18.01.14 - 08:05 -
DANIEL ROLDÁN | MADRID
Cuando comenzaba la década de los noventa, muy pocas personas se habían enterado de que en 1989 había comenzado a funcionar una institución llamada Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Solo en los hospitales madrileños y en el cántabro de Valdecilla la implantación de la figura del donante, aquel que decide qué quiere que sus órganos sigan funcionando en otra persona cuando la parca le visite, tenía cierta presencia. Estas dos comunidades tenían una tasa superior a los 30 donantes por millón de personas (p.m.p.): 30,5 madrileños y 34,6 cántabros. El resto se encontraba muy lejos, aunque el caso paradigmático era Castilla-La Mancha: solo había un donante por millón de personas.
En un cuarto de siglo, el cambio ha sido radical. España ostenta ahora la tasa de dadores más alta del mundo (35,12 p.m.p.) gracias al trabajo de concienciación llevado a cabo a la ONT y a la generosidad de miles de personas y familias, que ha permitido mejorar la calidad de vida o esquivar a la muerte, a cerca de medio millón de españoles. Durante este cuarto de siglo, los diferentes centros hospitalarios españoles han realizado 90.459 trasplantes de órganos. La gran mayoría han sido renales (57.012), seguidos de los hepáticos (21.576), los cardiacos (7.024), los pulmonares (3.225), los pancreáticos (1.517) e intestinales (105). Además, se han realizado también más de 300.000 trasplantes de tejidos y cerca de 50.000 procedentes de progenitores hemopoyáticos (médula ósea y sangre de cordón umbilical).
“Cuando se crea la ONT, en 1989, España tenía una tasa de 14,3 donantes por millón. En estos 25 años, hemos logrado triplicar el número de donantes y trasplantes de órganos”, apunta el doctor Rafael Matesanz, director del a ONT, y precursor del llamado modelo español de donación que recomiéndala Organización Mundial de la Salud para el resto de los países. Una forma de trabajar de forma coordinada a tres niveles (nacional, autonómico y hospitalario), con continuos periodos de formación para los profesionales sanitarios, una jerarquía hospitalaria bien establecida y unas campañas informativas persistentes que funciona y que otros se resisten a implantar. “En Alemania tienen los mismos datos que hace 25 años porque se basaron en la providencia para aumentar sus donaciones. Eso no funciona”, indica Matesanz.
Para este año, el objetivo es mantener el número de trasplantes (4.279 en 2013), trabajar más en la donación de pacientes vivos y en la dación en asistolia (momentos después de la parada cardiaca) y mantener la lista de espera (alrededor de 5.500 personas). E intentar nuevos récords, como añadir un eslabón más a la cadena de los trasplantes renales (este año se han logrado 5 cadenas de tres) o intentar batir las operaciones en un día: el 26 de junio de 2012 se realizaron 36 trasplantes con 27 hospitales implicados. Gracias a las 18 donaciones de órganos, se pudieron realizar 22 trasplantes de riñón (de ellos dos infantiles), 11 de hígado (uno de ellos también en un niño) y tres de pulmón.
Fuente: http://www.elcorreo.com/alava/rc/20140118/sociedad/aniversario-201401161852.html
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