Noticia: Un trasplante de riñón y una enseñanza de hija hacia madre

Fue el tercer gesto de donantes vivos en el año. El viernes, la receptora podría tener el alta.

09-12-2012

Argentina. 
Cuando se fundan en un eterno abrazo, Liliana del Carmen Oros y Elva Torres habrán terminado su epopeya que comenzaron con un gesto solidario, silbando bajito pero con una repercusión enorme. Una es donante viva de riñón y la otra es receptora. Una es la hija de 46 años y la otra, la madre de 66. La operación fue realizada el 21 de noviembre pasado en la ciudad de Córdoba. Liliana, sin embargo, ya volvió a casa en la ciudad de San Luis. Mientras tanto, Elva se encuentra en los últimos días de su recuperación en las sierras cordobesas.

Antes de viajar a esta experiencia que le era extraña, la receptora no estaba tan convencida. Hablaba bajito, preocupada y no quería mirar más allá del hoy. “Ahora tiene fuerzas para hablar, me llama por teléfono a cada rato”, diferenció la donante en el cambio tras la intervención.

Liliana entró a la sala operatoria a las 8 y Elva, una hora más tarde. La primera operación duró unas dos horas y media y la segunda, cuarenta minutos.

La receptora tiene 66 años y hace 39 que vive Luján y Chubut de la ciudad de San Luis. Es la más conocida del barrio. Ahora no ve la hora de volver con sus seres queridos y sus vecinos. Seguramente tenga algo que contarles. Ya no serán esas charlas sobre la fábrica del rubro textil en la que supo trabajar antaño o sus destrezas como gran modista.
 
A Liliana le quitaron el riñón izquierdo que fue insertado en la vejiga de Elva. Le dejaron los que funcionaban mal. A su vez, tiene una especie de “catéter” entre el riñón y la vejiga. “Al ser diabética tuvo más cuidados. Además los médicos le colocaron una bomba de insulina y nueve tubos en el cuello para controlar el azúcar. Al segundo día ya nos bañaron, yo la pude ver el sábado 24 de noviembre detrás de la puerta. Ella estaba sentada lo más bien y me dijo, me estás haciendo hacer pis. Fue una alegría, no me quería quebrar porque me dieron el alta, pero cuando me fui lloré todo de verla bien. Pensé que iba a estar entubada y ya se podía sentar y comer”, relató sobre la odisea.
 
Elva reza para que le den el alta el viernes próximo ya que el jueves le sacarían un catéter. La madre ahora vive en un hotel y va al Hospital Privado Centro Médico para los controles ambulatorios. “Su evolución es muy buena, recibió el órgano sin contratiempo”, dijo Liliana al borde de quebrarse. Según la donante, su madre se queja porque ahora “hace pis” a cada rato. Elva está acompañada por su hermana Dolores. Pero eso no es suficiente y ya quiere volver porque extraña su rutina.
 
La evolución de Liliana también es óptima. El martes 4 de diciembre regresó a su casa, algo dolorida por la intervención quirúrgica. Padeció los días de humedad. “Ahora no puedo hacer fuerza por tres meses pero el sacrificio lo vale. Antes era la que hacía las tareas del hogar, ahora dependo de mis suegros, mi marido y mis hijos. Son unas minivacaciones”, comentó Liliana que volverá, dentro de tres meses a su trabajo como administrativa de la sección alumnos de la primaria de la Escuela Nº 432 “Camino del Peregrino”.
Liliana cuenta que su madre pedía “a gritos” salir del aislamiento en el que estaba obligada. El sábado 1º se dieron un abrazo. Fue el primer contacto entre la donante y la receptora. “Fue emotivo pero como se tenía que quedar, traté de no llorar. Ella estaba bien y yo dolorida. Le pregunté si pasaría por esta situación otra vez y me dijo que no. Le respondí lo mismo. Sólo para llevarle la corriente”.
 
Lo que parece un hecho atípico, una cuestión de piel y principios, es una acción que de a poco asoma en el corazón de los puntanos. Otras dos historias similares ya pasaron durante el 2012. Una en Villa Mercedes y otra en San Luis.

Obra de Ana Amelia Bustamante.

http://www.eldiariodelarepublica.com/provincia/Un-trasplante-de-rion-y-una-enseanza-de-hija-hacia-madre-20121209-0003.html

http://www.fibrosisquistica.org/index.php?pagina=noticias&esnoticia=214