otra pierna, pasó por un dolor terrible", aseguró. "Comprimí todo lo posible hasta que llegara una servicio de urgencias, era cuestión de vida o muerte. Traté de calmarlo, la policía me confirmó que ya venía la ambulancia pero unos pocos minutos, con un paciente en esa condición, parecen una eternidad. Cuando llegó la ambulancia me ofrecí para acompañarlo, pero había personal suficiente. Seguramente en el camino siguieron comprimiendo el torniquete hasta llegar a la guardia del hospital".

Vocación de servicio.
"Si bien al actuar de esta manera uno se expone a determinados riesgos, en una situación así no hay tiempo para ponerse a pensar. Después me quedé pensando varios días, porque cada uno tiene una vida, una familia, pero era lo que había que hacer. Había que ayudar, no se podía esperar", dice Pablo, que por estos días disfruta sus vacaciones en Mar del Plata.
A sus 39 años, tiene mucho que agradecerle a la vida. Gaiser es trasplantado de riñón. Luego de completar sus estudios de medicina se especializó en nefrología y actualmente trabaja en la Clínica Faerac donde, precisamente, integró el equipo médico que recientemente realizó con éxito los dos primeros trasplantes en nuestra ciudad. "Todos los que fueron mis compañeros de turno de diálisis fallecieron. Quien recibe un trasplante, como yo, tiene mucho que agradecer: a la vida, a la medicina y a los médicos".
Las personas que atravesaron circunstancias similares sienten "que les devuelven la vida" y, tal vez por eso, manifiestan gran vocación de servicio. En cuanto a Pablo, el destino lo colocó muchas veces en situaciones trágicas que requirieron su ayuda. "En Buenos Aires vivía a tres cuadras de la AMIA. Estaba estudiando cuando se produjo el atentado. Por esa época integraba un grupo de rescate. Cuando escuché la explosión llamé a los demás miembros y me fui corriendo hasta el lugar. Fui uno de los primeros en llegar y me puse a colaborar: fue una tragedia espantosa".
Parece que la vida lo hubiera preparado para situaciones semejantes. "El año pasado, en mi último día de playa en Mar del Plata, observé a dos niños que se estaban ahogando. Había un solo guardavidas y me pidió ayuda. Lejos de estar capacitado, apenas si nado un poco en la pileta, me arrojé y logré sacar a una niña". Esa vez tampoco pensó mucho. "Imaginé que si no lograba rescatarla, al menos flotaríamos hasta que alguien nos sacara a nosotros", bromea.
Pronto se terminarán sus vacaciones, regresará a Santa Rosa y, posiblemente, pueda reencontrarse con Matías para celebrar la existencia. "Me avisaron de la nota que escribió el papá (de Matías González) y también que ya le sacaron el respirador. Me alegré mucho porque me queda ese sentimiento de haber ayudado, de haber colaborado para salvar una vida".
 
 
 
http://www.laarena.com.ar/la_ciudad-el_heroe_anonimo-57471-115.html

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