En
abril 2010, la revista “Avances en diabetologia”, publicó un
monográfico sobre la automonitorización en diabetes con el título
que encabeza esta nota (1).
El
monográfico compila seis artículos de diversos expertos. Un
artículo firmado por el Dr. E. Menéndez trata de la historia y la
evolución tecnológica de la monitorización de la glucemia. Dos
artículos hacen referencia a la utilidad de la automonitorización
en dos grupos de pacientes diferenciados por la utilización o no de
insulina. Los Dres González y Pérez analizan en su artículo la
utilidad de la monitorización en el caso de la insulina y la Dra
Martín Vaquero y otros colaboradores firman el artículo sobre la
monitorización en los que no utilizan insulina. Otro artículo
aborda los dos temas clave del autocontrol: la monitorización
glucémica y la educación terapéutica, firmado por M. Vidal y M.
Jansà. Un artículo muy interesante sobre la variabilidad glucémica
firmado por el Dr. Ampudia- Blasco (Director de la revista) y
finalmente un artículo del Dr. Gómez Peralta y colaboradores que
trata del coste-efectividad de la monitorización.
He leído el monográfico con mucho interés, pero mi primera lectura fue para el tema donde ahora hay más polémica: la automonitorización de los pacientes sin tratamiento de insulina. Algunas Comunidades Autónomas han limitado o bien eliminado la posibilidad de ofrecer tiras a estos pacientes y por tanto tenia mucho interés en conocer la opinión de los expertos.
La Dra Martín Vaquero y colaboradores apuntan que la polémica se ha iniciado con la publicación de tres estudios recientes, controlados y aleatorizados referenciados en su artículo, que no han podido demostrar los beneficios de la automonitorización.
El
análisis de los tres estudios concluye:
“los tres estudios fracasaron en demostrar una mejora estadísticamente significativa de la HbA1c, hemoglobina glicosilada, en los pacientes que realizaban ACG (autocontrol de la glucemia) frente a los que no lo hacían, los tres tuvieron defectos importantes de diseño que fueron puestos de manifiesto por Klonoff. Los datos que se obtenían del autocontrol de la glucemia no se utilizaron para tomar decisiones terapéuticos y los ajustes de medicación estaban basados exclusivamente en la HbA1c (hemoglobina glicosilada).
“los tres estudios fracasaron en demostrar una mejora estadísticamente significativa de la HbA1c, hemoglobina glicosilada, en los pacientes que realizaban ACG (autocontrol de la glucemia) frente a los que no lo hacían, los tres tuvieron defectos importantes de diseño que fueron puestos de manifiesto por Klonoff. Los datos que se obtenían del autocontrol de la glucemia no se utilizaron para tomar decisiones terapéuticos y los ajustes de medicación estaban basados exclusivamente en la HbA1c (hemoglobina glicosilada).
Además
se observó que el grado decumplimiento en los grupos que realizaban
autocontrol de la glucemia era muy escaso, y por lo tanto, los
resultados estaban subestimados”. La cita de Klonoff es una
editorial en la revista que el dirige, Journal of Diabetes Science
and Technology titulada, “Nueva evidencia demuestra que la ACG no
mejora los resultados en la diabetes tipo 2 - cuando no se hace
adecuadamente”.
Una vez desmontadas las críticas, los autores se preguntan ¿que pasa si no hacemos el autocontrol de la glucemia en los pacientes tipo 2 sin insulina?, pues que el médico solo puede echar mano de la hemoglobina glicosilada, HbA1c y los autores concluyen “Se ha comprobado que , cuando se valora a los
pacientes únicamente por los datos de la HbA1c realizada 2-4 veces al año, disminuye la adherencia de los pacientes al tratamiento y ello consigue pobres resultados metabólicos”.
A falta de evidencia científica concluyente, los autores analizan las recomendaciones internacionales sobre el tema de los pacientes sin insulina:
ADA;
EASD Y IDF y afirman “No tenemos una respuesta clara en las guías
de actuación de las distintas sociedades científicas”.
Ante esta situación los autores se pronuncian y hacen su propia propuesta, que resulta muy interesante. Proponen que el paciente se haga un perfil de 6 mediciones en un día, que representa 2/2 hacerse una medición antes y después de cada comida. Este perfil da información sobre la glucemia del paciente preprandial y sobre el efecto de las comidas sobre la glucemia. Este perfil aporta información útil para el médico y el paciente para conocer como evoluciona su metabolismo.
Recomiendan a los pacientes sin insulina hacerse un perfil al mes de forma sistemática, lo cual permite observar tendencias. Este enfoque es mucho más enriquecedor que el de dar 1 tira o dos a la semana. Se trata de dar información clínica útil y no tiras. Por cierto que los autores proponen que
esta metodología se aplique también a los pacientes con insulina, si bien con una frecuencia mayor.
Los autores concluyen con una frase : el autocontrol de la glucemia “es un procedimiento diagnostico y por tanto, en sí mismo no debería tener un impacto directo en el curso de la enfermedad diabética”.
Ante esta situación los autores se pronuncian y hacen su propia propuesta, que resulta muy interesante. Proponen que el paciente se haga un perfil de 6 mediciones en un día, que representa 2/2 hacerse una medición antes y después de cada comida. Este perfil da información sobre la glucemia del paciente preprandial y sobre el efecto de las comidas sobre la glucemia. Este perfil aporta información útil para el médico y el paciente para conocer como evoluciona su metabolismo.
Recomiendan a los pacientes sin insulina hacerse un perfil al mes de forma sistemática, lo cual permite observar tendencias. Este enfoque es mucho más enriquecedor que el de dar 1 tira o dos a la semana. Se trata de dar información clínica útil y no tiras. Por cierto que los autores proponen que
esta metodología se aplique también a los pacientes con insulina, si bien con una frecuencia mayor.
Los autores concluyen con una frase : el autocontrol de la glucemia “es un procedimiento diagnostico y por tanto, en sí mismo no debería tener un impacto directo en el curso de la enfermedad diabética”.
La
medición de la glucemia no cura, sino que permite al paciente
conocer mejor como influyen en su nivel de glucemia, las comidas, el
ejercicio físico, los medicamentos, etc. Este conocimiento solo se
logrará si la autocontrol de la glucemia va acompañada de una
importante educación sanitaria.
Al
final dicen: “A muchos diabetólogos nos consta que el autocontrol
de la glucemia está asociado a un estilo de vida más saludable y a
un mejor manejo de la enfermedad, y por ello abogamos por su
aplicación de manera sistemática también en pacientes con DM que
quieran y puedan controlarse muy bien, aunque no sigan tratamiento
insulínico”.
Gestión de la diabetes 53, Lluís Bohigas
(1)Monitorización de la glucemia en la diabetes: elemento esencial para optimizar el control
glucémico y disminuir el riesgo de hipoglucemias, Avances en diabetologia, Monográfico de abril
2010.
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