Día 21/11/2013 - 11.56h
Un estudio genético con más de 5.600 voluntarios muestra que los telómeros se acortan en los hombres que llevan más de dos años sin trabajar. Este efecto no se ve en mujeres
Dos años en el dique seco del desempleo pasa una factura emocional y parece también que física. El primer estudio que mide las secuelas genéticas del paro revela que los desempleados de larga duración sufren un acortamiento en sus telómeros, las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas y predicen el envejecimiento de una persona. Cuanto más cortos son los telómeros, más posibilidades se tiene de sufrir enfermedades relacionadas con el envejecimiento, entre ellas el cáncer, la diabetes o enfermedades cardiovasculares.
Los telómeros miden la edad biológica, no la que aparece en el DNI. Por eso es el factor biológico más preciso con el que se cuenta para conocer la edad real. Se sabía que los hábitos saludables -no fumar, no beber alcohol, tener una dieta equilibrada o hacer ejercicio- favorecían su longitud. Pero hasta la fecha nadie había añadido a esa receta saludable, contar con una vida laboral activa.
Investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) y de la Universidad de Oulu (Finlandia) han sido los primeros en demostrar que el desempleo de larga duración tiene un efecto directo en la reducción de los telómeros. Lo han hecho tras estudiar el ADN de 5.620 hombres y mujeres finlandeses nacidos en 1966. Estudiaron su ADN en muestras recogidas en 1997, cuando los participantes tenían todos 31 años.
¿Más dañino para los hombres?
Tuvieron en cuenta que los voluntarios no tenían otras enfermedades y otras condiciones que afectaran a la longitud de los telómeros para poder relacionar el desempleo con su estado. Los resultados fueron sorprendentes: mostraron cómo aquéllos que habían pasado por largos periodos de desempleo durante dos o tres años antes de hacer el análisis tenían acortada esta estructura protectora de los cromosomas. Lo curioso es que este efecto no se veía en las mujeres.
Los autores de la investigación explican que probablemente había menos mujeres inactivas que hombres en el momento en el que se hizo el estudio. Pero no descartan que el paro de larga duración sea más dañino en los varones que en las mujeres.
Factura a nivel celular
Existe numerosos trabajos que han estudiado cómo afecta la desesperación del desempleo a la salud. Pero este es el primero que muestra cómo pasa factura a nivel celular. «Es una razón más para intentar mantener a la gente joven activa como una parte esencial en la promoción de la salud», asegura Leena Ala-Mursula, una de las autoras de la investigación.
Fuente: http://www.abc.es/sociedad/20131121/abci-paro-acelera-envejecimiento-201311191823.html
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