Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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viernes, 15 de octubre de 2010

Más humanos que divinos. Rafael tras su trasplante de hígado.

LUIS DE CASTRO  
"Me siento identificado y solidario –salvando las distancias, claro– con el cantante de
Linares ahora que es más humano que divino, ahora que está por encima de honores,
gloria y aplausos; ahora que ha perdido parte del amaneramiento exagerado que
fue su mayor seña de identidad, ahora que se siente un hombre nuevo, un buen cantante
–gustos aparte– y una persona tan normal como cualquier hijo de vecino. Luis de Castro.

Boris Izaguirre se nos coló en la 1, casi a traición, parece ser que para instalarse por un tiempo en nuestro salón en el día más casero de la semana, y en horario de máxima audiencia. Humanos y divinos es el nombre del evento presentado por el singular venezolano, que arrancó con Raphael, más humano que nunca por mucho que el divino presentador, empeñado en imitarse a sí mismo y en ocultar tras una máscara de superficialidad al interesante personaje que esconde, luchara por ofrecer el lado más frívolo del cantante, mientras éste estaba más interesado en profundizar en la seria peripecia de la que fue involuntario protagonista hace tres años: un trasplante de hígado felizmente superado nos muestra ahora a Rafael Martos más que a Raphael, sin haber perdido un gramo de potencia vocal y sí mucho menos adornado de falso glamour y divismo. Lo que viene a confirmar que un episodio vital de tal envergadura sirve, además de para recuperar la vida que estuvo a punto de escaparse, para que uno tenga los pies en el suelo y la cabeza donde siempre debió estar, sobre los hombros. Como no podía ser de otra forma , y por las razones que mucha gente conoce, me siento identificado y solidario -salvando las distancias, claro- con el cantante de Linares ahora que es más humano que divino, ahora que está por encima de honores, gloria y aplausos; ahora que ha perdido parte del amaneramiento exagerado que fue su mayor seña de identidad, ahora que se siente un hombre nuevo, un buen cantante -gustos aparte- y una persona tan normal como cualquier hijo de vecino. Y todo gracias a haber pasado por el trago del trasplante y a la generosidad de la familia que entendió que la muerte del ser querido serviría para algo, para que alguien viviera gracias a esa generosidad. Probablemente nunca sabrá esa familia que su sacrificio, su gesto generoso, tendría un destinatario tan famoso; probablemente el cantante nunca sabrá quien, o quienes, fue o fueron los generosos humanos que le dieron una segunda oportunidad. Ni falta que hace. Lo importante es que gracias a la figura de un famoso, de un personaje público de gran tirón popular, la donación de órganos ha saltado a la calle y al gran público con mayor potencia La miniserie sobre la vida y peripecia del cantante, absolutamente fiel a la realidad (habla la experiencia) ha tenido muchísima repercusión, más que el programa del divino Boris. Una droga oficializada como el alcohol suele ser el causante de este y otros muchos estragos, aviso para navegantes y muy especialmente para los jóvenes practicantes del botellón, que puede ser el inicio de un viaje sin retorno. Raphael, y muchos miles de "rafaeles", es y son (somos) la consecuencia de una inconsciencia. Conviene no olvidar que por mucho boato social, fama, dinero o sofisticación de los que pueda ser alguien víctima (¿o verdugo?), somos más humanos que divinos.

La perla. La frase del año: "En el mundo actual se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina, y en silicona para las mujeres, que en la investigación sobre la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos recordará para qué sirve". (Drauzio Varella, oncólogo brasileño, Premio Nobel de Medicina).



http://www.diarioinformacion.com/opinion/2010/10/15/humanos-divinos/1054109.html

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