Así lo determina un estudio reciente sobre pacientes que no necesitan insulina. En el país la enfermedad afecta al 11% de la población adulta
Además del daño a los riñones, el corazón y los problemas a la vista que puede causar la diabetes tipo 2, ahora podría agregarse el efecto negativo que tendría en los huesos. Así, al menos, lo advierte un estudio reciente presentado por investigadores norteamericanos de la Clínica Mayo.
El informe, publicado en el Journal of Bone and Mineral Research, encontró un vínculo entre la diabetes y el daño óseo tras llevar a cabo una medición directa en huesos de pacientes con diabetes tipo 2.
“Claramente, el esqueleto debe ser reconocido como otro de los blancos de las complicaciones de la diabetes”, declaró Sundeep Khosla, endocrinólogo y principal autor del estudio.
QUÉ SE SABE
Anteriormente, varios trabajos habían encontrado que los pacientes con diabetes experimentaban fracturas a niveles de densidad ósea por encima de los registrados en la población en general, lo que indicaba que podía haber alguna diferencia en la “calidad” de los huesos.
“Lo que se sabe hasta el momento es que la inflamación vascular asociada a la diabetes produciría aumento de la osteoporosis”, precisa el médico Matías Re, a cargo del Programa de Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Diabetes (Prodiaba) dependiente del Ministerio de Salud bonaerense.
Para el profesional, al margen de los eventuales hallazgos presentados por el informe de la Clínica Mayo, “nunca está de más remarcar que con un buen control metabólico y un seguimiento responsable de la glucemia se evitan los factores de inflamación. Y si se evita el proceso inflamatorio, se evita cualquier padecimiento que podría afectar a la parte ósea”.
Para intentar encontrar más respuestas en torno a una enfermedad que, según los últimos datos, sólo en nuestro país ya afecta al 11% de la población adulta (ver gráfico), los investigadores estadounidenses llevaron a cabo pruebas para medir la solidez de los huesos -que incluyeron rupturas microscópicas- en 60 mujeres postmenopáusicas, 30 de ellas con diabetes tipo 2.
El estudio encontró que el grupo de mujeres con diabetes tipo 2 tenía significativamente menor solidez ósea y que estas habían experimentado un nivel de hiperglicemia más alto en los últimos 10 años.
Los investigadores destacaron la relevancia que este hallazgo puede tener en condiciones como la artritis autoinmune o la artritis reumatoide, que son tratadas con glucocorticoides.
Entre los factores de riesgo de la diabetes tipo 2 se encuentra la edad (ser mayor de 45 años), obesidad, historia familiar de diabetes, diabetes gestacional, falta de actividad física y raza u origen étnico.
Como probablemente se sepa, la diabetes es un síndrome crónico, de herencia casi siempre poligénica y aún no aclarada, que se debe a una carencia absoluta o relativa de insulina y se caracteriza por la presencia de hiperglucemia y otras alteraciones metabólicas de los lípidos y proteínas. En palabras más simples, esta enfermedad crónica se caracteriza por el aumento de los niveles de glucosa en la sangre debido a que el páncreas no produce insulina o lo hace de manera incorrecta. Por ahora, es incurable y la única forma de combatirla es no descuidar el tratamiento.
Lo interesante, como explica Re, es que la diabetes tipo 2 puede prevenirse con un plan de alimentación adecuada, el cual debería incluir el consumo de 5 porciones diarias de frutas y verduras y la incorporación de cinco porciones semanales de carnes como el pollo y el pescado. También hay que evitar el consumo de azúcares, grasas y los alimentos con alto contenido en sodio, como fiambres, embutidos, aderezos, gaseosas, productos de copetín. Y hay que hacer ejercicio: 30 minutos diarios de caminata como mínimo.
Publicado en http://www.quilmespresente.com/notas.aspx?idn=518443&ffo=20140124
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