Francisco Martínez Socias, más conocido como Paco Marsó, el famoso
productor teatral, ha muerto el día 5 de noviembre, en nuestro hospital,
el Carlos Haya de Málaga, con 62 años, a causa de una hemorragia
cerebral, y sus hijos han respetado su voluntad de ser donante de
órganos.
Paco Marsó. Foto: LVL / Fotos: GTres |
Los miembros del equipo de trasplantes del Hospital Regional Carlos Haya
le dijeron a Concha Velasco, la ex-mujer de Paco Marsó, y a sus hijos,
que gracias a esta donación se han salvado tres vidas.
Los trasplantados de páncreas en Málaga conocemos bien este equipo
humano: un grupo enorme de profesionales que se deja la piel a diario en
esos pasillos, entre esas camas y en medio de esos quirófanos salvando
vidas cuando ya no se puede hacer nada más.
Imagino a D. Miguel Lebrón y a sus compañeros en la UCI luchando por
sacar adelante a Paco Marsó. Pero entró el día 29 de octubre con una
hemorragia cerebral, y aunque lo intentaron operandole dos veces, no
resistió.
Concha Velasco decía a la prensa que a los hijos de Paco aún les
quedaban "tres días" de pasarlo mal. Tres días o tres años. Pero imagino
que, como cada vez que esto ocurre, mientras ellos recibían la noticia
dolorosa del falleciemiento otros eran llamados por teléfono para llegar
lo más rápido posible a nuestro hospital. Y esas sensaciones sí las
conocemos todos nosotros: nervios, muchos nervios, y miedo hasta el
tuétano.
Mientras, las neveras llegando a la Unidad de Trasplante Renal, y todo
nuestro equipo alerta. Estando en el módulo ingresadas pudimos vivir mi
amiga Odu Carmona, mi pintora, y yo este movimiento milagroso:
enfermeros corriendo, diálogos tan técnicos entre el equipo que no
entendiamos ni jota, y caras de emoción y de responsabilidad a la vez.
Acabamos nerviosas hasta nosotras. Y tras muchas horas veías llegar a
los recien trasplantados en sus camas, desde la UCI, y ¡hablando!.
Hablando y pidiendo comida, como Emilio, con 70 años, que lo metieron en
quirófano por la noche y por la mañana ya estaba pidiendo su desayuno,
mientras Odu y yo nos mirábamos abriendo los ojos como platos y
rompiendo en una carcajada de esas que te duelen las tripas.
Como nos contaba nuestra enfermera de la consulta de trasplante, Isabel:
"aquí nos entran con bastoncito y salen tirandolo por la puerta más
derechitos que todo". En el almacén del Carlos Haya tendrán esos
bastones, porque esta magia la crean ellos a diario: sin tele en la
puerta, sin medallas y sin bombo y platillo. Claro que para hacerlo
necesitan donantes. Donantes famosos como Paco Marsó o esos de los que
nunca se sabe que existen.
A todos os damos las gracias.
foto: http://www.lavozlibre.com/noticias/ampliar/142827/paco-marso-ex-de-concha-velasco-fallece-en-malaga .
Odu Carmona y yo celebrando mi cumplemés, mientras Emilio quería darse paseitos por el pasillo al día siguiente de su trasplante renal. |
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