POSITIVA O NEGATIVAMENTE, MI PEQUEÑA LECCIÓN DE REBELDÍA.
Vale, lo admito, he cambiado totalmente desde que me trasplantaron, mis
sentimientos son distintos, mi actuación ante las cosas de la vida son diferentes
y hasta me permito el lujo, la mayor parte de las veces, de cuando tengo algo
que decir, sin pelos en la lengua, lo digo.
Esto son afirmaciones de mi mujer, que a veces reprochándome ciertos
comportamientos, me da un toque de atención para que piense que puedo hacer
daño con ciertas posturas y afirmaciones mías.
Reconozco que me he revuelto rebelde, muy rebelde desde que un siete de
Febrero de 1995 mi vida cambió.
Pero cuando estoy solo y pienso en todas estas cosas, siempre llego a la misma
conclusión: El hombre o la mujer que nace de nuevo por el trasplante y cae en
la pasividad y el conformismo de las posturas livianas de la vida, es , según mi
humilde opinión, un completo cobarde y un egoísta.
Recuerdo una estrofa de “Las coplas del Payador perseguido” de un cantautor
argentino, que dice:
La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas;
pena sobre pena y pena
hacen que uno pegue el grito;
la arena es un puñadito
pero hay montañas de arena.
Si antes de trasplantarme era conformista, masoquista, sufridor y miedoso,
ahora cuando en mi cuerpo funciona algo nuevo que me ha dado una nueva
vida por la generosidad de alguien, veo irremediablemente las cosas de otra
manera.
Y es que aunque muchos no se den cuenta, a tu alrededor hay un montón de
personas que justifican su asquerosa vida con ciertos cumplimientos
religiosamente absurdos y que a la hora de la verdad, por eso de que la religión
les ha metido en la cabeza que resucitaremos en cuerpo y alma al tercer día
como lo hizo Jesús, ¿cómo va a resucitar mi familiar querido que ha muerto
faltándole algo?.
Y ante este comportamiento ilógico, que yo diría que apoya La Iglesia Católica,
pero sin mojarse mucho el culo, tan sólo por eso de aparentar y para que no
comenten que no están de acuerdo con la evolución de algunas técnicas
encaminadas por la investigación a salvar muchas vidas, pues, yo que he tenido
la oportunidad de poder decir alto y claro que lucho y seguiré luchando por
desenmascarar al impostor que en el fondo quiere salir en la fotografía pero que
bajo palio pone sus trabas a la investigación que sencillamente trabaja para
SALVAR VIDAS, lo denuncio públicamente.
Y sin ir muy lejos puedo poner un ejemplo muy cercano: ¡Cuántas veces le he
pedido al párroco de mi pueblo que por favor en las homilías comente algo
sobre la donación y sus consecuencias y se ha pasado por el forro de su casulla
mi petición y ha guardado intencionadamente silencio!.
Y es que estamos llenos de una moral tan falsa, que nos inculcaron desde niños,
que muchos de nosotros, por pasividad y conformismo, no nos atrevemos a
“pegar el grito” ante una parte de la sociedad que actúa con una falsedad
escandalosa, que aunque le pongas delante de la cara una realidad médica, no
son capaces de ver más allá de sus propios ojos; seguramente cuando a algunos
de estos pseudos cristianos le toque de lleno comprobar lo que la investigación
médica hace que uno de sus seres queridos pase por el trance de un trasplante o
cualquier proceso de investigación que le de la vida, posiblemente, si puede
salir de su confusión, lo entienda y lo admita y luche con diferentes armas.
Pero, es que yo mismo soy un ejemplo; la gente me ve por la calle vivito y
coleando, sabe que un trasplante me ha dado la vida y a la hora de pedirles que
se hagan donantes, sólo un diez por ciento lo hacen, ese porcentaje no va a
misa.
Pero los trasplantados, cada uno con las armas y posibilidades que tenga,
debemos reaccionar con rebeldía ante aquellos que están dormidos en los
laureles.
Yo, y perdonad la inmodestia, he sido escritor desde que tenía apenas veinte
años, he publicado una veintena de libros, pero desde que me trasplantaron y
pude lentamente asimilar y comprender lo que me había ocurrido, he cambiado
totalmente mi estilo y el género de mis libros; si antes era como una miserable
flor que componía versos de jardines floridos, ahora intencionadamente y con
absoluta responsabilidad escribo para desenmascarar a parte de esta sociedad
que en el fondo falsea, miente, presume de ser “cristiano” y en cambio parece
que le han puesto una cortina delante de los ojos para que vea sólo lo que a
unos mafiosos le interesa. Contra ellos aplico en la medida de lo que sé hacer mi
rebeldía sin miedo y al que le duela que se rasque.
Quizás muchos no aprueben mi forma de actuar, pero que un trasplantado se
convierta muchas veces conformista con viajecitos, reuniones, celebraciones y
un montón de cosas vanas, eso a mí personalmente no me convence; y que
conste que siempre he defendido y defenderé que debemos ser una FAMILIA,
aunque como en toda familia, tenga que haber salido la oveja negra y se llame
Joaquín Cózar Infante.
Os quiero a todos. Un abrazo.
Joaquín Cózar Infante.
http://www.aathsevilla.com/MI%20REBELDIA%20DE%20TRASPLANTADO_j.cozar_.pdf
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