Asociación de Trasplantados de Páncreas.

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domingo, 11 de mayo de 2014

Se perdió un doble trasplante porque no atendieron el teléfono

Argentina.
DURÍSIMA HISTORIA DE VIDA
  • Se perdió un doble trasplante porque no atendieron el teléfono
  • Estaba en lista de espera desde diciembre, le avisaron que había aparecido un donante compatible para trasplantarle los riñones y el páncreas, pero no pudieron ubicar a nadie de la obra social PROFE que autorizara el operativo. 
  • Por Gustavo Martínez Puga


SÁBADO, 10 DE MAYO DE 2014

“Ya no sé si en algún momento se me vuelva a dar esa oportunidad. Hay gente que lleva seis o siete años dializándose y no le aparece ningún donante que sea compatible”, cuenta Raúl Barea, un joven de la Villa del Carril que aún no termina de salir del asombro, la bronca y impotencia por lo que le pasó: le salió la posibilidad de recibir un doble trasplante de riñón y de páncreas y se lo perdió porque nadie atendió el teléfono en la obra social Programa Federal Incluir Salud, el ex PROFE.

Escuchar la historia de Raúl, de 38 años, pone los pelos de punta. Y no es una frase hecha, es literal. Él lo resume con una metáfora que estremece: “Es como que me había sacado la lotería de la vida y no la pude cobrar”.

LA MEJOR NOTICIA
El siguiente es el relato cronológico de los hechos, en base a tres fuentes: el mismo paciente, Raúl Barea; la Clínica Los Olivos y el Inaisa, instituciones en las que confirmaron el amargo momento que el joven, de oficio metalúrgico, vivió en la noche del lunes 6 de mayo último.

Todo comenzó alrededor de las diez de la noche. “Me llamaron por teléfono para que fuera a dializarme porque me había salido el operativo. Agarré el bolsito con mis cosas y me fui, porque después tenía que viajar a Mendoza y de ahí me iba en avión a Córdoba junto al médico que había venido de Córdoba para extraer los órganos del donante”, cuenta Raúl, mientras saca de un folio de nylon todos los papeles y fotocopias con los que diariamente va a golpear puertas para recibir asistencia médica y social para mantenerse con vida.

Hasta ese momento, las esperanzas de una mejor calidad de vida iban sobre rieles a buen puerto. Parecía que atrás iba a quedar esa angustia diaria de Raúl y sus padres, quienes viven en casas pegadas, de temer que un bajón de azúcar en la sangre durante la noche no le permitiera vivir más; de tener que dializarse tres veces a la semana como lo hace desde hace tres años y medio, como consecuencia de los daños que le produjo en su organismo el ser diabético desde los 19 años.

Todo ese tiempo padeciendo esa enfermedad derivó en la necesidad de que sea trasplantado. Por eso fue que le hicieron los estudios necesarios y desde diciembre último quedó en lista de espera a nivel nacional. Incluso, en la última semana de abril había viajado a Córdoba y le habían confirmado que estaba apto para ser trasplantado.

LA PEOR NOTICIA
Éste lunes 6 de mayo parecía haber llegado el momento esperado. Pero, de un instante a otro, todo se derrumbó: “Mientras me dializaban, el doctor Graciani –director de la Clínica Los Olivos- llamó varias veces al PROFE y no lo atendió nadie. La doctora Frailer –de la parte administrativa- también llamó y no la atendieron. Me dijeron que llamaron por lo menos a cinco números distintos que tenían. El médico de Córdoba necesitaba que el PROFE lo autorizara a realizar el operativo porque esa es mi obra social. Como no atendió nadie, como a la una de la mañana me comunicaron en la clínica de diálisis que el médico de Córdoba les había dicho que ya no se iba a poder hacer el operativo porque los tiempos no daban, porque los órganos del donante no iban a aguantar entre que los extrajeran, los trasladaran a Córdoba y me los trasplantaran”.

Según precisó una de las fuentes involucradas en el operativo, en realidad la Clínica Los Olivos no tenía la obligación de contactar a la obra social PROFE, sino que lo hace por una cuestión humanitaria, profesional. La única obligación de la clínica es la de preparar al paciente, dializándolo, para que le hagan el trasplante.

El contacto al momento de realizar un operativo de esas características debe realizarse entre el equipo médico que va hacer el trasplante, en este caso era del Hospital Privado de Córdoba, dirigido por el médico cirujano Martín Marachio, y el financiador, en este caso, el PROFE.

Tiempo de San Juan no pudo confirmar si ese equipo médico cordobés intentó o no autorizar ellos directamente el operativo llamando a las autoridades sanjuaninas del PROFE. Ésta obra social tiene convenio con el Hospital Privado de Córdoba para enviar a pacientes que necesiten ser trasplantados, como es el caso de Raúl Barea.

Lo concreto es que a Raúl Barea aún se le nota en la cara la desolación que siente cuando revive ese amargo momento: se había perdido de que le hicieran el doble trasplante, de riñón y de páncreas, porque en el PROFE no atendieron los teléfonos.
“Me dieron ganas de ir y prenderle fuego al PROFE”, dice Raúl, desde el comedor de su casa ubicada en la calle Félix Pineda antes del Lateral Norte de Circunvalación, en Capital. Pero no lo hizo. No recurrió a la violencia para buscar una explicación.

Lo que sí hizo al otro día, el martes, ni bien amaneció, es ir a las oficinas del PROFE en la calle 9 de Julio antes de Entre Ríos a pedir una explicación: “Me atendió un médico, que no sé cómo se llama, y me dijo que a las 8.30 había recibido un mensaje de texto en su teléfono, dándome a entender que había recibido llamadas durante la noche. Después me dijo que no me hiciera problema, que ya me iba a salir otro. Pero eso no es tan fácil, porque uno no es compatible con todos los donantes”, explica Raúl.

Además de médico, de quien no sabe el nombre, Raúl Barea dice que intentó ubicar y llamó varias veces a la persona que le había llevado su caso en el PROFE: “Hay una chica, que es Asistente Social, se llama Cecilia Fiore, y no la pude ubica. Me cansé de llamarle toda la semana y no pude ubicarla”.
De esa manera, desde el PROFE no hubo una explicación oficial a Raúl Barea de qué fue lo que pasó en la noche del lunes, de por qué nadie atendió el teléfono para autorizarle el operativo de trasplante para el que se supone que ya estaba todo listo para el momento en que se diera.

Perdida ya la oportunidad del doble trasplante, a Raúl le preocupó otra cosa: ¿Seguía o no siendo prioridad en el listado nacional para recibir los órganos? “El doctor –Gabriel- Mira me explicó que mi lugar está dado por el nivel de compatibilidad que tenga con el donante, pero que no me haga problema que no he perdido la prioridad”, dice Raúl.

Su deteriorado estado de salud no le permite trabajar y desde cuatro años vive de una pensión por incapacidad. Con esa pensión es que pudo obtener el PROFE, un programa del Ministerio de Salud de la Nación para cubrir las necesidades médicas de los más carenciados.

Nuevamente a la espera de que aparezca un donante para el doble trasplante que necesita, Raúl Barea volvió a su casa de la Villa del Carril, donde recibía de amigos y familiares un llamado de teléfono tras otro para ver cómo le había ido con el trasplante. A todos les respondía lo mismo: “No me lo pudieron hacer. En el PROFE no atendieron el teléfono”.


Imagen: El roto.


Dato
El mes pasado Raúl Barea estaba segundo para ser trasplantado. Y, cuando ya lo habían dializado y estaban por trasladarlo para trasplantarlo, apareció el número uno y perdió la chance.

Textuales
“Con lo que me han hecho, pocas ganas de ir a dializarme tengo”.
“Estuve casi dos años sin usar la obra social y, cuando me hizo falta, no atendieron el teléfono”.
“No voy hacer más lío, voy a dejar todo como está porque tengo miedo”.

CIFRAS
7.600
Es la cantidad de pacientes en lista de espera por un órgano que tiene el INCUCAI en el país.

500
Son los trasplantes que se realizaron en lo que va del 2014 en el país.


La otra cara: el piloto valiente
Claudio Pistone es un experimentado piloto que el miércoles 7 de mayo tuvo una heroica actitud: decidió despegar desde Mendoza y aterrizar en el aeropuerto de Pajas Blancas, Córdoba, a pesar de que le habían informado que la niebla hacía muy peligroso el aterrizaje. Igual partió desde El Plumerillo y aterrizó exitosamente en Córdoba. El motivo: llevaba el corazón que habían extraído a un donante, cuya vida útil en frío es de 6 horas.







Publicado en http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/5/10/perdio-doble-trasplante-porque-atendieron-telefono-56157.asp

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